La convivencia de los cachorros con su familia canina es fundamental para que su desarrollo sea adecuado. No hay que tener prisa para separar al cachorro de su madre y hermanos. De ello depende su salud y equilibrio. Como mínimo, el perro debe permanecer con su familia hasta los dos meses de edad.
Las personas no pueden enseñar al cachorro las pautas sociológicas que necesitará manejar el resto de su vida con sus congéneres. Con su camada, el perro adquiere la conciencia de pertenecer a su especie.
Una incorrecta alimentación durante el embarazo es una de las principales causas de mortalidad de los cachorrosLos animales que soncriados con biberón y separados de la madre al poco tiempo de nacer, cuando son adultos suelen mostrar más preferencia por la relación con las personas que con sus congéneres. Esta situación puede derivar en la incapacidad para mantener una relación normal con otros perros, e incluso para procrear.
Poder jugar con los componentes de su camada favorece que el perro aprenda los hábitos de comportamiento correctos, que le serán útiles en el futuro para desenvolverse sin problemas entre sus iguales. Es como aprender el idioma correcto para comunicarse de manera fluida con sus congéneres cuando sea un adulto.
La importancia de la socialización
Una vez ubicado con sus dueños, es recomendable que el cachorro siga en contacto con otros perros. Es un error impedir que el perro se relacione con otros, por miedo a que sufra algún daño. De ello depende su correcta socialización, que le permitirá evitar problemas de conducta.
La madre es más severa con los cachorros a partir de las nueve semanas de vida y morderá a los cachorros en el cuello para provocarles cierto dolor y conseguir que cumplan sus normas. De esta manera, los pequeños aprenden a obedecer de manera espontánea. Cuanto más tarde se separe el cachorro de la prole, más completo y adecuado será su proceso de aprendizaje de este tipo de normas, así como su maduración.
La importancia del juego
La conducta del juego comienza a desarrollarse entre la cuarta y la séptima semana de vida, entonces empieza a manifestarse lo que se denomina «el ladrido juguetón». Para entonces los cachorros pasan más tiempo investigando el mundo que les rodea y dedicados al juego social. Los pequeños dedican a esta edad menos horas a alimentarse y dormir e investigan e interaccionan más con el mundo que los rodea.
La quinta semana de vida marca el desarrollo de los sentidos del perro y se considera que el cachorro comienza a entender y manejar con soltura las relaciones sociales. Ello se debe en parte a que se inicia en el manejo del ataque y zarandeo y en el juego, que está muy ligado al desarrollo de la sexualidad del cachorro, como por ejemplo en el hecho de montarse encima de sus hermanos y empujar.
Con seis y siete semanas de edad los cachorros avanzan en su evolución social, que está muy unida a su capacidad de juego, que a esta edad está más desarrollada: son capaces de interactuar con objetos, por ejemplo mordisquear el papel o algún juguete. En la séptima semana de vida el cachorro corretea, hace volteretas con sus hermanos o interactúa con sus dueños y su madre.
Cachorros gestantes
El correcto desarrollo y evolución de los cachorros depende también de los cuidados adecuados de la madre gestante.
Puede ocurrir que la madre ignore a los cachorros más débiles y con más problemasPor ejemplo, una incorrecta alimentación durante el embarazo es una de las principales causas de mortalidad de los cachorros, así como de malformaciones y dolencias. Los cachorros recién nacidos de madres malnutridas presentan las siguientes alteraciones: lloran mucho, no ganan peso, su temperatura corporal es baja y tienen anemia.
Puede ocurrir que la madre ignore a los cachorros más débiles y con más problemas. Se trata de una estrategia de supervivencia, para que sólo salgan adelante los perros más fuertes. El planteamiento de la madre es que no se puede gastar energía en las crías que no tienen las suficientes probabilidades de salir adelante. Por ello, hay que vigilar la camada y proporcionar alimentación alternativa a los cachorros con problemas.
La lactación
Es fundamental que todos los cachorros mamen el calostro o primera leche que la madre produce tras el parto. Según Manuel Lázaro, veterinario de la clínica veterinaria Mirasierra de Madrid: «el calostro es una leche modificada que contiene gran cantidad de inmunoglobulinas o proteínas defensivas frente a las principales enfermedades infecciosas». Estas proteínas son absorbidas como tales, sin que sean destruidas en el proceso digestivo, sólo en las primeras 48 horas de vida del cachorro.
Por lo general, la producción de leche de la madre es suficiente para mantener sin problemas a su camada los primeros días de vida del cachorro. Después, las necesidades alimenticias de las crías aumentan más que el incremento de producción de leche de la hembra. Es por ello que conviene aportar un suplemento dietético, sobre todo cuando se trata de una camada numerosa. En este sentido, quien mejor nos puede asesorar es el veterinario.
Procurar dejar a los cachorros el mayor tiempo posible con la madre y sus hermanos.
Cuando el cachorro ya no está con su familia canina, favorecer que siga en contacto con otros perros.
Procurar que la madre gestante se alimente bien, para garantizar que sus crías se desarrollen sanas.
Vigilar la camada para evitar que la madre descuide a los cachorros más débiles o con problemas.