Doblar la producción de renovables en 2030 lograría aumentar el PIB mundial y ahorrar trillones de dólares equivalentes de impactos de la contaminación, según unos informes recientes de la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA). Uno de sus autores, Álvaro López-Peña, subraya que la idea de que las renovables son caras ya no es cierta, gracias al descenso de los costes, y sobre todo si las otras energías asumieran su impacto en la contaminación o el cambio climático. López-Peña, analista de Políticas y Mercados de Energías Renovables en IRENA desde 2013, aboga en España por una política de Estado que posibilite la transición energética con un marco regulatorio estable, permita a los ciudadanos el autoconsumo o suba los impuestos ambientales en línea con otros países europeos.
Cada vez hay más evidencias de que las energías renovables son baratas, y no solo buenas para el medio ambiente, sino también para la economía. El estudio señala que si en 2030 duplicamos la producción de renovables, el PIB mejorará. En España, donde tenemos sol y viento, nos ahorramos dinero de importar energías de otros países y producimos riqueza en nuestro país.
“El coste de la solar fotovoltaica se ha reducido en cinco años más de un 80%”Una cosa importante que deja en evidencia este informe son los costes externos de las energías fósiles y nucleares que no están incluidos en sus precios: los efectos de la contaminación, de los residuos, del cambio climático, de las enfermedades asociadas a estos impactos ambientales, etc. Es una cuestión de política energética, hace falta una reforma fiscal ambiental. En España se ponen impuestos a las cosas buenas (al trabajo de la gente normal, a los pequeños emprendedores, etc.), pero no tanto a las cosas malas como la contaminación. Está demostrado que poner impuestos a estas cosas malas mejora el medio ambiente y la economía. No lo digo yo, lo dice el Fondo Monetario Internacional (FMI) y muchos otros economistas muy serios, en España y fuera.
Lo más destacado es que están bajando de coste y ya son totalmente competitivas en muchas circunstancias. La gente tiene la noción de que son caras, y ya no es cierto. Está pasando como con los ordenadores: un descenso brutal de los precios. El coste de la solar fotovoltaica se ha reducido en cinco años más de un 80%. Las renovables han entrado en un círculo virtuoso: bajan los precios, de manera que más ciudadanos quieren instalarlas, lo que hace que bajen aún más. Este efecto se refuerza y lleva al crecimiento exponencial que estamos viendo en el mundo. Otro dato llamativo es que llevamos tres años a nivel mundial en los que se han instalado más megavatios renovables que de otro tipo de energías (gas, carbón o nuclear).
El número uno es China, sin duda, pero también porque es un país enorme. Está liderando el sector de las renovables desde hace varios años. También India, donde tienen ambiciones grandes para la fotovoltaica, y en Latinoamérica, Brasil, Chile o Uruguay. Otro mercado con gran potencial en los próximos años es EE.UU., donde las renovables ya han despegado.
En Europa la situación está regular, un pelín de capa caída, por decisiones de política energética. Hace falta más ambición y seguir a la cabeza, como siempre hemos estado.
“Los políticos españoles se deberían tomar en serio las renovables”Las renovables son activos que duran muchos años, como una autopista o un puerto. Requieren inversiones fuertes y, por ello, que no cambien las reglas del juego. Hace falta estabilidad, que se garantice que se puede invertir con seguridad. En España hubo un cambio que afectó a la fotovoltaica y parece que dejó a muchos inversores, también pequeños, varados. No es la falta de apoyo, sino la necesidad de un marco regulatorio estable.
Fuimos pioneros, y eso nos hizo aprender, pero también llevarnos los golpes; aprendimos por las malas. Algunas cosas no se han hecho bien, pero también ha permitido que otros países aprendan, para bien y para mal. Y seguimos teniendo empresas punteras.
Los políticos se lo deberían tomar en serio. Debería hacerse una política de Estado de energía que posibilite la transición energética y la mejora de la eficiencia. Habría que desatascar el autoconsumo fotovoltaico y permitir a la gente de forma legal que pueda producir su propia energía, cosa que hoy no ocurre por el famoso impuesto al sol. Eso sí, no es tan sencillo, no se podría hacer de un momento a otro. El sector eléctrico es muy complejo. Hace falta cubrir los costes de las redes eléctricas y diseñar tarifas adecuadas. Pero hay gente muy preparada en este país para conseguirlo.
“Las empresas que comercializan energía 100% renovable pueden competir con las convencionales”En teoría sí, pero en la práctica vemos que no es tan sencillo, porque el esquema regulatorio no lo pone fácil. En un país con buen recurso -sol en el caso de la fotovoltaica-, una estructura de tarifa eléctrica bien diseñada que recoja todos los costes, donde se pueda conseguir financiación para la instalación, y con seguridad jurídica, sería perfectamente viable.
No digo que en España sea el caso porque depende de muchos factores, como el mix de generación eléctrica en cada momento, las tarifas eléctricas, etc., pero, por decir una respuesta general, sí. Las renovables son muy competitivas ya en muchos casos en comparación con las otras tecnologías, e incluso en algunos casos más baratas que las fósiles.
Si no el 100%, sí un porcentaje muy alto, y dentro de varias décadas seguro.