Los alimentos ecológicos son aquellos que han sido tratados con pesticidas naturales y cultivados respetando los ciclos propios de la naturaleza. No solo saben mejor, sino que su crecimiento lento -no forzado por los fertilizantes químicos de síntesis- permite que verduras, plantas y frutas maduren más despacio. Pero, ¿es posible hacer un huerto ecológico en casa con éxito? ¡Por supuesto! ¿Y por dónde hay que empezar? En este artículo te contamos los siete pasos que debes dar para conseguirlo.
«Aunque al principio solo cultivemos cuatro lechugas en un macetero o unas tomateras en una jardinera grande, tener tu propio huerto ecológico siempre resulta una experiencia enriquecedora», reconoce Mariano Bueno, autor de ‘El huerto familiar ecológico’ Los alimentos ecológicos cuidan el planeta y protegen el suelo: el cultivo ecológico alimenta el sustrato para permitir que este pueda albergar cultivos durante más tiempo, incluso años. También reducen la cantidad de sustancias químicas artificiales, fertilizantes, abonos y pesticidas de rápida evacuación que acaban en los acuíferos de aguas subterráneas, y después en los ríos y mares. De hecho, el 36 % de los españoles que toman productos ecológicos (también llamados biológicos u orgánicos) lo hacen movidos por motivos medioambientales, según una encuesta del Ministerio de Agricultura sobre consumo alimentario.
«El huerto ecológico produce alimentos saludables tanto para el consumidor como para el entorno, ya que no emplea productos químicos de síntesis», resume Mariano Bueno, gurú de la vida ecológica y autor de ‘El huerto familiar ecológico’ (RBA, 2016), una de las «biblias» de la azada saludable.
Dónde empezar el huerto ecológico
Para empezar en esto del huerto ecológico y no abandonar por el camino lo fundamental, dice Bueno, es no ser demasiado ambiciosos. «Aunque al principio solo cultivemos cuatro lechugas en un macetero o unas tomateras en una jardinera grande, tener tu propio huerto ecológico siempre resulta una experiencia enriquecedora», confiesa.
El segundo paso supone no desmoralizarse y tener interés en aprender. «No necesitamos haber nacido en una familia de agricultores. El interés y la curiosidad por aprender tanto de los aciertos como de los errores resolverá esa carencia inicial de conocimientos de cultivo», asegura Bueno.
El tercer paso consiste en encontrar un sitio para el huerto. Si usted es uno de los afortunados que cuenta con un jardín en casa, ese el lugar idóneo para comenzar el huerto ecológico. Aunque tenga que sacrificar parte de sus plantas ornamentales, una zona de huerto puede ser tan vistosa o más que un jardín convencional.
Si vive en un piso, no desespere. «La terraza es un buen sitio para colocar amplias jardineras donde cultivar hortalizas como una tomatera, un par de matas de pimientos o unos rabanitos», señala Bueno. La clave es experimentar y dar con lo que más le guste. Incluso un tejado plano y hasta el balcón o el alféizar de una ventana puede ser un sitio para montar un huerto ecológico donde dejar crecer plantas comestibles tan decorativas, y más sabrosas, que las ornamentales.
Hacer compost Un huerto ecológico es un ente que funciona de forma autónoma. De hecho, cuando el diseño de su espacio está bien hecho, apenas necesitará abonar. «En una huerta ecológica los restos de la cosecha se convierten en abono«, apunta la ambientóloga Marta Rosique, creadora de ‘Plantea en Verde’, un espacio de propaga sostenibilidad «en forma de tomates» para la ciudad.
El compostaje consiste en transformar basura orgánica en compost, un sustrato idóneo para el huerto ecológico. Y este es el cuatro paso para el huerto ecológico. Hay que tener un compostero, un cubículo aireado en cuyo interior se hará la descomposición y mineralización de los restos orgánicos con ayuda de los microorganismos descomponedores. La buena noticia es que puede hacer una compostador con unos palés clavados para que tenga cuatro paredes, dejando espacio de un centímetro entre los postes para que entre el oxígeno.
Otro aspecto importante son los residuos que hay que usar. Pueden ser secos o húmedos -deben alternarse en diferentes capas-, pero es mejor si los escoge variados. Los secos son restos de poda o de cultivo, hojas secas, paja y hasta cartón o cáscaras de huevo. Los húmedos o verdes son restos de frutas, verduras, césped, estiércol fresco y hasta posos de café e infusiones.
Con el objetivo de hacer un buen sustrato, añada tierra o arena del huerto. También es muy importante ventilar la caja de compostaje para que no se pudra y voltear el compost, removerlo de arriba abajo, a partir del primer mes para que el sustrato sea homogéneo.
Pero no desespere: puede saltarse este paso y elegir un compost ecológico comercial, ya elaborado.
No comience a lo grande De poco sirve intentar construir una gran huerta ecológica, si aún no sabe cómo hacer crecer una mata de pimientos en su terraza. El quinto paso, entonces, es ir paso a paso y empezar su huerta poco a poco. «Intentar hacer un huerto enorme y muy variado desde el principio está en el 90 % de las veces condenado al fracaso», advierte la ambientóloga. «No olvide que cada planta tiene su propio ritmo y necesidades y usted debe aprenderlas paso a paso. Es más fácil conseguir la huerta ecológica soñada poco a poco», asegura Rosique.
Aproveche los vegetales amigos Un huerto ecológico no usa pesticidas ni plaguicidas sintéticos, pero puede aprovechar las asociaciones beneficiosas de plantas comestibles -y este es el sexto paso- para evitar las plagas y maximizar los recursos del suelo disponibles. Un ejemplo es poner cerca plantas como la lechuga -que desarrolla más su parte aérea- y la zanahoria -que crece más en el subsuelo- en el huerto. ¿Por qué plantas empiezo? El séptimo paso es escoger las plantas. Las aromáticas como el romero, albahaca, la lavanda, la savia o el tomillo resultan sencillas de plantar, además de gratificantes en la cocina por sus propiedades. Además, las tomateras, matas de pimientos y rabinitos son otros cultivos comestibles nada complicados de cultivar para un horticultor principiante. También fresas, judías, lechugas, zanahorias, remolacha, berenjena, calabacines, habas y canónigos son otros cultivos fáciles y que se adaptan bien a los maceteros grandes en un balcón.
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