La octava edición del informe «Destrucción a Toda Costa», en el que Greenpeace repasa la situación del litoral español, revela que las regiones que más han maltratado su costa durante el último año han sido Andalucía, la Comunidad Valenciana, Murcia, Canarias, y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
Tras ellas se sitúan Cataluña, Islas Baleares y Galicia, «que continúan acosando a su medio natural con el ladrillo y la contaminación», denuncia la organización ecologista. País Vasco, Cantabria y Asturias les siguen muy de cerca, «imitando en el norte el modelo devastador del Mediterráneo», asegura Greenpeace, que considera que es el momento de cerrar la puerta a la «sinrazón urbanística» vivida en los últimos años.
A juicio de los ecologistas, la desaceleración económica que vive el país debería llevar a los gobernantes a tomar medidas contundentes. Factores como el descenso de la inversión extranjera, sobre todo la británica, o la aparición de nuevos destinos turísticos en el Mediterráneo se han traducido en un acusado declive de las ventas de casas en la costa de hasta un 70%, como es el caso de Alicante. «Las administraciones son, o deberían ser, conscientes de esta realidad pero no hacen nada por remediarla o cuando lo intentan ya es demasiado tarde. Durante 2008 se ha seguido sin poner freno real a las mayores amenazas de nuestro litoral», indica el informe, que fue presentado ayer.
El problema del urbanismo
Según Greenpeace, el urbanismo sigue siendo el mayor problema de nuestras costas. «Muchos ayuntamientos han puesto todo su afán en convertir en suelo urbanizable el mayor porcentaje posible de su territorio -incluidos espacios naturales protegidos- para llenar sus arcas sin preocuparse por construir ciudades habitables», afirma el estudio. Los 67 casos de corrupción urbanística en los tribunales, con 527 implicados, de los que 180 son cargos públicos, contabilizados durante 2008 ponen de manifiesto «la enorme extensión y gravedad de la falta de transparencia y buena gestión», añade.
«La demagogia que rodea a las infraestructuras involucra a todas las administraciones. Como ejemplo, los puertos deportivos, ya que no existe ni una sola región que piense limitar el número de amarres. Tan sólo en 2008 se plantean 137 ampliaciones o nuevos puertos deportivos e industriales», asegura el informe.
Además, en algunos puntos de la costa, los elevados niveles de contaminación alcanzan cotas alarmantes: los polos químicos de Huelva y Tarragona o el estado de las rías gallegas deben ser solucionados «sin dilación», según Greenpeace.
Cambio climático
Los ecologistas recuerdan que el cambio climático está ya afectando a nuestro litoral con la aparición de numerosas especies marinas propias de los trópicos. La subida del nivel del mar provocará un retroceso de la línea de costa tanto en el Atlántico (con una subida estimada en 35 centímetros) como en el Mediterráneo (donde la elevación se estima entre 20 y 50 centímetros para 2050).
«El modelo de desarrollo económico basado en la construcción ilimitada a costa de los recursos y patrimonio natural de todos está, a la vista de los datos económicos, muy en entredicho», mantiene Greenpeace, que aboga por la urgente puesta en marcha de medidas como proteger la primera franja costera de 500 metros. Asimismo, la organización reclama la aplicación de la Ley de Costas y que finalice la delimitación del dominio público.
Igualmente, solicita la puesta en marcha de la Estrategia para la Sostenibilidad de la Costa en estrecha colaboración con las comunidades autónomas y los agentes sociales implicados. Greenpeace también pide acabar con los vertidos industriales y urbanos que están dañando la calidad de las aguas y los espacios costeros, así como la creación de reservas litorales y marinas que permitan conservar amplios tramos y aseguren la recuperación de las especies.