La generalización de las luces LED en la iluminación navideña está logrando ahorros de un 60% respecto a las antiguas bombillas incandescentes, señala Alfredo Berges, director general de la Asociación Española de Fabricantes de Iluminación (ANFALUM). El uso de las LED se está extendiendo en todo el sector de la iluminación, con cifras que llegan a un 58% de presencia sobre el total. Gracias a esta tecnología y otras innovaciones de ahorro, como detectores para apagar y encender, se puede conseguir reducir el consumo energético en iluminación hasta en un 80%, calcula Berges.
“Las LED aguantan 15.000 horas, frente a las 3.000 de las incandescentes, y su reciclabilidad es del 100%”El aspecto más destacado es su transformación a los LED, algo que se está produciendo en toda la iluminación en general, que desde el sector denominamos “ledificación”. En la actualidad representa el 58% del total. En cuanto al alumbrado navideño, se está consiguiendo ahorrar mucho dinero, en torno al 60% de ahorro respecto a las antiguas bombillas incandescentes. Los últimos LED permiten un mejor diseño, son muy flexibles, se pueden modular la intensidad, los colores, etc.
Sí, se ha notado. Llevamos ya unos cuatro años con LED. Esta tecnología, además, ha evolucionado y se ha vuelto cada vez más eficiente.
Los LED han ido también descendiendo en precio. De todas formas, con la iluminación no se puede pensar a corto plazo, sino a medio y largo plazo. Ahora estaremos invirtiendo más, pero se puede amortizar entre dos y tres años. Por eso en muchos ayuntamientos se repite la decoración, para que no haya que volver a invertir.
“A partir de dos años se amortiza el gasto en las luces LED con el consumo, y pueden durar unos diez años”Con las LED se ha conseguido mucho de ahorro energético y de vida útil del producto. Ahora aguantan unas 15.000 horas, y su reciclabilidad es del 100% al final de su vida. Antes una incandescente convencional duraba unas 3.000 horas.
Entiendo que sí, aunque en algunos sitios se seguirán utilizando todavía.
Hay que pensar qué se quiere hacer: si cambiar toda la iluminación de la casa o en determinados lugares. Siempre animo a la gente que antes lo estudie, que piense dónde las quiere poner, que utilice LED de calidad, que se fije en las características del producto y que le pregunte al vendedor, en función del ambiente que quiere conseguir, qué tipo de iluminación le conviene más. Por ejemplo, si quiere una luz más cálida, que busque entre 2.000 y 2.500 kelvin, y si quiere una luz más blanca azulada, que busque los LED superiores a 3.000 kelvin.
Que coja un papel y un lápiz y que piense en las necesidades y características de su casa. Por ejemplo, como en la cocina tengo una zona de trabajo para ver bien alimentos, buscaría una luz blanca, al igual que en los baños. Para la zona de comedor o salón buscaría una luz más cálida. El LED también permite regular, de manera que puede ser más cálida o más azul, ideal por ejemplo para un dormitorio, para utilizarlo por la noche, para despertarnos o para subirnos el ánimo, y no es demasiado caro.
“Si aprovechamos todas las posibilidades de las tecnologías de iluminación, se pueden conseguir ahorros del 80% o superiores”Yo aconsejo siempre ir a un proveedor de calidad y huir de los que nos prometen el oro y el moro. No es fijarse en el origen, porque de China o de India también vienen productos de buena calidad, sino que se fijen en marcas reconocidas y profesionales que, en caso de que haya cualquier problema, se pueda reclamar sin problemas. Y luego también que reparen en las etiquetas, que sea de la mayor eficiencia energética posible, que miren las temperaturas de color, la potencia, etc.
Depende de lo que se haga. Pero insisto que es vital pensar en los diferentes tipos de iluminación de un hogar y verlo como una inversión a medio plazo. A partir de dos años habremos amortizado el gasto con el consumo, y son bombillas que pueden durar unos diez años, así que podemos ir acumulando el ahorro en el tiempo. En la factura de la luz se nota. Si además utilizamos dispositivos para regular la luz, como detectores para apagar y encender, etc. si aprovechamos todas las posibilidades, se pueden conseguir ahorros del 80% o superiores.
En la iluminación se están dando tres etapas: la “ledificación” de la que hablaba; el “intelligent lightning”, conectarse con el entorno de manera inteligente; y la tercera es el “human center lightning”, pensar que la iluminación se parezca más a lo que necesitamos, para que nuestra salud y nuestro comportamiento mejore con una mejor iluminación.
