El bioetanol es un alcohol producido a partir de productos agrícolas como el maíz, sorgo, patatas, trigo, caña de azúcar, e incluso biomasa. Utilizado como combustible, es una fuente de energía ecológica que va ganando adeptos cada año en todo el mundo, sobre todo ante el fin cada vez más cercano del petróleo o el gas natural.
Según sus defensores, las ventajas medioambientales y económicas de este combustible renovable son evidentes, puesto que reduce la dependencia de los combustibles fósiles; mejora la combustión del motor, pudiéndose utilizarse teóricamente en todos los vehículos; es fácil de producir y almacenar; y disminuye la contaminación ambiental.
Sin embargo, algunos estudios cuestionan estas ventajas, al apuntar que no es viable por contar con unos gastos de producción más elevados que en el caso de los carburantes convencionales y por ofrecer un balance energético negativo: la energía necesaria para producirlo, además de provenir de combustibles fósiles, es mayor que la energía producida al quemarse. Asimismo, la ausencia de una red amplia de distribución y estaciones de servicio, provocado en gran medida por muchas de las compañías petroleras que lo ven como un competidor, frenan también su desarrollo.
A pesar de ello, su uso sigue incrementándose. Brasil es el mayor productor y consumidor mundial de bioetanol como combustible. Desde los años 80, ha desarrollado una extensa industria doméstica, produciendo anualmente unos 15 millones de m³. Por su parte, Estados Unidos también es otro gran consumidor, hasta el punto de que algunas fuentes apuntan a que se convertirá en 2006 en el primer productor mundial. El bioetanol de EEUU se fabrica principalmente con maíz, mientras que el de Brasil se hace con caña de azúcar.
Japón quiere que el 40% de sus vehículos funcionen con bioetanol en 2010Por su parte, otros países también quieren aumentar la utilización de este combustible ecológico. Japón quiere que el 40% de sus vehículos funcionen con bioetanol en 2010, hasta conseguir que en 2030 todos los nuevos vehículos puedan utilizarlo. China ha anunciado la construcción de fábricas de bioetanol a base de mandioca (yuca). En Suecia circulan 30.000 coches llamados flexibles, que mezclan un 85% de bioetanol y un 15% de gasolina.
El bioetanol también puede convertirse en una nueva fuente de ingresos para los agricultores, como sustituto de cultivos improductivos o como alternativa frente a las restricciones ejercidas por la política agraria comunitaria. Sin embargo, algunos expertos subrayan el lado negativo de estas plantaciones. Por ejemplo, el crecimiento de la producción de maíz en Estados Unidos ha supuesto el derrumbamiento de los precios, lo que perjudica a los pequeños agricultores que se ven obligados a alquilar su tierra a las grandes compañías del sector.
Asimismo, las críticas ecologistas por la utilización masiva de pesticidas y fertilizantes nocivos incluyen también a estas plantaciones. No obstante, sus defensores apuntan al aprovechamiento de los tallos, así como de elementos reciclados de la paja, de las mazorcas y de productos sobrantes de las granjas. De hecho, EEUU podría conseguir todo el etanol que necesita usando una mezcla de la planta y los tallos del maíz, sin necesidad de roturar más tierras.
El desarrollo de la tecnología también es un factor importante en la extensión del bioetanol, puesto que podría contribuir a mejorar en poco tiempo el balance energético. Algunos científicos relacionan a este combustible con el hidrógeno como una fuente energética para un futuro cercano. Otros investigadores hablan de peculiares sistemas como el del premio nobel Steven Chu, que planea imitar el eficiente modo en que las termitas convierten la celulosa en etanol.
España es el primer productor de bioetanol en la Unión Europea y el tercero en consumo, por detrás de Suecia y Alemania. De hecho, los coches españoles llevan ya una pequeña cantidad de bioetanol (4-5% de la mezcla). El Plan gubernamental de Energías Renovables (PER) ha dejado exentos de fiscalidad a los biocarburantes desde el pasado agosto hasta 2010, lo que está suponiendo un impulso para este sector.
La empresa sevillana Avengoa se encuentra presente en 38 países y es la primera productora de bioetanol en Europa, mientras que en Estados Unidos cuenta con cuatro plantas productoras. Repsol YPF ha visto en el bioetanol, al contrario que la mayor parte de las compañías del sector petrolero, una oportunidad de negocio, por lo que está participando de manera activa en diversos proyectos en España. Por su parte, la Comunidad Autónoma Vasca y el Ayuntamiento de Madrid participan junto a otras ciudades y regiones europeas en el proyecto Best, para potenciar el empleo de estos carburantes.