Shar pei: todo lo que debes saber sobre esta raza

La raza destaca por su imagen exclusiva. No hay otro perro igual, ni siquiera parecido.

Los shar pei tienen un  tamaño mediano, figura fuerte, compacta y cuadrada. Con una cabeza grande en proporción a su cuerpo y un hocico que recuerda al de un hipopótamo.

Habitualmente miden entre 44 y 51 cm a la cruz (desde la base del cuello al suelo), y su peso adecuado oscila entre los 18 y los 25 kg. Los machos son más robustos que las hembras.

Los ojos del shar pei son pequeños, de forma almendrada y color oscuro. Las orejas son bastante pequeñas y triangulares, ligeramente redondeadas en la punta, y de inserción alta. La cola es gruesa en la base, se estrecha hacia la punta y la lleva alta, enrollada sobre la espalda o caída hacia un lado.

Dos características distintivas de la raza son su lengua de color negro azulado o morado y la piel arrugada.

La esperanza de vida de un shar pei es de 8 a 12 años.

El pelaje es corto, duro y áspero al tacto.Los colores más comunes son el rojo, crema, negro, azul y arena. Pueden ser sólidos o tener una sombra más oscura en la espalda y las orejas. La cola y la parte posterior de los muslos a menudo son más claros.

La historia del shar pei comienza en el sur de China, en la época de la Dinastía Han, hace unos 2.000 años.

En su origen eran perros muy versátiles, de granja. Fueron criados y utilizados para diversas funciones, como perros cazadores, guardianes, pastores y de protección. También se usaron como perros de pelea. Su piel suelta y arrugada no solo les proporcionaba una apariencia distintiva, sino que también servía para protegerlos en combate, ya que dificultaba que otros animales oponentes los agarraran durante una pelea.

Durante el siglo XX la raza atravesó momentos difíciles. La Revolución Comunista China de 1949, y la prohibición de tener animales domésticos, llevaron al shar pei al borde de la extinción. Se sacrificaron la gran mayoría de ejemplares, sobreviviendo solo algunos en Hong Kong y Taiwán.

Sin embargo, en la década de los 60 su suerte cambió, cuando varios de estos supervivientes fueron llevados a Estados Unidos y otros países para la recuperación, cría y desarrollo de la raza. Fue entonces cuando comenzó su resurgimiento y su popularidad como animales de compañía se expandió a nivel mundial.

En 1981 la Federación Cinológica Internacional (FCI) reconoció oficialmente la raza, y en 1992, hizo lo propio el American Kennel Club (AKC).

El shar pei tiene una forma de ser singular, con unos rasgos de personalidad dispares que no parecen pertenecer al mismo perro.

Su temperamento es equilibrado. Se caracteriza por ser un perro tranquilo, muy fiel y cariñoso con los miembros de su familia, a los que protegerá y cuidará por instinto, y con los que forjará un vínculo fuerte.

También tiene un lado independiente, y puede haber ejemplares que reclamen menos atención de sus propietarios y muestren un comportamiento más distante. Esto hace que toleren bastante bien la soledad si se les acostumbra de manera temprana.

Con los extraños suele ser desconfiado y reservado pero nunca tendrá un comportamiento agresivo.

Los shar pei son inteligentes y, por lo general, obedientes. Suelen saber enseguida qué se les pide o se espera de ellos. Sin embargo, es una raza que se caracteriza por ser obstinada y algo territorial. Para que aprendan límites y a comportarse con otras personas y animales, van a requerir un adiestramiento firme con refuerzos positivos y una correcta socialización desde cachorros.

Es un gran perro guardián, con un instinto natural protector que mostrará sin dudar si tiene que defender su casa o proteger a sus seres queridos de alguna amenaza.

Aunque el shar pei disfrute jugando, no es un aspecto que destaque en la raza. En cualquier caso, sí que será fundamental en su relación con los niños, con los que generalmente se llevará bien y podrá compartir momentos de diversión y juegos. Bien socializado y acostumbrado a ellos desde pequeño, establecerá relaciones felices y sanas.

