El cambio climático es una realidad inevitable. Aunque se tomen todas las medidas necesarias para combatirlo (algo que no se hace), sus consecuencias se sentirán cada vez más de aquí a las próximas décadas. Por ello, los expertos hablan también de las medidas de adaptación al cambio climático, para reducir al máximo sus daños. Este artículo señala que adaptarse al cambio climático es inevitable, el gran negocio que supone y si estará al alcance solo de los países ricos.
Adaptarse al cambio climático es inevitable
Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) siguen en aumento hasta alcanzar cifras récord. «El cambio climático es ya una realidad, pero la magnitud que adquiera, y por tanto sus impactos, dependerá de las medidas que tomemos para reducir las emisiones de los gases que lo provocan», advierte Mar Asunción, responsable del programa de cambio climático de WWF España.
El cambio climático es una realidad, pero su magnitud y sus impactos dependerán de las medidas que tomemos, según un expertoLos expertos consideran además que el cambio climático no solo es real, sino también ya inevitable. Por ello, además de la reducción de los GEI, destacan la necesidad de las medidas de adaptación al mismo. José Miguel Viñas, meteorólogo y autor del blog de divulgación Divulgameteo, afirma que «no nos quedará más remedio que irnos adaptando a unas condiciones ambientales que ya están cambiando y que lo seguirán haciendo en los próximos años y décadas, incluso a una mayor velocidad».
«El aumento de las concentraciones atmosféricas preindustriales de dióxido de carbono (CO2) ocasionará cambio climático y es por ello importante pensar también en la adaptación a este (no solo en la reducción de emisiones). Obviamente, cuanto mayores sean las concentraciones, mayores serán los impactos y las necesidades de adaptación», según Xavier Labandeira, catedrático de la Universidad de Vigo y autor principal del quinto informe de evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU.
El gran negocio de la adaptación al cambio climático
Juan Verde, asesor en sostenibilidad del presidente de los Estados Unidos (EE.UU.) Barack Obama, también cree que el impacto del cambio climático es ya irreversible. Sin embargo, se muestra optimista al respecto: «No significa que no podremos vivir en la Tierra, sino que tendremos que adaptarnos a sus consecuencias casi inevitables. Se avecinan grandes cambios y grandes oportunidades». En su opinión, «la influencia del cambio climático es decisiva. Los grandes países, como EE.UU., China, India, Japón, Reino Unido, Francia o Alemania, lo tienen muy claro y están haciendo una apuesta inequívoca, tanto en I+D+i como en tecnología, para desarrollar esos sectores estratégicos. Dará pie a un desarrollo económico sin precedente alguno».
Así piensa también el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). En el reciente informe ‘Perspectivas del Medio Ambiente Mundial (GEO-5) para el negocio: Impactos de un medio en constante evolución en el sector empresarial’, sus responsables aseguran que «las presiones humanas sobre el medio ambiente mundial han producido que varios umbrales críticos estén cercanos o se hayan superado, a partir de los cuales podrían generarse cambios bruscos en las funciones de soporte vital del planeta».
El informe de la UNEP reconoce que si bien los riesgos son significativos, también representan importantes oportunidades de «economía verde» para las empresas que sepan gestionarlos y aprovechen la demanda de tecnologías sostenibles, inversiones y servicios: «El futuro de las empresas dependerá cada vez más de su capacidad de adaptarse al entorno en rápida evolución y de desarrollar bienes y servicios que pueden reducir los efectos del cambio climático, la escasez de agua, las emisiones de productos químicos nocivos y otras preocupaciones ambientales«.
La adaptación, ¿al alcance solo de los países ricos?
La adaptación al cambio climático podría abrir una brecha más entre los países desarrollados y los países en vías de lograrlo. José Miguel Viñas explica que «las medidas de adaptación serán costosas desde el punto de vista económico y social. La subida de la temperatura media o los cambios en los patrones de la precipitación, amén de una mayor frecuencia de fenómenos extremos, repercutirán en la mayoría de los casos más negativa que positivamente, en especial en los países menos desarrollados o con economías maltrechas y menos fuertes. El contexto económico actual pone de manifiesto el olvido y la falta de conciencia de nuestros dirigentes de la problemática climática y ambiental. Invertir en estos asuntos pasa a un segundo plano, y puede tener consecuencias fatales para los próximos años».
La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) también alerta de este problema en su guía «Media as Partners«: «Los países más pobres son los que menos capacidad tienen para adaptarse y los que más sufrirán el cambio climático; sin embargo, hasta ahora los países desarrollados han emitido la mayor parte de gases de efecto invernadero (aunque ciertos países en desarrollo les están alcanzando). ¿Quién pagará la adaptación de los países de menores ingresos?».
En definitiva, como señala Manola Brunet, directora del Centre for Climate Change (C3) de la Universitat Rovira i Virgili y presidenta del Grupo de Expertos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), «todavía estamos a tiempo, pero para ello todos debemos urgir a nuestros gobiernos a adoptar las medidas necesarias. Solo si actuamos rápido podremos dejar a nuestros hijos y nietos un mundo más seguro».