Patologías respiratorias y digestivas en el setter irlandés o dermatológicas, típicas en los shar pei, son algunas de las enfermedades que pueden desarrollarse asociadas a diversas razas caninas, consecuencia de malas prácticas. En este artículo se detallan varias de las enfermedades congénitas relacionadas con determinadas razas caninas: respiratorias, cancerígenas, cerebrales, cardíacas, dermatológicas, óseas, orales y digestivas.
Razas caninas y enfermedades asociadas
El exceso de consanguinidad entre los perros de raza acentúa la tendencia a padecer determinadas enfermedades
Desde que el lobo se domesticó hace unos 12.000 años, la galería de genotipos caninos ha aumentado y variado de manera sorprendente. La selección genética de perros ha creado rasgos superlativos, desde calvos hasta peludos, chatos, gigantes o minis. Pero, por desgracia, esta selección no siempre es tan cuidada y respetuosa como debiera.
Los propios expertos en razas caninas, como Antonio Zorrilla, presidente de la Asociación Defensa, Fomento y Conservación de las Razas Caninas Puras en España, critican algunos excesos cometidos en ocasiones, fruto de la mala práctica de algunos. «En ocasiones, se cometen excesos, como el de consanguinidad entre los
La selección genética canina tiene como objetivo crear perros para todos los gustos, tanto en lo relativo a su físico, como en lo referente a su carácter. Pero los genotipos llevan inscritas ciertas predisposiciones a padecer determinadas patologías, como las que se detallan a continuación:
Patologías genéticas caninas de tipo respiratorio
Una de las razas caninas que más probabilidad tiene de desarrollar problemas respiratorios es el bulldog inglés. Este perro se caracteriza por ser muy chato y tener una cara ancha y corta, braquicéfalo, así como una tráquea pequeña. Estas peculiaridades físicas convierten a estos perros en candidatos para respirar con dificultad, lo que se transforma en: ronquidos, jadeos, tos o dificultad para tragar o comer.
Las razas pequeñas, como el chihuahua, también «son más propensas a padecer problemas respiratorios, como la estenosis traqueal, que se produce cuando la tráquea es demasiado estrecha», explica Imanol Sagarzazu, veterinario.
Enfermedades cancerígenas en ciertas razas caninas
El pedigrí canino aglutina genotipos puros que han sido objeto de estudios para determinar la agrupación de cada raza según su tendencia a padecer determinadas enfermedades. De esta forma, los científicos han llevado a cabo estudios genéticos extrapolables a las personas y al desarrollo de enfermedades como el cáncer.
Es el caso del trabajo de un equipo de investigadores estadounidenses, que ha estudiado los genes de 85 razas caninas para identificar similitudes con enfermedades congénitas humanas. En esta investigación se ha determinado que los perros de la raza pointer pueden tener más riesgo de desarrollar linfomas, cáncer en ganglios linfáticos.
Patologías cardíacas congénitas caninas
El corazón es un órgano vital que también puede verse afectado en determinadas razas caninas, como en el caso del bóxer, golden retriever, pastor alemán, gran danés, doberman, san Bernardo o cocker spaniel. Así lo determina un estudio sobre cardiopatías congénitas en perros de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España.
«La alteración cardiaca congénita más frecuente en perros es la cardiomiopatía dilatada, que provoca que el corazón se agrande y no se contraiga de manera adecuada, lo que dificulta la circulación sanguínea», explica Juan Antonio Aguado, veterinario y profesor de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid. Los síntomas de esta enfermedad congénita canina son: dificultad respiratoria, pérdida de apetito o intolerancia al ejercicio.
Problemas dermatológicos fruto de la selección racial canina
El cruce genético entre perros ha creado razas de aspecto sorprendente, como la ausencia total de pelo, excepto en la cabeza, en el caso del perro crestado chino, o los grandes pliegues cubiertos de un pelo de textura rugosa, como en los shar pei. Pero estas peculiaridades físicas tan acentuadas pueden acarrear ciertas patologías asociadas, como la alopecia o la seborrea (cocker spaniel o basset hound).
Enfermedades articulares y óseas en razas de perros grandes
El gran tamaño de ciertas razas caninas, como el mastín, el gran danés o el irish wolfhound, la raza de perro más alta del mundo, predispone en ocasiones a estos canes gigantes a padecer patologías como la displasia, malformación ósea en la cadera o el codo, o la artrosis.
La selección genética adecuada para evitar el cruce entre parejas con esta enfermedad, así como asegurar el crecimiento lento de los cachorros de estas razas gigantes y evitar el ejercicio físico brusco durante su etapa de desarrollo, son las claves para minimizar estas patologías óseas y articulares congénitas.
Bocas delicadas en razas caninas pequeñas
Las patologías orales son en ocasiones más frecuentes en los perros de razas pequeñas, que pueden carecer de espacio suficiente en la mandíbula para que sus dientes crezcan, por lo que se produce el apiñamiento de las piezas dentales.
El sarro y la piorrea, enfermedad de las encías, son las causas habituales de la caída de dientes o el mal aliento, en las razas caninas de pequeño tamaño.
Patologías digestivas raciales en los canes
La peligrosa torsión de estómago, las intolerancias alimentarias o las inflamaciones intestinales son más habituales en determinadas razas caninas, como en el caso del setter irlandés, el bulldog francés o el bóxer.
Otras patologías digestivas congénitas en razas caninas son el paladar hendido o labio leporino, «que provoca una comunicación inadecuada entre la cavidad oral (boca) y la nasal (nariz), lo que impide que los cachorros de razas como el pequinés, el bulldog francés e inglés, shih tzu, cocker o el boston terrier se puedan amamantar con normalidad y esto les cause a veces su muerte al poco tiempo de nacer», comenta Aguado.
La excesiva dilatación del esófago (megaesófago) es otra dolencia digestiva congénita que afecta a razas como bouvier de flandes, fox terrier de pelo duro, pastor alemán, setter irlándes o schnauzer miniatura. Los perros que la padecen regurgitan alimento sin digerir y se muestran apáticos.