Es importante matizar que es un perro recomendado para familias con niños más mayores porque con los pequeños puede ser menos paciente. Cuando interactúen se debe estar presente para supervisar que todo fluye con normalidad y sin problemas para una u otra parte.

En casa podría convivir con un gato, siempre que lo conozca desde cachorro y se le enseñe a no molestarle y dejarle tranquilo. Con otros perros puede haber problemas, por su instinto y su pasado como perro de pelea. Pero con una socialización adecuada podrá relacionarse sin agresividad con sus congéneres.

A excepción de su piel, que sí necesita una atención especial, la higiene general de los shar pei no es complicada.

Su corto manto facilita el cuidado en comparación con otras razas de pelaje más largo. Además, no muda mucho. Con un cepillado semanal, conservará su buen estado y se eliminará el pelo muerto.

Para evitar eliminar los aceites naturales que protegen su piel, el baño no debe ser muy frecuente y debe utilizarse un champú específico para perros. Basta con hacerlo una vez al mes o cada mes y medio.

Después del baño es importantísimo secar muy bien la zona entre las arrugas, eliminando cualquier resto de humedad.

Las pequeñas orejas del shar pei son propensas a acumular humedad, pero una revisión y una limpieza frecuente de los oídos le prevendrá de infecciones. Después del baño, siempre hay que asegurarse de que estén secas.

Se pueden limpiar cuidadosamente con un paño y una solución específica.

Lavar los ojos del shar pei también debe ser una tarea imprescindible en la rutina de aseo. Sus ojos son sensibles, al estar rodeados de piel suelen presentar más suciedad y lágrimas. Deben cuidarse limpiándolos con un algodón o paño suave y suero fisiológico.

El cepillado de los dientes varias veces a la semana con un cepillo suave y una pasta dental específica para perros, es la única manera de prevenir el mal aliento y problemas de encías y dentales, como la gingivitis o la caries.

Si las uñas no se desgastan de manera natural al caminar o correr, deben cortarse siempre que sea necesario para que no provoquen molestias o daños.

El punto débil del shar pei es su piel arrugada y, como tal, va a necesitar un cuidado extra y más dedicación en el día a día.

Las arrugas favorecen rozaduras, acumulación de suciedad, humedad y son el espacio ideal para que se oculten pulgas y garrapatas. Por lo general, la causa o el origen de los problemas dermatológicos que sufre la raza, en forma de irritaciones, infecciones y úlceras, está en ellas, y por eso tienen que ser revisadas y limpiadas a menudo.

La limpieza puede parecer difícil, porque hay que ir pliegue por pliegue, pero en realidad es sencilla. Solo hay que dedicarle tiempo y hacerlo bien, usando un algodón o paño humedecido.

Con los cachorros puede ser más engorroso porque su cuerpo está lleno de arrugas y van a requerir una mayor atención y cuidados. En los adultos, sin embargo, se concentran más en la cabeza y alrededor de ella, facilitando mucho su mantenimiento.

Como prevención contra los parásitos externos es recomendable utilizar productos específicos. De entre todas las alternativas a la venta en el mercado, un veterinario puede asesorar sobre cuáles pueden ser los más indicados para la raza.

El shar pei tiene que mantenerse activo para garantizar su bienestar físico y mental. No es un perro muy enérgico, por eso el nivel de actividad que va a necesitar es moderado. De todas formas, el mayor o menor grado de ejercicio variará dependiendo de cada perro, de su vitalidad y de su edad. Los cachorros son más inquietos y revoltosos, y requerirán más estímulos, movimiento y oportunidades para jugar que los perros adultos, que destacan por su tranquilidad.

Pasear tres veces al día, reforzando la socialización y dando al shar pei la oportunidad de conocer y relacionarse con otros perros y personas, hacer alguna caminata o ruta de senderismo corta, realizar algún deporte canino, como el agility, o practicar el tira y afloja con su dueño, serán alternativas estupendas para que conserve un temperamento equilibrado y su estado de forma.

