El Parque Nacional de Tumucumaque, situado en el estado brasileño de Amapá, bordeando la Guyana Francesa y Surinam, cubre un total de 3.887.400 hectáreas, una superficie similar a la de Suiza. Se trata del bosque tropical más protegido del mundo, un lugar en el que hay especies que no habitan en ninguna otra parte del planeta, especialmente peces y aves acuáticas. Este parque, que asegurará plena protección de una parte importante de la selva amazónica, es también refugio de jaguares, primates, perezosos, tortugas de agua dulce y águilas arpías.
El Fondo Mundial para la Naturaleza de Brasil participó, junto con el Instituto Brasileño de Medio Ambiente (IBAMA) y el Ministerio de Medio Ambiente de Brasil, en la definición de los límites del parque para proteger su rica biodiversidad.
El interior del Parque se considera prácticamente deshabitado ya que no se encontró ningún asentamiento indígena en los estudios previos a su creación. No obstante, el difícil acceso al enclave está motivado por los ríos locales, que durante la mayor parte del año no son navegables al estar formados por rápidos y cascadas. Inicialmente, el acceso al parque estará limitado a científicos y se está trabajando en un plan de gestión para controlar el uso del área.