Los bastoncillos de algodón para limpiar los oídos parecen inofensivos y útiles, pero en realidad están dañando el medio ambiente y nuestra salud. Además de ser uno de los principales residuos plásticos que contaminan playas, ríos y mares, perjudican el sistema de tratamiento de aguas residuales. Y si el medio ambiente no fuera motivo suficiente, piense en su salud: los otorrinolaringólogos recomiendan no utilizarlos por los daños que pueden provocar en los tímpanos. Este artículo señala cómo los bastoncillos de los oídos son perjudiciales para el medio ambiente y la salud.
Los bastoncillos de los oídos, perjudiciales para el medio ambiente
El impacto ambiental de los residuos plásticos, en especial en los ecosistemas marinos, es cada vez mayor. Cada año acaban en el mar unos ocho millones de toneladas de desechos plásticos: si no se controla este vertido, su peso será superior al de todos los peces del planeta en 2050, según datos de la Fundación Ellen MacArthur.
Francia prohibirá en 2020 los bastoncillos fabricados con plásticoDentro de la gran diversidad de residuos plásticos que llegan a océanos y playas, los bastoncillos para los oídos son cada vez más numerosos. En un estudio realizado en cinco playas europeas por la ONG Surfrider, el 80% de los residuos encontrados eran de plástico, entre los que destacaban las bolsas y los bastoncillos. La campaña de limpieza «Mejor sin Plásticos» de Greenpeace, realizada en 20 puntos de costa e interior de España, los apunta entre los principales restos hallados. El programa de limpieza de las playas británicas de la Sociedad de Conservación Marina de Reino Unido asegura que su cantidad se ha duplicado de 2012 a 2016, y que son el primer residuo plástico localizado en mares y ríos.
Las plantas de tratamiento de aguas residuales son otro de los grandes perjudicados. La cantidad de residuos que terminan en el váter y no deberían tirarse por ahí, entre ellos los bastoncillos de los oídos, es cada vez mayor, según la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS). Además de dificultar las labores de depuración, pueden acabar en ríos y mares al escapar a los sistemas de filtrado. Asimismo, el sobresfuerzo económico supone entre un 10% y un 18% del coste público de depuración de aguas residuales y, de seguir así, aumentará todavía más, advierte la AEAS.
Por ello, cada vez más voces llaman la atención sobre este problema ambiental. Desde 2013, la ONG escocesa Frida reclama a los fabricantes que sustituyan el plástico por el cartón, un material más biodegradable. En fechas recientes, la organización británica City to Sea (la ciudad al mar) ha puesto en marcha la iniciativa «Switch the Stick» (Cambia el palo) con el mismo objetivo. En este vídeo promocionan la recogida de adhesiones:
El sector no está haciendo oídos sordos y algunas empresas están tomando medidas al respecto. Hace poco, la compañía Johnson & Johnson anunciaba su compromiso de no fabricar más bastoncillos con plástico para evitar «decenas de miles de toneladas de residuos plásticos en los mares».
Por su parte, Francia prohibirá en 2020 los bastoncillos fabricados con plástico a partir de una ley aprobada el año pasado, mientras que Reino Unido se plantea también la misma medida, aunque todavía no hay fechas.
Así dañan a tus oídos los bastoncillos de algodón
Diversos estudios y expertos alertan desde hace años de las consecuencias negativas de los bastoncillos para la limpieza de la cera de los oídos, el cerumen. Según un trabajo publicado en 2011 por investigadores del Hospital Henry Ford, en Estados Unidos, el uso de los bastoncillos de algodón y la ruptura de tímpanos tienen una relación directa. Si se introduce demasiado a fondo en el canal auditivo puede causar daños graves, como la rotura del tímpano, conocida como perforación de la membrana timpánica. Las perforaciones severas pueden causar parálisis facial y vértigo. No obstante, los autores del informe reconocían que estas rupturas se curan por sí mismas en la mayoría de los casos y la cirugía solo resulta necesaria para los casos más severos.
Recientemente, los expertos de la Academia Americana de Otorrinolaringología publicaban una actualización de las mejores prácticas para el diagnóstico y tratamiento de los problemas de la compactación del cerumen, causada por la incapacidad del oído de limpiarse de manera natural y por los intentos no exitosos de extraerla. En este informe, sus responsables advertían de las lesiones que los bastoncillos pueden provocar.
En realidad, el cerumen debería verse como un aliado, y no como un enemigo, ya que actúa como agente limpiador, de lubricación y de protección frente al polvo, la suciedad o los microorganismos que pueden originar infecciones. Si hay un exceso de cerumen, basta con limpiarlo con una toalla o una gasa ligeramente humedecida utilizando de manera suave el dedo índice. Ante un posible tapón de cera o molestias en el conducto auditivo que no cedan, lo mejor es acudir al centro de atención primaria correspondiente.
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