Además, el entrenamiento de obediencia en sesiones regulares, mantendrá su mente activa y su concentración, mientras aprende trucos y señales.

En cuanto a los juegos, el escondite, la búsqueda o el rastreo de un juguete o un premio, o resolver algún puzzle o rompecabezas contribuirán a ejercitar su agudeza mental.

El shar pei es propenso a engordar, lo que hace imprescindible llevar un control continuo de su peso y de la cantidad de comida que se le da, para evitar que coja kilos de más. Cuando se trabaja con él hay que intentar no excederse con los premios, y utilizar golosinas saludables y bajas en calorías durante el entrenamiento.

La alimentación debe ser equilibrada y específica para razas medianas o grandes, adaptada a la edad y el nivel de actividad de cada perro. Algunos shar pei pueden tener intolerancias alimentarias o alergias, por lo que es importante elegir alimentos que se adapten a sus necesidades.

Un veterinario es el que mejor puede aconsejar sobre cuál es la mejor opción: pienso de alta calidad, comida casera o una combinación de las dos, considerando alimentos que contengan ingredientes que protejan la salud de la piel y del pelaje, e informando de aquellos que pueden ser nocivos. Además de orientar sobre las cantidades y los cambios que tengan que irse realizando en la dieta si las necesidades del shar pei cambian.

En cuanto a la frecuencia de las comidas, los cachorros pueden necesitar que se distribuyan en tres o cuatro comidas al día. Y conforme van creciendo y pasando a la etapa adulta, disminuirlas a dos.

Por su naturaleza y sus características físicas, la raza es más propensa a desarrollar una serie de problemas concretos que pueden afectar su salud.

• Problemas cutáneos: si la singular piel arrugada de los shar pei no se mantiene limpia, seca, y libre de parásitos, pueden aparecer la dermatitis atópica o infecciones bacterianas como la pioderma.
• Problemas oculares: los más frecuentes tienen que ver con sus párpados. El entropión es una patología en la que los párpados se enrollan hacia el ojo, y las pestañas pueden causar irritación, lagrimeo e incluso úlceras. En el ectropión, el párpado inferior se pliega hacia fuera, dejando el ojo más expuesto y más proclive a sufrir sequedad o irritaciones. Existen ejemplares con glaucoma, que se produce cuando el nervio óptico se daña y hay un aumento de presión en el ojo viéndose afectada la visión.
• Fiebre del shar pei: de causa desconocida, esta enfermedad es hereditaria y sus síntomas son fiebre alta, inflamación y dolor en las articulaciones.
• Problemas en las articulaciones: la displasia de cadera y de codo, habituales en razas grandes, pueden ser una complicación en algunos ejemplares.

Además, los shar pei pueden tener alergias ambientales y alergias alimentarias.

Los cachorros de shar pei tienen todo su cuerpo lleno de arrugas. Cuando van creciendo su piel se estira y, de adultos, solo las presentan en la cabeza y en el cuello.

La lengua de color negro azulado del shar pei es una rareza característica de muy pocas razas. Puede ser debida a factores genéticos o a un exceso de melanina o pigmentación adicional.

Aunque no tiene un tamaño pequeño, el carácter tranquilo y bastante silencioso del shar pei le permite vivir en un piso sin problemas. Puede haber ejemplares que ladren, esto dependerá de cada perro, pero no es un rasgo muy marcado de la raza, y nada que no se pueda reconducir con una buena educación y socialización.

Su posible dueño debe ser capaz de adiestrarlo y de lidiar con su carácter algo testarudo. Por este motivo es un perro más adecuado si se tiene experiencia previa.

Los shar pei pueden mostrar sensibilidad tanto al calor como al frío. Salvo que viva en un lugar con clima templado, es recomendable protegerles de las altas temperaturas proporcionándoles sombra y agua, y de las bajas temperaturas, abrigándoles cuando estén en el exterior.

Es un perro con una gran capacidad de adaptación a distintos estilos de vida. Por eso puede ser una estupenda mascota para personas y familias de distinta condición, más sedentarias o más activas.