La Comisión Europea ha denunciado las grandes deficiencias que ha detectado en el tratamiento de aguas residuales en todos los Estados miembros de la UE. Según el Ejecutivo comunitario, diez años después de la adopción de la Directiva sobre aguas residuales de 1991, «su aplicación conoce retrasos y lagunas en la mayoría de los estados miembros».
La comisaria europea de Medio Ambiente, Margot Wallstrom, ha precisado que «treinta y siete grandes ciudades europeas continúan echando sin ningún tipo de tratamiento una gran cantidad de aguas residuales al medio ambiente y muchas otras no dan un tratamiento adecuado a sus afluentes». Wallstrom recordó a través de un comunicado que «la calidad de las aguas de baño, por ejemplo, y la salud pública dependen del tratamiento de aguas residuales».
La comisaria considera que es «importante cambiar los comportamientos para poner fin a la política de ‘todo a la alcantarilla’ bajo el pretexto que no se dispone de una estación de depuración de aguas». Los consumidores y los industriales deberían, según Wallstrom, «aprender a tratar al agua como un bien precioso».
En el caso de España, la Comisión Europea asegura que, de las 120 localidades de más de 10.000 habitantes situadas en una zona medioambiental considerada sensible, el 70,8 por ciento , es decir, 85 localidades no están en conformidad con la normativa comunitaria en 1998.