Evitar la soledad, ayudar a la integración o mantener la actividad física y mental son algunos de los resultados que puede lograr la terapia con perros y gatos para ancianos con la enfermedad de Alzheimer. La relación con estos animañes les proporciona más calidad de vida y ayuda a mejorar su atención y capacidad de comunicación. Y aunque los canes que viven en la residencia geriátrica no siempre están educados de manera específica para interactuar con las personas mayores, su sola presencia les aporta mayor bienestar y felicidad. Los expertos, como se explica a continuación, aseguran que la compañía de mascotas es positiva: la relación con los perros les proporciona más calidad de vida y ayuda a mejorar su atención y capacidad de comunicación.
Perros y gatos que cuidan de los ancianos con alzhéimer
Perros y gatos ayudan a los ancianos con la enfermedad de Alzheimer, les ofrecen compañía y les anima a responsabilizarse de su cuidado
La convivencia y el contacto con perros resulta positiva para los ancianos, y en el caso de los mayores con el mal de Alzheimer (enfermedad degenerativa de carácter neurológico), no es una excepción. La terapia con canes para los ancianos con esta patología les ayuda a mitigar la sensación de soledad, a relacionarse y a no deprimirse.
Lagun y Mitxel son un perro y un gato que hacen compañía a las personas de edad avanzada de la residencia geriátrica Aitzea, en Vizcaya. Antes que ellos estuvo Bady, un can golden retriever, fallecido tras 15 años de presencia en este centro, donde habitan cinco ancianos que padecen la enfermedad de Alzheimer. Durante el tiempo que Bady vivió en la residencia, aportó a los mayores amor, compañía y cariño. Ahora, Lagun y Mitxel le sustituyen en esta importante labor. «Aunque parezca una paradoja, es muy probable que los ancianos con alzhéimer no olviden los buenos momentos con el can que se fue«, comenta Ricardo Goingolzarri, médico y gerente de esta residencia.
¿Qué les ofrecen los perros a los mayores con el mal de Alzheimer?
La relación con los perros les proporciona más calidad de vida y ayuda a mejorar su atención y capacidad de comunicación. Los animales que viven en una residencia geriátrica no siempre están adiestrados de manera específica para interactuar con los mayores, pero su sola presencia y compañía les da mayor bienestar y felicidad. «Perros y gatos aportan serenidad a los ancianos con el mal de Alzheimer, mientras que les ayudan a responsabilizarse de determinadas tareas (pasear al can, cepillarle u ofrecerle la comida), lo que les hace sentir útiles«, señala Goingolzarri.
La Fundación Affinity trabaja desde hace 18 años en terapias con canes que se desarrollan en residencias geriátricas para ancianos con distintos tipos de demencias, entre las que se encuentra la enfermedad de Alzheimer. En la actualidad, tiene en marcha 40 programas de terapia con animales, con más de 84 perros. En España hay más de 600.000 personas con esta patología, según los datos del Centro Alzheimer Fundación Reina Sofía.
Terapia asistida de perros con ancianos con el mal de Alzheimer
Los canes ayudan a los terapeutas que trabajan con ancianos que padecen la enfermedad de Alzheimer a mejorar aspectos como la motricidad y el equilibrio a través de los paseos, su cepillado o la colocación de la correa o el collar. Maribel Vila, técnico en terapias asistidas con animales, comenta cómo los perros ayudan a las personas con el mal de Alzheimer y otras formas de demencia: «Contribuyen a mantener una alta calidad de vida en los mayores con este tipo de enfermedades».
El aspecto psicológico también se trabaja con los ancianos a través de los canes y gatos. La memoria es una de las facetas en las que se hace más hincapié. El hecho de que la persona de edad avanzada recuerde el nombre del animal, así como los horarios de su comida y paseos, ayuda a psicólogos y educadores a frenar la pérdida de memoria y el deterioro cognitivo que implica padecer la enfermedad de Alzheimer. «Se utiliza al perro como base del aprendizaje para los ancianos, al hacer hincapié en que recuerden datos como su nombre, color o edad», explica la especialista en terapias asistidas con animales Maribel Vila.
Perros que acompañan a ancianos con la enfermedad de Alzheimer
El bienestar emocional también es muy importante para lograr que el anciano que sufre alzhéimer tenga una buena calidad de vida. Los canes ayudan a conseguir que los mayores se sientan queridos y se comuniquen e integren mejor en la comunidad de la residencia. La razón es, según Vila, que «los perros son una fuente de cariño y ofrecen al anciano la posibilidad de hablar con ellos, sin juzgarles».
Los canes y gatos son empáticos con los mayores que padecen esta demencia. Un acto tan sencillo como el de acariciar a los animales consigue que estas personas contacten con la realidad. Por otro lado, los perros son un tema de conversación recurrente entre los ancianos, lo cual mejora sus relaciones sociales y ayuda a practicar su faceta comunicativa. Hasta se convierten en un ancla para el recuerdo. «Los celos a la hora de atender al can en nuestra residencia son el único problema que se produce entre los ancianos», comenta Goingolzarri.
- Mantenimiento de su rutina cotidiana
- Relajarse y, por tanto, dormir mejor.
- Mejoran su autoestima.
- Les proporcionan compañía.
- Mayor actividad física y mental.
- Integración en su comunidad local.
- Tranquilidad frente a situaciones nuevas y desconocidas.
- Afecto y compañía.