West highland white terrier: todo lo que debes saber sobre esta raza

La raza tiene un estándar con unas características físicas generales.

Los westies son perros bien proporcionados, compactos, fuertes y de extremidades musculosas.

Su altura a la cruz (desde el suelo hasta el punto más alto de los omoplatos), generalmente varía entre 25 y 30 cm, y su peso oscila de los 6 a los 10 kg.

Tienen la cabeza recta con respecto al cuello y cubierta de abundante pelo. Sus ojos, medianos y expresivos, suelen ser de color oscuro.

La cola es de longitud media, de unos 15 cm, y la llevan erguida en posición vertical.

Sus orejas puntiagudas se mantienen firmes, como en estado de alerta, lo que les da un aire de curiosidad continua.

Los west highland white terrier son perros longevos que suelen vivir entre 12 y 16 años.

Su pelaje es doble, con una capa interna corta, suave y densa, y una capa externa áspera, de unos 5 cm de largo. Siempre de color blanco.

La historia y el origen del west highland white terrier proviene de las tierras altas del oeste de Escocia, de donde toma su nombre.

Forma parte de un grupo de razas terrier que se desarrollaron en Escocia para cazar presas pequeñas en madrigueras y bajo tierra. Sus antepasados eran cairn terrier de trabajo, utilizados por nobles y agricultores para la caza de zorros, conejos, liebres y para exterminar plagas de ratas y ratones.

A lo largo del tiempo, los terratenientes y criadores escoceses comenzaron a seleccionar perros con pelaje blanco para facilitar la distinción entre el perro y las presas en la caza. El clan Malcom, de la finca Poltalloch, formó parte del origen de estos ejemplares.

Esta selección dio lugar a los perros que se acabarían denominando west highland white terrier. Una raza con un pelaje blanco distintivo.

Fue reconocida oficialmente a finales del siglo XIX, y en 1906, se estableció el estándar oficial en el Reino Unido.

Gracias a un temperamento y unas habilidades que no se le atribuirían en un primer vistazo, el westie puede ser un perro sorprendente.

Los westies son perros alegres, juguetones y de espíritu aventurero. Desbordan energía y entusiasmo, por eso son excelentes compañeros para jugar y disfrutar de actividades al aire libre.

Pese a su pequeño tamaño, son extremadamente valientes y seguros de sí mismos. Tienen el temperamento de un perro grande encerrado en un cuerpo pequeño.

Los westies son perros independientes y a veces pueden ser bastante tercos. Su tendencia a hacer las cosas a su manera, puede requerir de buenas dosis de paciencia y firmeza cuando se le entrena o adiestra.

Con sus dueños son amistosos, sociables y cariñosos.

De sus orígenes conservan un fuerte instinto de caza y una determinación innata. Persiguen todo lo que se mueve, si perciben un rastro pueden salir tras él sin dudarlo.

Los west highland terrier son muy buenos “perros de alerta” y no dudarán en ladrar fuertemente para avisar a sus dueños de la presencia de extraños, ruidos o de cualquier actividad inusual en su entorno.

Por su aguda inteligencia destacan en actividades de agility y entrenamiento de obediencia.

En general, los westies se llevan bien con los niños. Son juguetones y disfrutan relacionándose con los más pequeños.

Por carácter tienden a tener una mentalidad territorial, y a querer asumir la posición de líderes o alfas. Esto les puede llevar a enfrentarse a otros perros en caso de conflicto pero, si han sido socializados desde cachorros, no suelen tener ningún problema al interactuar.

La convivencia con otros animales pequeños puede ser complicada y requerir cierta supervisión. De nuevo, su instinto cazador, les puede empujar a perseguir a gatos u otros animales pequeños en casa. Aunque si los conoce desde siempre, no habrá conflictos.

El westie necesita una serie de cuidados para mantener intacto su bonito y blanco pelaje y mantenerse saludable.

El pelaje del westie es denso y debe ser cepillado de dos a tres veces por semana para evitar enredos y eliminar el pelo muerto. Un cepillado regular ayudará, además, a mantener la salud de la piel, normalmente delicada en la raza, y a reducir la caída del pelo.

Se recomienda un baño cada 1 o 2 meses con un champú para perros. Esta frecuencia será suficiente para mantener su pelaje blanco y limpio, sin provocar un posible problema para la piel. Como otra medida de prevención, es aconsejable secarlo bien después para evitar la acumulación de humedad en su manto.

Las orejas del westie deben revisarse y limpiarse a menudo, con un algodón o gasa mojada, para evitar que se acumulen suciedad y cera.

Debido a la forma de sus ojos y el pelo, en ocasiones largo, los westies pueden ser propensos a la acumulación de legañas y a tener irritaciones. Por eso hay que limpiarles los ojos cuidadosamente con un paño limpio y húmedo.

Cepillar los dientes varias veces a la semana será fundamental en la prevención de la acumulación de placa y de otros problemas dentales.

Las uñas deben mantenerse cortas. Si no es posible recortarlas en casa por inseguridad, un veterinario o peluquero canino puede hacerlo.

