Uno de cada cuatro hogares tiene al menos un perro, y son ya más de cinco millones los canes censados (de los que casi la mitad se corresponden a parejas sin hijos) en España. Aunque los números siguen aumentando, la evolución no la marca solo la cantidad: más que una mascota, nuestro amigo de cuatro patas se ha convertido en uno más de la familia, lo que influye en la manera de organizar tanto las rutinas diarias como las vacaciones. Dejarlo en una guardería o al cuidado de familiares o amigos es hoy menos necesario que nunca, debido a la creciente oferta de destinos turísticos dog-friendly. Averigua todo lo que tienes que saber si quieres disfrutar de tus vacaciones con tu peludo amigo.
Viajar con perro
Cada año, siete millones de españoles viajan con su perro al menos una vez. De ellos, un 93 % lo hace porque desea compartir con él su tiempo libre, y prácticamente uno de cada tres ni se plantea irse de vacaciones sin su mascota. Así lo afirma el estudio ‘Hábitos del turismo con perro: la oportunidad del dog-friendly para el sector del ocio y el turismo en España‘, elaborado por Dog Vivant sobre 2.912 encuestas realizadas a usuarios (2.743) y alojamientos (169) que admiten canes.
Los datos son poco ambiguos y muestran una clara oportunidad que además “apenas presenta barreras de entrada. Convertir tu negocio en dog-friendly casi no requiere inversiones en infraestructuras o acondicionamiento; es más una cuestión de voluntad”, afirma Elena Fernández, directora y fundadora de Dog Vivant y, desde hace cinco años, viajera perruna con su pequeña Mina. Para adaptarse a este nuevo nicho de negocio, que incluye el 22 % de las plazas hoteleras y mueve al año más de 10 millones de euros en España, será necesario desarrollar unas normas de convivencia entre clientes que viajan con y sin perro, determinar las zonas comunes a las que tienen acceso, si se puede desayunar con ellos o si hay que pagar un cargo extra por la mascota. “Antes no había esta costumbre y, por lo tanto, apenas existían alojamientos que ofrecieran esta posibilidad. Ahora estamos una fase en la que prácticamente te puedes mover con perro por toda España”, afirma Fernández.
¿Qué se valora más en un destino dog-friendly?
La mayoría de los usuarios recurre a Internet para organizar todo lo relacionado con sus vacaciones caninas, ya se trate de una escapada o de una estancia más prolongada. Páginas como Dog Vivant, Viajar con perros, Dónde ir con perro o Perro mochilero contienen abundante información sobre alojamientos, restaurantes, planes para hacer con tu mascota en destino e incluso posibles requisitos para viajar. Casas y alojamientos rurales de montaña o de costa están entre los alojamientos preferidos. Ellos se quedan una media de cinco noches con un gasto aproximado de 72 euros, un 23 % superior a las medias que recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE) para el sector turístico en general. Según el estudio de Dog Vivant, los viajeros con perro son además más proclives a escribir recomendaciones en Internet acerca de los establecimientos que visitan, medio que también utilizan para recabar la información de otros usuarios.
¿Qué valoramos más a la hora de escoger un alojamiento? Para un 86 % de los participantes en la encuesta, el aspecto más valorado es que el establecimiento permita al can dormir con sus dueños. Otros puntos imprescindibles son que el alojamiento se defina abiertamente dog-friendly y que informe con claridad acerca de su política y facilidades (46 %), y que disponga de zonas verdes cerca (45 %). Más de la mitad considera las opiniones dejadas por otros viajeros antes de decidirse, y aunque se tiene en cuenta la ausencia de suplementos por can, muchos no lo consideran imprescindible.
El norte, la estrella
Imagen: shelma25
Para Elena Fernández, el turismo con perros no está igualmente desarrollado en todo el territorio: “En general, las comunidades autónomas costeras tienen el dog-friendly más generalizado, debido a un mayor desarrollo turístico. El clima también desempeña un papel importante, y por eso la cornisa cantábrica tiene un éxito espectacular en este tipo de viajes, porque el clima es mucho más agradable para dar paseos con el perro que en el sur”. Eso, por supuesto, no quiere decir que solo en el norte se encuentren buenos destinos. Sin ir más lejos, tanto Mallorca como Andalucía cuentan con múltiples opciones. En cuanto a las playas, ya son casi un centenar de arenales aptos para perros a lo largo de todo el litoral.
No solo las empresas privadas reconocen las ventajas de posicionarse como dog-friendly. Así, el departamento de turismo del Gobierno vasco ha publicado una guía oficial para hacer turismo con perros; Gijón lleva años promocionándolo, ha impulsado la campaña #Gijonyesmican e incluso dispone de un perriplano elaborado con la colaboración de los usuarios; Valencia fue la primera ciudad de España en conseguir el sello turístico Pet Friendly de la Confederación Española de Agencias de Viajes; y la Asociación Empresarial Hostelera de Benidorm, Costa Blanca y la Comunidad Valenciana (HOSBEC) está dando ya pasos para impulsar este destino de la Costa Blanca en temporada baja. La desestacionalización es una de las características de este turismo, ya que el cliente con perro tiende a evitar los meses de mayor demanda. “La temporada alta sigue siendo la que es, pero luego ellos suelen optar por una serie de escapadas fuera de este periodo”, explica Fernández.
La convivencia y la empatía, fundamentales
A medida que crece el turismo canino, se hace más necesario educar en convivencia y educación entre la gente que viaja con y sin su mascota. “En la medida que haya más gente viajando con perro, los que no lo tienen se irán dando cuenta de que un perro no molesta continuamente, ni hace caca o pis en cualquier parte… Mayoritariamente son muy educados”, asegura Fernández. Por otra parte, “el que viaja con perro ha de cumplir las normas y entender que no a todo el mundo le gusta viajar así”, añade. “Tienen que saber que el perro es su responsabilidad y que debe estar tranquilo a su lado, no ha de soltarle en el jardín del hotel si no está permitido y tampoco dejarle solo en la habitación”. Se trata, en definitiva, que la huella que vayan dejando sea una huella buena, que no cierre el paso a nuevas oportunidades.
En el capítulo de asignaturas pendientes, Fernández recuerda la necesidad de un apoyo institucional para el transporte y el acceso a instalaciones: “En muchas ciudades, por ejemplo, no se puede ir en metro con perro y moverse por la ciudad con la mascota solo es posible en vehículo privado”. En Madrid, viajar en Metro sí es posible, salvo en horas de mayor afluencia de viajeros (de 7:30 a 9:30, de 14:00 a 16:00 y de 18:00 a 20:00). Precisamente por estas dificultades, conviene informarse antes de emprender cualquier tipo de viaje acompañados de nuestros peludos amigos de cuatro patas.