Las algas son unos organismos fotosintéticos con clorofila, esenciales en la naturaleza: Se conocen unas 50.000 especies y constituyen un tercio de la biomasa de vegetales del planeta. El uso de las algas con distintos fines es muy antiguo: Los chinos ya las utilizaban en el año 2700 a.C., y culturas tan diversas como la azteca o la greco-romana recolectaban algunas especies para preparar alimentos, medicinas o cosméticos.
Los expertos consideran que sus posibilidades son enormes, teniendo en cuenta que apenas se tienen conocimientos científicos sobre todas las especies. No obstante, en la actualidad se han desarrollado toda una serie de utilidades para el medio ambiente y el ser humano:
- Agropecuarias: Mejoran la producción vegetal como abono y fertilizante y sirven como complemento alimenticio del ganado
- Alimenticias: Forman parte de la tradición gastronómica de China, Japón o Corea, especialmente la especie Porphyra, por sus propiedades nutritivas y organolépticas (olor y sabor). En la «poliacuicultura ecológica», las algas sirven de complemento dietético para peces o moluscos de granjas de cultivo
- Farmacológicas: Muy utilizadas en la medicina tradicional oriental, actualmente se están empleando para combatir un número de afecciones y enfermedades cada vez mayor, gracias a su poder gelificante, antitumoral, antioxidante, anti-úlceras, anticolesterol, etc.
- Cosméticas: Los extractos de algas se emplean en todo tipo de productos para el tratamiento de uñas rotas, acné, arrugas, seborrea, e incluso para la caída del cabello, el rejuvenecimiento de la piel, la obesidad o la celulitis. Asimismo, su capacidad fotoprotectora se está utilizando para el desarrollo de cremas solares
- Medioambientales y energéticas: Como restauradoras de zonas contaminadas, depuradoras de efluentes o como bioindicadores para conocer el estado de un determinado medio. Asimismo, su uso como combustible, para generar biogás (metano), hidrógeno o biodiesel es otra línea fructífera de investigación
Los expertos consideran que sus posibilidades son enormes, teniendo en cuenta que apenas se tienen conocimientos científicos sobre todas las especiesSin embargo, las algas también presentan una serie de problemas. En ciertas condiciones ambientales, en gran parte inducidas por la contaminación humana, pueden crecer a una velocidad más alta de la habitual, pudiendo perturbar el equilibrio ecológico. Las proliferaciones más extendidas son las llamadas «mareas verdes», especialmente las de algas del género «Ulva», que dificultan el baño en las costas e incluso la navegación portuaria, así como las «mareas rojas«. Asimismo, las algas pueden almacenar gran cantidad de los metales tóxicos vertidos por la producción industrial, lo que supone un peligro para el ser humano, puesto que estos metales se van concentrando en los peces o moluscos que consumimos. Para combatir estas plagas, los científicos han desarrollado técnicas que emplean desde el ozono en agua hasta los ultrasonidos.
En España, diversas universidades y empresas desarrollan gran cantidad de investigaciones sobre algas. Por ejemplo, las Universidades de Málaga y Cádiz estudian cómo aprovecharlas para combatir la radiación ultravioleta, mientras que el Centro de Algología Aplicada de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria es pionero en biotecnología y acuicultura de algas. Por su parte, empresas como Hispanagar, Pharmamar o el Instituto Biomar trabajan en el desarrollo de sustancias con aplicación farmacológica.
Las algas se clasifican en 11 grupos, aunque los expertos destacan cuatro:
- Rodofíceas (algas rojas): Es el grupo más variado, con unas 4.000 especies repartidas por todo el mundo. Los ficocoloides (unas sustancias exclusivas de estos vegetales) como el agar y los carragenatos son los principales productos de interés industrial en estas algas
- Cianofíceas (algas verde-azuladas): Destaca la “Spirulina” por su uso biotecnológico y como alimento, por su alto contenido en proteínas (hasta el 70% del peso seco)
- Feofíceas (algas pardas): Propias de aguas frías y del Mar de los Sargazos, forman auténticas praderas submarinas como las de “Laminaria” en el Atlántico o “Macrocystis” en el Pacífico. Muchas de ellas son utilizadas en la industria agropecuaria, alimenticia, farmacológica o cosmética
- Clorofíceas (algas verdes): Fueron las antecesoras de los vegetales terrestres, y aunque se pueden ver en todos los ambientes, el 90% de estas especies se encuentra en agua dulce. A pesar de que presentan menos interés que las rojas y pardas, también ofrecen multitud de aplicaciones