Los gatos prefieren no viajar: a la mayoría no les gustan los cambios de escenario, se estresan en el coche y temen el momento de entrar en el transportín. Pero, como en todo, hay excepciones. Algunos felinos sí disfrutan, al menos toleran, los trayectos en automóvil. Ya sea un viaje de placer o por necesidad, a continuación se aporta una guía para trasladarse esta Semana Santa en coche acompañado del gato. Los trucos incluyen, entre otros, elegir un transportín rígido, utilizar premios comestibles, bajar el volumen de la radio, viajar con un arenero cerrado, darle de comer tres horas antes de partir y nunca dejar que el felino salga del vehículo.
Viajar con gatos en el coche: el transportín
La mayoría de los gatos prefieren no viajar, por lo que se les hace un gran favor dejándolos en casa bajo la atención de un amigo, familiar o cuidador profesional. Pero si no queda más remedio que trasladarse con el felino esta Semana Santa, la primera precaución es hacerle el trayecto lo más agradable y menos estresante posible.
Un viaje con gatos seguro y confortable implica elegir un buen transportín felino. La mayoría de los veterinarios coincide en recomendar los que son rígidos y tienen rejillas, ya que son más seguros.
¿Dónde colocarlo? «Hay que situar el transportín del gato en un asiento, asegurado con el cinturón de seguridad, o en el suelo entre los asientos delanteros y traseros, de forma que no se mueva y quede bien anclado», explica la Asociación Internacional de Cuidado de los Gatos.
Un estudio de la asociación automovilística alemana ADAC, la más grande del país, recomienda, no obstante, elegir la segunda opción: ajustar el transportín felino en el suelo entre los asientos delanteros y traseros, de forma transversal, para que el animal respire sin dificultad, alejado de las corrientes de aire caliente o acondicionado. ¿El motivo? En un estudio realizado, y recogido por el blog felino Mi Miga, concluye que el receptáculo colocado sobre los asientos con el cinturón de seguridad tiene riesgo de romperse si la velocidad del coche supera los 50 km/hora durante el impacto.
Además, la caja siempre tiene que estar cerrada, de manera que la mascota no pueda desplazarse por el vehículo.
Gatos en el coche, poco a poco
Los viajes del gato en coche serán menos estresantes, si el animal se habitúa al vehículo antes de las vacaciones de Semana Santa. Para ello, hay que acostumbrarle a su transportín poco a poco, dejándolo abierto en mitad del salón durante las semanas previas. ¿Otro truco? En ese tiempo también se pueden hacer con el felino pequeños recorridos en el automóvil.
Pero además, «los premios comestibles y comida sabrosa dentro del transportín pueden ayudar al gato que va en coche«, concluye un extenso estudio sobre el comportamiento de estas mascotas elaborado por la Universidad de Ohio (EE.UU.).
Gatos a bordo, ¡que no cunda en caos!
Los viajes del felino en el automóvil tienen que ser tranquilos. El volumen del equipo de música debe estar bajo y las ventanas del vehículo subidas hasta arriba, para evitar que los ruidos de la carretera puedan atemorizarle aún más.
El animal maullará al inicio del viaje e, incluso, durante todo el trayecto. Por eso, es recomendable hablar al gato en un tono tranquilo para calmarle y no sacarle del transportín, ya que puede resultar peligroso para él y para el resto de los viajeros.
¿Cuál es la mejor forma de ventilar el coche cuando viaja un felino? Con el aire acondicionado o los climatizadores, pues no son ruidosos y mantienen el vehículo a una temperatura adecuada para todos los ocupantes, incluida la mascota.
Qué hacer durante los descansos en un viaje largo
Los viajes en automóvil largos, cuando superan las dos horas de desplazamiento, obligan a hacer paradas. «En los viajes largos, hay que realizar paradas para que el gato beba agua y tenga posibilidad de utilizar su arenero, aunque no siempre lo use», explica la Asociación Internacional de Cuidado de los Gatos.
Estos recesos son un buen momento para que el animal trate de hacer sus necesidades, si precisa. Y un arenero cubierto dentro del coche será un buen aliado.
Pero es muy importante que el felino no salga del automóvil, aunque insista. Sacarle del vehículo implica peligros, entre otros, como que se extravíe. Tampoco se le puede dejar solo, menos aún en verano. No se debe subestimar lo rápido que sube la temperatura en el interior de un coche, ya que los gatos también sufren golpes de calor, que pueden ser mortales para estos animales.
Mareos, hormonas y comidas
Algunos felinos se marean durante los trayectos en automóvil, un malestar que el estrés empeora. Colocar el transportín en el suelo, entre los asientos delanteros y traseros, puede ser de gran ayuda en estos casos, ya que de este modo no podrán ver por la ventana y se reducirá su mareo. Pero hay que tener mucho cuidado de que la zona esté ventilada y lejos del conducto de la calefacción, si el desplazamiento es en invierno.
Antes de comenzar el viaje tampoco está de más visitar al veterinario, porque puede prescribir un sedante ligero que contribuirá a que la mascota vaya más calmada. «Además conviene vaporizar el vehículo media hora antes con feromonas sintéticas para gatos«, añaden estos expertos. Estas hormonas lograrán que el felino viaje más tranquilo en el coche y pueden adquirirse en casi cualquier centro veterinario.
Los gatos que viajan en automóvil deben alimentarse del modo habitual, ya que un cambio en su dieta incrementará su sensación de malestar y mareo. Pero es importante «dar la comida al felino al menos tres horas antes de ponerse en ruta, para prevenir los mareos», añade el Grupo de Medicina Felina.
¿Ha viajado usted alguna vez con su gato en coche y quiere compartir su experiencia y consejos? Puede hacerlo en la sección de comentarios. ¡Gracias!
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