Hace unos dos años, el Grupo de Estudio y Protección del Quebrantahuesos reveló incógnitas sobre la biología reproductora de esta rapaz, la más grande de Europa, a partir de la instalación de cámaras de vídeo en sus nidos. Gracias a un equipo de biólogos del Grupo, ahora se sabe que normalmente nacen dos pollos de quebrantahuesos, y no uno como se creía, pero que el mayor agrede a su hermano menor y también le impide recibir alimento de sus progenitores, por lo que acaba muriendo bien por los picotazos o por inanición.
Partiendo de este estudio, impulsado por el Ministerio de Medio Ambiente y que contó con el apoyo de la Generalitat de Cataluña, se pondrá en marcha una estrategia de manejo de la especie que consiste en rescatar a ese segundo pollo del nido para crear una reserva genética. Se espera que se pueda rescatar al primero de estos pollos este mismo año, «pero hasta ahora las puestas han sido de un solo huevo», explica Rafael Heredia, coordinador de la Estrategia para la Conservación del Quebrantahuesos. Aún hay tiempo, porque las puestas de esta especie van desde finales de diciembre hasta finales de febrero.
«Todo depende de la accesibilidad de los nidos y de que los que están monitorizados tengan puestas de dos huevos», explica Antoni Margalida, responsable del equipo de biólogos. Y es que «aunque el 80% de las puestas son dobles, el año pasado, por ejemplo, de los tres nidos estudiados solamente en uno había puesta doble, aunque no se intervino», añade.
El proceso para realizar esta intervención en el nido es el siguiente: se instalan videocámaras durante el periodo de prepuesta (octubre-noviembre); se monitoriza intensivamente la pareja para determinar el tamaño y asincronía de puesta (intervalo entre el primer y segundo huevo en el caso de puestas dobles); se monitoriza diariamente el intervalo de eclosión y primeros días de vida de los pollos, y, por último, los técnicos intervienen para rescatar al segundo pollo antes de que las agresiones sean demasiado intensas (2-4 días tras la puesta).
Alimentación suplementaria
El estudio realizado por el equipo de Margalida permitió también obtener otros datos sobre su dieta que, según el investigador, «pueden aportar mejoras en el manejo de los puntos de alimentación suplementaria, ya que se ha constatado que las presas cárnicas tienen especial importancia en el éxito reproductor durante las primeras semanas de vida del pollo».
Una afirmación que viene avalada por los resultados «muy positivos» de un proyecto de alimentación suplementaria para incrementar la productividad de las parejas a través del aporte de conejos durante la fase de eclosión y primeras semanas de vida del pollo. Este proyecto, que se aplicó experimentalmente en Cataluña, permitió garantizar en 2004 el vuelo del 73% de las crías en esta región.
De este modo, tal y como explica Heredia, la tendencia de la población en estos momentos es positiva, con un incremento anual del 5%-7%, pero «la productividad está bajando lentamente». Está aumentando el número de parejas que crían, pero los pollos que nacen están estabilizados en torno a 25-30 anuales durante los últimos 15 años. Esto podría explicarse por el problema de la mortalidad adulta, cuya principal causa es el veneno en un porcentaje muy alto (42%), lo cual se traduce en que «debe de haber una sustitución alta en las parejas reproductoras», con la consiguiente bajada de la productividad hasta que la pareja se cohesiona. Además, aunque por ahora sólo es una hipótesis, Heredia dice que «las poblaciones se están densificando y podría estarse produciendo una autorregulación por la propia competencia».
Incubación artificial
Además de este proyecto de rescate de pollos, ya se está llevando a cabo otro para recuperar las puestas inviables y que son incubadas artificialmente en centros de cría especializados. Este invierno ya se ha recuperado una en el Pirineo oscense que ahora se está incubando en un centro de Zaragoza, y de aquí a dos meses se sabrá si ha salido adelante.
Por su parte, en el centro del Guadalentín, en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas (Jaén), donde se está desarrollando un programa Life de la Comisión Europea para la reintroducción de la especie en Andalucía, de donde desapareció en 1987, podrían nacer este año cuatro nuevos ejemplares a partir de las puestas dobles de dos parejas.
Así las cosas, este año se revisará la estrategia de conservación de la especie con un objetivo fundamental, aumentar su distribución. Para ello, apunta Heredia, hay que potenciar la cría en cautividad y las reintroducciones, y apostar por el proyecto de rescate de los segundos pollos.