El periodista y doctor en Comunicación Pública Bienvenido León (Las Fuesas, Soria, 1961) posee una amplia experiencia en el mundo de la televisión y los documentales. Director, productor, guionista o coordinador de reportajes informativos, ha participado asimismo en la fundación de varias productoras: Editmedia TV, la primera agencia televisiva española; Euroview, una productora universitaria; Boulevar Comunicación, Vamos a ver Televisión y Terra Films. Algunas de sus obras han sido galardonadas en festivales internacionales como los de Cartagena de Indias (Colombia) y Cuzco (Perú). En su faceta como docente e investigador, imparte las asignaturas de Producción Televisiva y Divulgación Científica en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra y es autor del libro «El documental de divulgación científica» (Barcelona, Paidos, 1999), así como de varios artículos sobre comunicación de la ciencia y televisión. Según León, no es cierto que los documentales sean para una minoría. En su opinión, con un pequeño esfuerzo inicial, la gente podría disfrutar de los buenos documentales en horarios de «prime time».
Un buen documental debe tener sobre todo una buena historia. Después de tantos documentales, es muy difícil que haya alguno que te sorprendaSobre todo una buena historia. Después de tantos documentales, es muy difícil que haya alguno que te sorprenda. En el fondo, todos los documentales cuentan lo mismo: la supervivencia de los seres vivos en una lucha tremenda. Lo complicado es contarlo de una manera original, con un enfoque distinto, y que el espectador pueda seguirlo bien y entenderlo.
Hay muchos. El primero sería “Nanook el esquimal” (1922), que cuenta cómo sobrevive este esquimal en el duro ambiente del polo. Hoy día, sigue siendo uno de los grandes documentales. Dentro de los más renombrados sin duda hay bastantes de la BBC, como “La vida y la Tierra” (1979) de David Attenborough, que cuenta en 13 capítulos la evolución de la vida sobre la Tierra. Una serie que tengo destacada en la vitrina de mi despacho, porque me parece muy original, es “La vida privada de las plantas” (1995). Recientemente, también de la BBC, hay que destacar “El planeta azul” (2001) y “Planeta Tierra” (2006). No obstante, más que documentales concretos, habría que guiarse por las marcas, fundamentalmente cuatro: la BBC; Survival, que cerró por desgracia; National Geographic y Discovery Channel. A través de Internet, y algunos incluso en grandes almacenes, son fáciles de conseguir.
Las televisiones procuran poner siempre una cara que hace que la gente se interese más. En el caso de los documentales suelen ser personas de prestigio. Attenborough, por lo menos en los países anglosajones, es el más reconocido. De todas formas, hay grandes documentales sin presentador, por lo que todo es relativo. En los últimos años, hay una tendencia a poner gente del mundo del cine, famosos, etc., que no son entendidos del tema, y a mi no me gusta tanto. Pero bueno, hay gente que cree que es una buena manera de enganchar al público en un mercado tan competitivo como el de la televisión actual.
En primer lugar, Félix era un personaje excepcional, con grandes dotes de comunicador. También era otra época: sólo había una televisión, no había presión de la audiencia, y todo el mundo lo veía en “prime time”. Hoy es muy difícil repetir eso. No obstante, ahora también hay comunicadores potentes: Quien más se acerca a ser la cara de medio ambiente o naturaleza en España es Luís Miguel Domínguez, con una trayectoria de más de 20 de años haciendo documentales en los que es presentador y director.
El nivel de los documentales españoles es muy bueno; Hay trabajos de primera división internacionalHay muy buen nivel. Hay trabajos de primera división internacional, y de hecho, algunos se han coproducido con cadenas muy importantes y han ocupado puestos destacados en festivales internacionales. Señalaría a Avatar Producciones, del propio Domínguez, que ha hecho grandes trabajos en Amazonas, Vietnam; ahora está haciendo una serie en Andalucía muy destacada. Hay productoras muy potentes, como Bitis Documentales, de Joaquín Gutiérrez Acha; Transglobe Films; New Atlantis; o Explora Films. La lástima es que no hay una apuesta importante de las cadenas de televisión por los documentales. Aunque hay algunas apuestas tímidas, no se mantienen en el tiempo, con lo que no se permite desarrollar una industria potente. Si apostaran por ello, tendrían éxito.
