Si usted es de los que tira las cajas de pizza grasientas al cubo de reciclaje de cartón (el azul), es hora de aceptarlo: es un reciclador aspirante. Todos lo hemos hecho alguna vez, pero puede que estemos haciendo más mal que bien al planeta. Para pasar de ser recicladores aspirantes a recicladores avezados, hemos rescatado algunos de los errores de reciclaje más habituales que conviene tener en cuenta la próxima vez que acuda al contenedor. Uno de los errores de reciclaje más comunes es dejar el cartón grasiento de la pizza en el contenedor azul. Pues no: hay que llevarlo al contenedor de materia orgánica.
Reducir el consumo, reutilizar los objetos, reciclar los materiales, retornar los envases y reparar aquello que puede tener una segunda vida son las cinco erres de la sostenibilidad. Como muestra, un botón. Cada año, miles de millones de botellas de plástico se desechan en el mundo. Según un estudio de Greenpeace, esto significa que entre 4 y 13 millones de toneladas de plástico acaban en los océanos cada año, un plástico que los animales marinos devoran, con el riesgo que implica para sus vidas.
En España se reciclan un total de 1,3 millones de toneladas de envases domésticos al año, según el ‘Estudio de Hábitos de Reciclaje de los Españoles’, elaborado por el Instituto Apolda. Y es que reciclar bien es indispensable. Pero a veces no acertamos. Estos son diez errores habituales en la separación de la basura doméstica para reciclar.
1. ¿Qué hago con la caja de pizza sucia?
Una de las equivocaciones de reciclaje más comunes es dejar el cartón grasiento de la pizza en el contenedor azul. Pues no: hay que llevarlo al de materia orgánica o el gris, ya que el aceite se absorbe por el cartón, algo que lo hace difícilmente recuperable en las plantas de tratamiento de papel y cartón.
Las cajas de pizza que tienen una pequeña cantidad de grasa pueden valer, pero si el pringue se ha apoderado del cartón, lo mejor es dejarlo en el contenedor general, el de orgánico. No obstante, recuerde que las cajas tienen dos lados: uno de ellos puede estar inservible, pero tal vez la tapa sí pueda recuperarse para el reciclaje en el cubo azul, el de cartón.
2. ¿La lata de refresco es un envase?
Por increíble que parezca, hay aún mucho desconocimiento acerca de qué es un envase (y debe ir al contenedor amarillo) y qué no lo es. «Muchos ciudadanos no recuerdan que los briks y las latas son envases y que, por lo tanto, se depositan en el contenedor amarillo«, dice Elena López, gerente de comunicación de Ecoembes.
Los briks son perfectamente reciclables y se les puede dar una segunda vida. Por su parte, las latas están compuestas de aluminio y se pueden reciclar un número ilimitado de veces.
3. No olvide la bolsa de plástico
Si el contenedor de reciclaje queda lejos de su casa, o a un paseo, es normal meter los envases para el reciclaje, incluso los cartones limpios, en una bolsa de plástico para ayudar a su transporte. Pero ¡ojo! Por simple que parezca, hay que recordar vaciar los residuos en su contenedor apropiado y recuperar la bolsa de plástico.
Las bolsas de plástico que acaban en el contenedor del papel o del vidrio son una de las pesadillas más recurrentes de los operarios que trabajan en las plantas de tratamiento de estos residuos. El motivo es que se atascan en la maquinaria y dificultan todo el proceso.
4. ¿Dónde van los juguetes?
Aunque sean de plástico, los juguetes no van al contenedor amarillo. El motivo es de peso: los juguetes no son envases. Algunos de ellos, además, contienen otros materiales, como componentes eléctricos. Entonces, ¿qué hay que hacer con ellos?
Los juguetes de plástico hay que llevarlos al punto de limpio de su ciudad, ya que suelen estar hechos de plástico de buena calidad. Esto los hace más valiosos, ya que es posible fundirlos y utilizarlos de nuevo para fabricar otro objeto. Además, existen diferentes ONG que recogen juguetes usados para obras sociales.
5. ¿Qué hago con los biberones y utensilios de cocina?
Igual que los juguetes, y aunque también sean de plástico, los biberones y chupetes tampoco hay que meterlos en el contenedor amarillo. Lo conveniente es acudir al punto limpio. Y lo mismo sucede con los utensilios de cocina que con el paso del tiempo y el uso dejan de ser útiles, como una espátula o un escurridor. Recuerde: no van al contenedor amarillo.
6. ¿Dónde tiro el cepillo de dientes?
Ni los cepillos de dientes ni las maquinillas de afeitar hay que depositarlas en el cubo amarillo. Aunque su material principal sea el plástico, no son envases, y su destino correcto es la fracción de resto (contenedor gris). En el mejor de los casos, se extraerán los materiales reciclables antes de ser enviados a la incineradora o a un depósito.
7. ¿Qué hago con los bastoncillos?
Otras cosas que deben entrar en el contenedor gris, aunque muchos acaben en el amarillo, son los bastoncillos y las toallitas húmedas.
8. ¿Y con las bombillas?
No, tampoco ellas van al contenedor verde, destinado al vidrio. Las bombillas tradicionales, de filamento, hay que depositarlas en el contenedor gris. Pero si son bombillas LED o fluorescentes es mejor llevarlas a un punto limpio o a las tiendas donde las venden, ya que, por lo general, tienen un contenedor para ellas.
De estos residuos se separan el vidrio y los metales, que son materiales valiosos. Además, durante el proceso se extrae el mercurio de las bombillas, que sirve para hacer pilas o bombillas.
9. Tapones de corcho
El corcho natural es un material orgánico, que forma parte de la corteza de algunos árboles (alcornoque). Por lo tanto, si su ciudad tiene un sistema de recogida de basura orgánica, ese es el lugar más adecuado para desechar el corcho de las botellas de vino, ya que podrá convertirse en compost.
Y si no, aunque parezca increíble, hay que dejarlo en el contenedor amarillo, porque se considera un envase. Otros objetos que también van al amarillo son las chapas metálicas y los tapones de plástico.
10. Vasos y copas
Ni los vasos de cristal ni las copas son envases de vidrio, por lo que no deben ir al contenedor verde. El motivo es que vasos y copas contienen materiales que le diferencian del vidrio, y necesitan un tratamiento distinto y mayores temperaturas para fundirlos. Hay que llevarlos al contenedor gris o al punto limpio.
- Puede seguir a Eva San Martín en Twitter.
La montaña de basura que producimos tiene cifra: Europa genera más de 2,5 millones de toneladas de residuos al año. Y solo cada español origina una media de 448 kilos de residuos urbanos, según Ecoembes, es decir, seis veces más que su peso medio. Pero es que, además, se espera que en 2020 la producción mundial de plástico pase de los 300 millones actuales a 500 millones de toneladas. Y esto es solo el principio, porque también desechamos toneladas de vidrio, tetrabriks y papeles, entre otros residuos.