Un edificio construido y habitado de manera sostenible es más saludable y consigue importantes ahorros para sus ocupantes. Aspectos como la calidad del aire interior, la ubicación, la eficiencia energética, el aislamiento térmico o el uso de energías renovables son algunos de los aspectos que hay que tener en cuenta. Este artículo señala siete claves para conseguir un hogar saludable y sostenible.
1. Luchar contra la mala calidad del aire interior
Diversos estudios señalan que el nivel de contaminación de las viviendas puede ser varias veces superior al del exterior. «En los países menos desarrollados provoca más de cuatro millones de fallecimientos prematuros, en la mayoría de los casos por fuegos abiertos o cocinas sin evacuación exterior para guisar y calentarse», destaca Jesús de la Osa, autor del informe ‘Hogares saludables, edificios sostenibles‘, del Observatorio de Salud y Medio Ambiente DKV Seguros Ecodes.
2. Tener en cuenta el entorno y la conexión con el exterior
El consumo energético de calefacción supone un 47% del total de los hogares españolesEl emplazamiento de la vivienda debe tener en cuenta la orientación: al sur deberían estar los salones y los dormitorios de niños; y al norte cocinas, baños, escaleras y estancias que precisen menos calor. Otros elementos que se deberían considerar es la posible contaminación del suelo, el impacto acústico, la proximidad de zonas verdes y peatonales y la cercanía a fuentes de contaminantes atmosféricos. Los espacios exteriores (patios, terrazas, zonas verdes, espacio público anexo, etc.) deben favorecer la iluminación y ventilación natural, el contacto con vegetación y la accesibilidad.
3. Combatir la pobreza energética
La pobreza energética, la incapacidad de mantener la vivienda a una temperatura adecuada, crece cada vez más en España, según un informe de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA). Frente a este problema «que causa enfermedad, muerte y convierte la vulnerabilidad social en exclusión social, es indispensable la acción estructural y a largo plazo», advierte De la Osa, quien reclama un «ambicioso plan de rehabilitación energética de nuestro envejecido y poco eficiente parque de viviendas antes que construir nuevas, además de medidas de choque como el aplazamiento de pagos para personas vulnerables, el bono social, la reducción de potencia contratada y medidas de ahorro y eficiencia energética». Este experto pone como ejemplo el proyecto Ni Un Hogar Sin Energía, de la ONG Ecodes, que trabaja con familias vulnerables: «Mediante la optimización de los contratos energéticos ha obtenido un ahorro económico medio del 22%».
4. Conseguir un diseño adecuado de cerramientos y envolventes
Mantener una temperatura óptima es clave en un hogar saludable y sostenible. Para ello, es fundamental un cerramiento y envolvente con un aislamiento adecuado para asegurar el confort térmico, acústico y lumínico. De la Osa destaca que es preciso actuar donde suceden las mayores pérdidas de calor: colocar burletes en ventanas (barato y muy eficaz); sustituir ventanas y vidrios (tiene mayor coste, pero con carpinterías de baja conductividad térmica y cristales dobles se evitan grandes pérdidas de calor); aislar muros y tejados de la casa (más complejo y caro, pero recupera la inversión, ya que ahorra mucha energía); reducir el consumo energético de calefacción (supone un 47% del total de los hogares españoles) bajando el termostato según la estancia y la hora; mientras que medidores de calor y repartidores de costes en las calefacciones colectivas harán que cada uno pague lo que realmente consume, pudiendo lograr ahorros de entre un 20 y un 30%.
5. Aumentar la eficiencia y el ahorro
Conseguir una alta eficiencia energética supone una inversión inicial que se recupera y logra más adelante ahorros importantes. La certificación energética de edificios es una buena pista para conocer el rendimiento de la vivienda que queremos adquirir o si la nuestra necesita mejoras. Jesús de la Osa ofrece otras recomendaciones, como comprar electrodomésticos de la máxima eficiencia posible (A+++), utilizar tecnologías ahorradoras en los equipamientos e instalaciones del hogar (calefacción, agua caliente sanitaria, aire acondicionado, frigorífico y lavadora, iluminación, etc.), dispositivos de ahorro en griferías, inodoros, sistemas separativos con reciclaje de aguas grises, recuperación y almacenamiento de agua de lluvia, jardinería con especies autóctonas y de baja demanda de agua, etc.
6. Reducir la generación de residuos y reciclar
El uso de tecnologías y sistemas constructivos que generen pocos residuos en las fases de construcción, empleo y demolición y sean fácilmente reutilizables, removibles y reciclables, es otro de los elementos indispensables de un edificio sostenible. Una vez construido, sus ocupantes también deben concienciarse de la necesidad de reducir su producción de residuos y su correcta separación para su posterior reciclaje.
7. Utilizar energías renovables
Las renovables producen una energía limpia e inagotable y son la alternativa ecológica a los combustibles fósiles y contaminantes que dominan el panorama energético actual. Los consumidores pueden instalar en sus hogares algún tipo de tecnología renovable, como placas fotovoltaicas o energía solar térmica, o bien hacerse cliente de alguna de las cada vez más numerosas comercializadoras de electricidad 100% verde.
Sigue el canal de Medio Ambiente en Twitter @E_CONSUMERma y a su autor @ecienciacom