No es algo que se improvise; hace falta tiempo para producir, para formar a los equipos, y también para que el público se acostumbre y disfrute de esa producción. Se necesita un pequeño esfuerzo inicial para que la gente pueda ver un documental en “prime time” y pueda disfrutar; que haya una franja de programación estable, y con más razón en las cadenas públicas. Ahora estamos acostumbrados a las series y a los concursos. En Inglaterra, que se emitan documentales en horarios de máxima audiencia es el fruto de muchos años de apuesta de la televisión pública. El público se acostumbra, y descubre que tiene muchísimo interés y que es interesante y divertido.
Los programadores se basan en la audiencia, y si les funciona repiten. La naturaleza no ha funcionado, pero no se ha apostado por ella. Un documental no cuesta más que un reality show. Además, tampoco hay mucho donde elegir en la televisión.
La televisión en España está atravesando por un momento muy flojo, sobre todo en horarios de máxima audienciaNo tiene calidad. Las televisiones generalistas dan demasiados programas del corazón o series de ficción que han dado un montón de vueltas de tuerca para mantener la trama. Algunos de estos programas son indignos: lanzan todo tipo de bulos, no tienen escrúpulos. Habría que exigirles un mínimo de respeto. A las cadenas privadas también se les debería exigir unos mínimos, porque tienen una concesión administrativa para emitir. Está bien que la televisión entretenga, pero el entretenimiento que aportan es de un perfil muy bajo. Es la diferencia entre la comida rápida y un menú de un restaurante de cinco tenedores. La televisión en España está atravesando por un momento muy flojo, sobre todo en horarios de máxima audiencia. Aunque haya más canales, todos compiten con las mismas armas, lo que genera más de lo mismo. Y es algo que pasa en todos los países. Al final, quien quiere ver contenidos de calidad tiene que abonarse a los canales de pago.
Cuando las televisiones públicas mantienen una programación con estándares más altos, las privadas tratan de imitarles. Por eso, hasta que la televisión pública no apueste por esa programación de calidad, la privada no lo va a hacer. Las públicas marcan el referente de calidad.
No podemos pretender que un documental que ha costado entre 3.000 y 10.000 euros compita con el capítulo de una serie de ficción que ha costado entre 500.000 y 600.000 eurosCreo que sí. Los documentales, el medio ambiente, la naturaleza, es en buena medida un contenido prioritario dentro de la misión de las cadenas públicas, al margen de conseguir audiencia a toda costa. Y no digo que tengan que ser minoritarios. Además, no es verdad que la gente no vea documentales. Si se producen con medios potentes, y se anuncian bien, la gente los ve, y pueden competir de tú a tú con las grandes series de ficción. No podemos pretender que un documental que ha costado entre 3.000 y 10.000 euros, que es lo que suele costar frecuentemente en España, compita con el capítulo de una serie de ficción que ha costado entre 500.000 y 600.000 euros.
Las grandes series documentales están saliendo entre un millón y millón y medio de euros por hora, aunque luego hay distintos niveles. Y no es mucho si se tiene en cuenta lo que vale una serie de televisión normal. Además, las productoras se quejan de que cada vez les aprietan más, lo que les está llevando a bajar los precios.
En España también se hacen grandes producciones, aunque pocas. Por ejemplo, Canal Plus o Televisión Española han hecho apuestas por ellas. La gente además quiere ver cosas de aquí, porque el león del Serengeti ya ha salido muchas veces.
Tampoco se puede pedir demasiado a las televisiones, no se puede condenar a un “gueto” minoritario de “puretas”Tiene que haber de todo. Además, las televisiones buscan sobre todo entretener. Los canales educativos suelen ser minoritarios. Tampoco se puede pedir demasiado a las televisiones, no se puede condenar a un “gueto” minoritario de “puretas”. Me daría por satisfecho si hubiera más documentales con el propósito principal de entretener.
Es la profesión más bonita del mundo, pero es una carrera de fondo. Hay que tener mucha pasión por el tema, muy buena formación en producción audiovisual y un buen conocimiento de la naturaleza.
Recibimos entre 80 y 100 producciones cada año de unos 20 países, tanto de grandes productoras como de tipo amateur, de muy variado contenido. Los trabajos se proyectan en el Planetario de la ciudad los 3 días del festival. La sala se llena todos los años y la gente disfruta.