Para evitar que su bonito pelaje color blanco se ensucie y cambie, es aconsejable limpiarles el hocico después de comer o de estar jugando en la tierra.

El control de parásitos debe ser continuo para mantener al westie protegido contra pulgas, garrapatas y otros parásitos externos. Se aconseja consultar con el veterinario cuáles son los productos adecuados y las mejores formas de prevención.

El west highland white terrier no es una raza tranquila. Por su vitalidad es un perro que necesitará practicar ejercicio habitual. No intenso, pero sí constante.  

• Le encantará pasear a diario, tanto por la ciudad, como en áreas naturales (parques y senderos). Estas caminatas le ayudarán a quemar energía, a la vez que podrá explorar el entorno y tener la oportunidad de interactuar o jugar con otros perros que se encuentre.
• Los juegos mantendrán su mente activa y concentrada. Los juegos de lanzar y recuperar juguetes y pelotas, o los juegos de caza simulada, en los que se esconden golosinas o juguetes en distintos lugares y se le pide que los busque, son perfectos para esta raza.
• Los westies son perros ágiles y disfrutan de los desafíos físicos. Realizar con ellos actividades o cursos de agility les entretendrá mientras entrenan.
• El entrenamiento de obediencia es otra excelente forma de ejercitar la mente de un westie y estrechar vínculos con él. Tiene  inteligencia y una alta capacidad de aprendizaje para enseñarle comandos y trucos nuevos.

Hay que seleccionar alimentos formulados para la etapa de vida del west highland white terrier (cachorro, adulto o senior). Las necesidades nutricionales varían según la edad, el metabolismo y el nivel de actividad que tenga cada uno.

La dieta debe incluir alimentos comerciales de alta calidad, formulados específicamente para perros de razas pequeñas. A ser posible que enumeren la carne o una fuente de proteína como el primer ingrediente.

También puede estar formada por comida preparada en casa, pero con la supervisión y aprobación del veterinario. Los alimentos que tienen un equilibrio adecuado de proteínas, grasas y carbohidratos les ayudan a mantener un peso saludable.

Los westies son propensos a ganar peso fácilmente. Es importante controlar el tamaño de las porciones y evitar darles demasiados premios, así como alimentos humanos perjudiciales como el chocolate. El veterinario puede informar sobre todos aquellos que pueden ser nocivos para la salud del perro.

En cuanto a la frecuencia de las comidas, es mejor darles varias comidas más pequeñas al día, que una o dos más copiosas. Esto puede ayudar a prevenir posibles problemas estomacales y a mantener sus niveles de energía constantes. El westie necesita tener acceso constante a agua fresca y limpia. El recipiente debe estar siempre lleno y limpiarse a menudo.

El west highland white terrier puede ser propenso a alguna enfermedad hereditaria o genética y a problemas de salud comunes que pueden afectar a todos los perros en general.

Osteopatía craneomandibular o “Quijada del westie o scottie”: enfermedad genética en la que el hueso de la quijada crece de manera anormal. Normalmente aparece cuando el perro es cachorro, entre los 3 y los 6 meses de vida, para desaparecer en torno a los 12 meses, cuando deja de crecer.

Enfermedad hepática: también de carácter genético, consiste en una acumulación de cobre en el hígado que lleva al fallo hepático. Cuando comienza no tiene síntomas, se manifiestan con el tiempo, entre los 3 y los 6 años en forma de vómitos, falta de apetito, pérdida de peso e ictericia (ojos, piel y encías amarillentas).

Por la predisposición a desarrollar la enfermedad, se recomienda hacer una prueba al perro después del año de vida para analizar los niveles de cobre.

Enfermedad de la piel: debido a su pelaje espeso, los westies pueden ser propensos a tener problemas de la piel, como dermatitis atópica y alergias cutáneas. Es importante controlar cualquier signo de picor, enrojecimiento o irritación, y consultar al veterinario si es necesario.

Gracias a su temperamento afectuoso y vivaz es utilizado como perro de terapia para trabajar con niños y mayores, personas enfermas o con autismo. Incluso se han incluido en programas de reinserción de prisiones y en centros que trabajan con personas adictas a sustancias.

Aunque no hay un récord mundial específico para los westies, esta raza tiene un gran éxito en competiciones de agility, flyball, obediencia y exposiciones de belleza caninas para razas pequeñas.

Por su tamaño pequeño, el westie es un perro que puede vivir en cualquier lugar, lo que le hace perfecto para la ciudad y para estar en un piso. Aunque no hay que olvidar que debe realizar ejercicio regular y que necesita relacionarse y estimular su mente para no aburrirse y mantener su carácter equilibrado.

Los westies son perros inteligentes, pero también obstinados. Este rasgo de su carácter requiere de un adiestramiento firme, pero cariñoso, y de un dueño paciente que les enseñe a obedecer y les marque límites. Se recomienda comenzar con el entrenamiento de obediencia y la socialización desde que son cachorros.

Cariñosos y alegres, pueden ser la mascota ideal, tanto para personas mayores que sean activas, como para niños, con los que disfrutará jugando.

Sin duda, una elección muy acertada si su familia les proporciona el cuidado y la atención que necesitan.