¿Cómo cepillar al perro? Esta Navidad se puede aprovechar para mantener el pelo canino limpio y protegido. Los siguientes consejos ayudan a conseguirlo.
Cepillar al perro antes del baño. El cepillado debe ser antes del baño, y no después. El pelo mojado del can se enreda más que el seco, por lo que el manto húmedo es más difícil de cepillar.
¿Cada cuánto tiempo lo cepillo? La longitud del pelaje del perro es la clave para conocer qué cuidado precisa su manto. La frecuencia varía también en función del tipo de pelaje: rizado, liso, largo o corto. Un animal con tendencia a la formación de nudos y marañas en su cabello puede necesitar, incluso, más de un cepillado al día.
Elegir el cepillo. Los peines para canes pueden ser de púas metálicas o de plástico. Si su diseño es el adecuado, el arrastre no debe estropear el manto del animal ni propiciar tirones innecesarios.
Toalla para atrapar los pelos. Cepillar al perro… ¡y llenar la casa de pelos! ¿A quién no le suena? Por fortuna, algunos trucos sencillos ayudan a mantener el suelo limpio. El más recurrente consiste en cubrir el suelo de la habitación donde se realizarán las tareas de higiene del pelaje del can. Hay que intentar sentar al peludo compañero sobre una toalla mientras se le cepilla; así, los pelos muertos acabarán en la tela, y no en el suelo.
Perros de pelo largo. Un can de pelo largo es propenso a tener enredos en su manto y zonas de marañas en el pelaje. En estos casos, conviene ser especialmente constante con la rutina del cepillado e, incluso, hacerla más de una vez al día.
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