Trece acuarios europeos de la compañía «Sea Life», entre ellos el centro situado en Benalmádena (Málaga), han puesto en marcha una campaña para reclamar a Naciones Unidas la ilegalización de la pesca de tiburón para la extracción de sus aletas, práctica conocida como «finning».
Los promotores de la iniciativa, que cuenta con el apoyo de las organizaciones ecologistas Greenpeace Alemania, Shark Trust e International Fund of Animal Welfare (Ifaw), pretenden conseguir un mínimo de 250.000 firmas para ilegalizar esta práctica que consiste en la sección de la aleta del animal cuando aún está vivo y la devolución al mar del ejemplar mutilado, que muere desangrado o devorado por otros tiburones.
Esta campaña también pretende, según los organizadores, concienciar sobre la necesidad de proteger a unos animales gravemente amenazados, ya que, de los más de cien millones de tiburones capturados anualmente en todo el mundo, el 95% se consume en Asia para la elaboración de la sopa de aleta de tiburón.
El pasado lunes, la Comisión Europea propuso adoptar un reglamento para prohibir en aguas comunitarias el «finning». Esta propuesta deberá ser examinada por los ministros de Pesca de los Quince.