El nerviosismo y los mareos de los perros al viajar en coche son habituales. En ocasiones, estas situaciones tienen su origen en las malas experiencias del animal ligadas a los viajes en coche. Acostumbrarse al vehículo de manera paulatina, sentirse cómodo en él y evitar los mareos son pautas que ayudan a que el perro viaje a gusto y sin problemas.
El coche es un espacio extraño para el perro, por lo que antes de viajar con él en desplazamientos largos, es recomendable facilitar que se familiarice con él.
El animal debe asociar el viaje en coche con una experiencia positiva
Es suficiente que suba al vehículo de vez en cuando y lo olisquee e inspeccione con calma. El perro no asocia el coche con un medio de transporte para recorrer distancias largas. No es indispensable en su vida, por lo que se debe darle tiempo para que lo acepte en su vida, como un elemento que no supone un peligro y que conlleva una experiencia positiva.
Es posible realizar trayectos cortos cuando el perro se ha acostumbrado al vehículo. Si en ese tiempo se muestra tranquilo, hay que premiar su comportamiento. Una felicitación verbal y una caricia son suficientes para que el perro comprenda que ha hecho lo que se espera de él. El primer objetivo es que el animal asocie el viaje en coche con una experiencia positiva. De esta manera, dejará de lado los nervios y el rechazo hacia el coche.
Cómo evitar los mareos del perro al viajar
Evitar los mareos es importante para que el perro no tenga miedo a viajar. Para conseguirlo, se puede hacer lo siguiente:
- Dejarle en ayunas una horas antes del viaje.
- Si es propenso a los mareos, consultar al veterinario para que le recete una medicación específica.
- Procurar que en el vehículo entre aire fresco, incluso en invierno.
- Llevar su juguete preferido para que lo mordisquee y se mantenga entretenido.
- Ofrecerle algo dulce, incluso un poco de azúcar, porque este tipo de alimentos ayudan a combatir el mareo.
Ubicación del perro en el coche
La legislación obliga a tener una barrera física que separe al perro del conductor, ya que está prohibido llevarlo suelto en el coche. El perro debe ir colocado en el asiento trasero, separado por una red para evitar accidentes.
Hacer paradas durante el trayecto ayudará al perro a evitar mareos, nerviosismo y cansancio
Un cachorro que viaja por primera vez en coche se puede trasladar en brazos para evitar que con los bandazos se maree. En otros casos, el receptáculo específico para que viajen los perros es una buena solución para que estén tranquilos. Allí se les puede colocar una manta o colchón para que estén cómodos, un plato con agua y un juguete, para que se sientan como en casa. Hay varias opciones para preservar la seguridad de todos los pasajeros del vehículo:
– Instalar redes o barras metálicas que separan el coche en dos compartimentos: el delantero del conductor y otro a su espalda. Se pueden colocar delante de los asientos traseros o delante del maletero, si este se abre hacia el interior del vehículo (coches de cinco puertas).
– Otra forma de trasladar al perro consiste en colocar un arnés especial, que se sujeta al cinturón de seguridad del asiento trasero. En ese caso, el perro viaja sentado o tumbado sobre el sillón, en el mismo lugar que una persona.
– Si el perro no es muy grande, también podemos introducirlo en su cesta de viaje o transportín y colocarla, según prefiramos, bien en el maletero o en los asientos con nosotros.
Los peligros del viaje con el perro
El perro no debe viajar asomado por la ventanilla, ya que hay peligro de contraer otitis y registrarse accidentes. Tampoco puede viajar en el maletero porque se puede asfixiar. Hacer paradas durante el trayecto ayudará a evitar mareos, nerviosismo y cansancio. El perro aprovechará para estirar las patas, hacer sus necesidades y beber agua con tranquilidad.
El perro puede adquirir conductas inadecuadas en el coche. Estos malos hábitos de los perros en el coche se pueden dividir en varios comportamientos:
- El agresivo protector. Cada vez que alguien se acerca más de la cuenta al vehículo, arremete contra los cristales.
- El excavador irritante. Se aburre en el coche y se descarga con la tapicería.
- El viajero «cotilla». Quiere ir asomado a la ventana del vehículo, lo cual es peligroso.
- Estos malos hábitos hay que solucionarlos al principio porque cuanto más arraigados estén, más difícil será corregirlos.
Educar al animal desde pequeño para que se acostumbre al coche de manera paulatina.
El animal debe ir sujeto, de manera que no moleste al conductor.
Si tiene tendencia a marearse, acudir al veterinario para que le administre una medicación que lo evite.
Felicitar y premiar al perro cuando se muestre tranquilo en el coche. No acariciarle cuando está nervioso. Así se evita reforzar el comportamiento inadecuado.
Evitar que el perro asome la cabeza por la ventanilla.