Los altos niveles de contaminación del aire en Madrid de nuevo han llevado hace poco a restringir el tráfico en la ciudad durante varios días. Esta es solo una de las diversas medidas que deberían tomarse para combatir la polución, un problema que afecta cada vez más al medio ambiente y a la salud de millones de personas. Este artículo señala once consejos para reducir la contaminación atmosférica en las ciudades.
1. Ser conscientes del problema
La contaminación del aire urbano provoca 16.000 muertes prematuras en España, 370.000 en Europa, según diversas estimaciones. Xavier Querol, científico del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y uno de los mayores expertos en polución en nuestro país, explica que «en realidad, nadie se muere por contaminación, sino que agrava enfermedades existentes». Y si no se toman medidas, esto podría empeorar en los próximos años. Un informe reciente de Ecologistas en Acción señalaba que en 2015 han aumentado los principales contaminantes del aire en España por primera vez desde 2008.
2. Reducir el número de coches
La contaminación del aire urbano provoca 16.000 muertes prematuras en España, 370.000 en EuropaEl tráfico es la principal causa de la contaminación atmosférica urbana. Para reducir su tránsito se pueden tomar varias medidas, como la restricción de vehículos, la implantación de zonas de baja emisión donde se prohíben los coches más contaminantes (unas 200 ciudades europeas ya las utilizan), suavizar el flujo del tráfico (por ejemplo con zonas 30 donde se limita de la velocidad a 30 km/h), etc.
3. Obligar a los fabricantes de automóviles a que sean menos contaminantes
Un año después del escándalo de las emisiones contaminantes de los vehículos diésel, los fabricantes contaminan incluso más que la marca que lo desatara, Volkswagen. Así lo reconoce un informe de la ONG europea Transport & Environment que promueve un transporte más limpio y sostenible. Su portavoz, Nico Muzi, apunta varias medidas para acabar con este fraude, como crear un organismo independiente a nivel europeo o exigir a los fabricantes que arreglen los turismos contaminantes. Según Querol, «no se trata de ir contra los diésel, porque emiten menos dióxido de carbono (CO2) y consumen menos combustible, sino de obligar a que reduzcan las emisiones».
4. Favorecer el uso de coches eléctricos
Diversas instituciones locales y estatales fomentan el uso de los coches eléctricos en las ciudades con varias medidas, como la concesión de ayudas para su compra o alquiler (en España está el Plan PIVE y PIMA Aire), la gratuidad de aparcamiento en las zonas controladas o la construcción de postes de recarga eléctrica.
5. Impulsar la movilidad sostenible
Los ciudadanos podrían dejar de utilizar el automóvil, si se les ofrece sistemas de movilidad alternativos en condiciones. Querol destaca que, en vez de prohibir, habría que hacer muy atractivo el transporte público «REC» (Rápido, Económico y Confortable). Para ello se pueden aprobar bonos que desgraven en el IRPF, en vez de hacer reducir costes a la empresa de transportes, o mejorar las líneas de cobertura. La bicicleta debe ser una apuesta decidida, con medidas como el aumento de los carriles bici, las zonas 30, los sistemas de préstamo públicos o incentivos para ir al trabajo en dicho medio de transporte. Varias ciudades europeas fomentan la combinación de transporte público, bicicleta y movilidad a pie (intermodalidad), ofreciendo en sus estaciones de transporte público aparcabicis amplios y seguros o parkings disuasorios periféricos con una buena conexión intermodal con el centro urbano.
6. Implantar sistemas de filtrado en las centrales térmicas
Las centrales térmicas de energía, otro de los principales emisores, deberían incluir tecnologías de filtrado. Es el caso de los sistemas de reducción catalítica selectiva, que generan menos cantidad de óxidos de nitrógeno (NOx) durante la combustión. En este sentido, cualquier medida que conlleve reducir el consumo eléctrico y aumentar la eficiencia energética contribuirá a disminuir la contaminación.
7. Aprobar y hacer cumplir leyes de calidad del aire más exigentes
Juan Bárcena, uno de los autores del informe de Ecologistas en Acción, subraya que la normativa de calidad de aire se debería aprobar, y hacer cumplir, según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se basa en criterios estrictamente sanitarios. Este experto recuerda que, en la actualidad, la legislación europea y la española son menos exigentes: la contaminación atmosférica afecta al 40% de la población española según los límites legales, y al 99%, si se establecieran las recomendaciones de la OMS.
8. Regar las calles donde no llueve
En las ciudades donde la lluvia es menos abundante la atmósfera no se limpia y las partículas están continuamente en suspensión, señala Querol. Por ello propone regar las calles tres o cuatro horas antes de la hora punta del tráfico.
9. Informar a los ciudadanos de manera adecuada
Las instituciones deberían informar de forma rápida y comprensible cuándo y dónde se superan los límites de contaminación. Por ejemplo, en el caso del ozono, Bárcena explica que «las comunidades autónomas tienen que informar por ley a la población cuando se superan los 180 microgramos por m3, pero se limitan a una nota de prensa publicada el día posterior, y Extremadura, Galicia y País Vasco ni avisan».
10. Certificar las estufas y calderas de biomasa
La biomasa, como los pellets, para estufas y calderas es un sistema de calefacción con diversos beneficios ambientales, si se emplea de manera adecuada. Querol recuerda que «algunos pellets utilizados, como los de madera reciclada, arrojan niveles muy importantes de contaminantes y no hay ninguna certificación en los países del sur de Europa».
11. Apoyar más investigaciones científicas
Los estudios científicos para detectar y conocer mejor la contaminación atmosférica son también muy importantes para hacer frente a este problema.
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