Los gatos caseros no suelen necesitar baños con agua y jabón. Pero si esta Navidad el felino precisa de un buen baño, los siguientes trucos ayudarán a mantener la higiene del gato sin estrés.
La lengua felina: un cepillo eficaz. Este músculo es rugoso y le permite retirar con eficacia la suciedad de su cuerpo durante su acicalamiento. La lengua está recubierta de espinas de alrededor de un milímetro de longitud. Estas púas, o papilas, son rígidas, ya que contienen queratina y son las responsables de que el aseo del gato sea tan eficiente, pues actúan como un cepillo sobre el pelaje.
Limpiar el torso. La única parte a la que no llega bien el gato es su torso; por eso se debe cuidar esta zona de forma especial durante el cepillado.
Baño. Los felinos que salen al jardín o al exterior sí pueden ensuciarse de forma ocasional por encima de lo normal. En estos casos, el baño con agua y jabón sí puede ser recomendable.
Jabón. Hay que realizar el baño con un jabón específico para gatos y agua templada (a unos 39 ºC, de modo que respete tu propia temperatura corporal).
Secado. Es muy importante el secado a conciencia con toalla y secador, aunque este aparato atemoriza a no pocos felinos, por lo que habrá que tener especial precaución. Este es el mejor modo de evitar resfriados al peludo compañero o que el gato pierda su voz, es decir, quede afónico.
Baños profesionales. Un experto en baños felinos puede ser el mejor aliado, ya que la mayoría de las clínicas veterinarias cuentan con estos profesionales.
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