A simple vista, nos pueden parecer todos casi iguales; pero los peces esconden muchas curiosidades que le sorprenderán. ¿Es verdad que no tienen memoria? ¿Les estresa el ruido? ¿Cómo conocer su edad? Este artículo responde a estas y a otras cuestiones interesantes sobre estos animales acuáticos.
1. Tienen memoria
Los peces pueden retener en su memoria sucesos de hasta cinco mesesSi es de los (muchos) que siguen pensando que los peces solo logran recordar las cosas durante tres segundos… está equivocado. Como demostraron los científicos del Institute of Technology Technion en Israel, los peces pueden retener en su memoria sucesos de hasta cinco meses. Para demostrarlo, los investigadores entrenaron a algunos peces en cautiverio para que respondieran a ciertos sonidos. Una vez liberados, y al cabo de varios meses, comprobaron que seguían recordando su entrenamiento.
2. El ruido causado por el ser humano también les afecta
Los océanos ya no son el remanso de paz que imaginábamos. Un estudio de la Universidad de Leiden (Holanda) ha analizado los efectos del ruido de embarcaciones, plataformas petroleras y gasísticas en los peces y ha demostrado que la contaminación acústica puede despistar a los animales y alejarles de las mejores zonas para encontrar comida o reproducirse. Y no solo eso. También les produce estrés, lo que a su vez puede afectar de forma negativa a su crecimiento y su capacidad reproductiva. Los arenques, el bacalao y el atún son los que ocupan los primeros puestos a la hora de desenvolverse peor en ambientes ruidosos.
3. Su edad se determina como la de los árboles
La determinación de la edad de los peces y los parámetros estimados a partir de ella (edad de maduración, crecimiento, mortalidad, etc.) es una información básica en los actuales modelos de evaluación de stocks pesqueros. ¿Pero cómo se sabe la edad de los peces? Hasta la fecha, la técnica más extendida era la lectura de los otolitos (un pequeño hueso situado en la parte interior del oído de los peces). Los otolitos, como los troncos de los árboles, están compuestos por varias capas concéntricas con radios distintos que marcan la edad de los peces. Sin embargo, estudios recientes han puesto en duda la validez de este método, y ahora se está trabajando en el análisis de la microestructura de los otolitos y en metodologías genéticas de datación de la edad, que en un futuro podrían ser una alternativa válida a la tradicional metodología de datación.
4. También tienen cáncer
Una investigación de colaboración entre la Universidad de Newcastle (Reino Unido) y el Instituto Australiano de Ciencias Marinas ha revelado que la trucha coral, una especie que vive en la Gran Barrera de Coral y bajo el mayor agujero de la capa de ozono del mundo, tiene altas posibilidades de presentar melanoma (el 15% de los peces muestreados tenían lesiones oscuras en la piel).
5. Se protegen del sol
Los peces cebra producen su propio filtro solar: gadusol, un componente que los protege de los rayos ultravioleta. Dado su origen natural, este descubrimiento de los investigadores de la Universidad de Oregón (EE.UU.) abre la puerta a la producción a gran escala de gadusol para cremas solares y antioxidantes en la industria farmacéutica. Aunque aún harán falta otros estudios para comprobar cómo se absorbe, se distribuye y se metaboliza este componente en el cuerpo y asegurarse de su eficacia e inocuidad.
6. El pez cebra: el futuro de la investigación científica
El modelo animal pez cebra (ese que es posible que tenga en su pecera de casa) se está extendiendo en el ámbito científico y empresarial debido, entre otras características, a su alto grado de similitud genética con otros vertebrados superiores incluyendo los humanos, su facilidad de manejo y reproducción, así como las grandes posibilidades que ofrece para estudios relacionados con la salud humana, la alimentación y la biotecnología. Otro de los principales motivos de su auge entre la comunidad científica consiste en que es prácticamente transparente en las primeras etapas de su crecimiento, lo que permite a los investigadores observar con gran detalle los distintos procesos que se desarrollan en su organismo. A todo ello se le suma que son peces fáciles de criar y suponen menos coste para los laboratorios, en comparación con otros animales de experimentación como las cobayas o los conejos.
7. Satélites: aliados tecnológicos para la pesca del atún
Los biólogos y oceanógrafos colaboran desde hace más de una década en la búsqueda de las condiciones oceanográficas favorables para la presencia de especies pesqueras pelágicas.
Por ejemplo, la flota vasca de bajura, a través del centro tecnológico AZTI, tienen como aliados tecnológicos a los satélites de observación terrestre MODIS, NOAA y JASON para la pesca del bonito (Thunnus alalunga ) y cimarrón (Thunnus thynnu). Estas dos especies tienen unas preferencias medioambientales muy marcadas: al primero le gusta estar a 16-20 ºC y a 17-21 ºC al segundo. Los datos de temperatura superficial del océano captados por los satélites, junto con otras variables medioambientales como la concentración de clorofila o la altura de la superficie libre del mar, pueden ser transformados en zonas de alta probabilidad de encontrar a estos túnidos.
8. En Europa comemos más pescado del que podemos pescar
El mar que rodea al viejo continente no nos llega para abastecer nuestra necesidad de comer pescado. Según un informe de la FAO, el consumo medio de los europeos pasará de los 22 kg/persona/año en 1998 a 24 kg/persona/año. El aumento de dos kilogramos significa que la oferta neta tendrá que aumentar en 1,6 millones de toneladas (1,1 millones para los 2 kilos adicionales y 550.000 toneladas por los 22 millones de habitantes extra). El crecimiento de la acuicultura no podrá satisfacer esta demanda creciente, por lo que Europa dependerá cada vez más de las importaciones.
9. Las piscifactorías provocan la evolución de las especies
Según investigadores de la Universidad de Oregón (EE.UU.), el impacto de las piscifactorías en los peces salmónidos es tan profundo que en tan solo una generación, los peces que pueden sobrevivir y prosperar en el ambiente de la piscifactoría pierden la capacidad para prosperar y reproducirse en un medio salvaje. Algunas de las causas posibles señaladas de estos efectos de la cría en cautividad son la mezcla endogámica entre parientes próximos y la selección de domesticación involuntaria o la habilidad de algunos peces a adaptarse al particular medio de la piscifactoría.
10. Los primeros peces caminaron debajo del agua
Aunque no parece el no va más en cuanto a innovaciones en locomoción, los científicos de la Universidad de Chicago (EE.UU.) han podido demostrar que, gracias al cuerpo anguiliforme y las aletas esmirriadas de pez lungfish (pez pulmonado) y su extraño comportamiento al desplazarse, se añade un nuevo capítulo a la evolución de la vida desde el medio acuático al terrestre.