“Una alerta roja para la humanidad”. Así describe Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, el último informe realizado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPPC). El calentamiento global, según este documento, marcha a un ritmo más acelerado de lo que se pensaba. Si las emisiones de CO2 continúan aumentando al mismo ritmo, el planeta superará los 2 ºC de calentamiento antes del 2050. Y si seguimos con esa tendencia, antes de final de siglo, la temperatura subirá otros 2,7 grados más, un incremento que acarrearía consecuencias catastróficas para el clima y la salud humana. A la Tierra se le agota el tiempo, pero aún hay cierta esperanza. Cambiando nuestros hábitos de vida podemos frenarlo.
Después de analizar 14.000 artículos científicos, el Grupo de Expertos de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (IPPC) ha hecho público su veredicto: la influencia humana ha calentado el clima a un ritmo sin precedentes desde niveles preindustriales (1850-1900), y es sin duda alguna responsable del empeoramiento del tiempo extremo en todo el mundo.
Es el resultado de un duro informe* en el que han intervenido más de 234 investigadores de 66 países diferentes y que está compuesto por 3.500 páginas repletas de datos y evidencia científica que ratifican la actividad del hombre en el calentamiento del planeta. Muchos de los cambios que ya se han producido en nuestro hábitat son irreversibles y, por ejemplo, por mucho que hagamos ya, las capas de hielo del Ártico seguirán derritiéndose y el nivel del mar seguirá subiendo. Pero aún podemos hacer algo para frenar el incremento de la temperatura y evitar lo que significaría una auténtica catástrofe climática.
A la espera de las próximas decisiones que dirigentes mundiales y grandes corporaciones tomen en la próxima conferencia de cambio climático de la ONU (COP2), que tendrá lugar en Glasgow (Reino Unido) el próximo mes de noviembre, los expertos en sostenibilidad piden a los ciudadanos que comiencen cuanto antes a cambiar ciertos hábitos en su estilo de vida, gestos que definitivamente ayudarán a mitigar la emisión de gases invernadero.
La temperatura del planeta: 1,1 grados más caliente
La temperatura del planeta ha subido 1,1 grados de media desde la época preindustrial (1850-1900), lo que significa que está muy cerca de alcanzar el umbral crítico de 1,5 grados que los países que intervinieron en el Acuerdo de París determinaron como el límite para evitar graves impactos climatológicos. Pero todo indica que, salvo que se produzcan profundas reducciones de las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero, como el metano, para el 2040 ya habremos superado ese umbral de temperatura.
Y de no hacer absolutamente nada; es decir, si seguimos sin poner remedio a la emisión de gases, la comunidad científica prevé que la temperatura habrá subido 2 y 2,7 grados para los años 2060 y 2100 respectivamente, algo que, según señalan los expertos, traería unas consecuencias para la salud humana cinco veces más mortíferas que la covid-19.
Desastres naturales más graves y habituales
Imagen: geralt
Todos los días en algún lugar del mundo durante el último medio siglo ha ocurrido algún evento meteorológico extremo. Lo señala el último análisis del Informe de la Organización Meteorológica Mundial, que ha examinado al detalle los más de 11.000 desastres climáticos que han golpeado al planeta desde hace 50 años hasta este último verano. Las sequías, olas de calor extremas, inundaciones, huracanes o incendios forestales que arrasan bosques son impactos del cambio climático que se suceden alrededor del mundo y que, como han demostrado los datos aportados en el informe del IPPC, empeoran con cada fracción de grado de calentamiento:
- Olas de calor. Las olas de calor extremas que estamos viviendo, como la que ocurrió en el noroeste de Estados Unidos y Canadá, que provocó a principios de verano temperaturas de casi 50 grados, actualmente están ocurriendo una media de 2,3 veces cada 10 años. Si llegamos a incrementar la temperatura hasta 2 grados, la frecuencia con la que ocurrirían aumentaría 14 veces, lo que significa que llegaríamos a sufrir estos episodios de calor asfixiante más de 3 veces al año.
- Sequías. El cambio climático está aumentando la frecuencia y la gravedad de las sequías, causantes también de acelerar incendios. Las sequías severas solían ocurrir una vez cada 10 años de media, pero ahora, como destaca el informe, ocurren con un 70 % más de frecuencia.
- Inundaciones. La lluvia será cada vez menos frecuente (habrá periodos de largas sequías), pero al mismo tiempo el calentamiento puede hacer que cuando esta caiga se vuelva más intensa, aumentando el riesgo de inundaciones (el aire más cálido contiene más vapor de agua). Según informan los científicos que han participado en este informe, ya se ha podido comprobar que las inundaciones han aumentado un 30 % y que estas llegan cargadas de un 7 % más de agua.
- Aumento del nivel del mar. Las capas de hielo continuarán derritiéndose durante cientos o miles de años, lo que provocará que suba el mar y se mantenga más alto durante milenios (se espera que, si el calentamiento se mantiene por debajo de los 2 grados, aumente de 2 a 3 metros para el 2300). Por mucho que a partir ahora dejáramos de emitir gases, ese daño ya está hecho. Es uno de los cambios que el calentamiento ha causado y ya son irreversibles.
Hábitos y estilos de vida para frenar el cambio climático
El documento de la ONU ha hecho sus cálculos y avanza que solo reduciendo un 55 % de las emisiones que generamos para el 2040 (respecto al 2020) se podría garantizar que para el 2100 no sobrepasáramos los 1,5 ºC.
Para que esto ocurra se necesitan políticas y grandes cambios estructurales, pero cada individuo que forma este planeta también tiene responsabilidad. Roberto Alonso González Lezcano, experto en Eficiencia Energética y Sostenibilidad, y profesor titular de Construcciones Arquitectónicas de la Universidad CEU San Pablo, enumera cómo cambiando una serie de hábitos y estilos de vida podemos dejar de emitir tantas emisiones y frenar así el aumento de la temperatura:
✅ 1. Viviendas sostenibles
Diseño, materiales y aislamiento de las viviendas. La construcción de una casa y los productos domésticos representan más de un 25 % de la huella de carbono de cada consumidor. El consumo energético doméstico representa otro 12 % adicional de nuestra huella de carbono, y en gran medida este viene determinado por las características de nuestro domicilio.
“Una vivienda mal aislada consumirá en calefacción más energía que otra mejor aislada, y esto durante toda la vida del edificio. Del mismo modo, una vivienda bien orientada podrá aprovechar mejor las posibilidades naturales de calor (el sol) o de frío (sombras y corrientes de aire), y también consumirá menos energía y emitirá menos gases de efecto invernadero”, explica el profesor.
✅ 2. Movilidad sostenible
Uno de los mayores causantes del calentamiento es el transporte por carretera. El transporte cotidiano es la segunda actividad más importante en la huella de carbono de los consumidores, llegando a representar casi una quinta parte del total de nuestras emisiones. A menos uso del coche, menos emisiones. Por ejemplo, según la Fundación Aquae, conducir 50 kilómetros menos cada semana reduce en 459 kg las emisiones de CO2.
A veces es necesario utilizar el automóvil y el transporte público o la bicicleta muchas veces no resuelve la movilidad de todos los individuos, pero el vehículo se puede compartir con otros viajeros u optar por la conducción ecológica (coches eléctricos e híbridos).
Imagen: moshehar
✅ 3. Una alimentación baja en carbono
El informe del IPPC señala que “las dietas a base de plantas pueden reducir las emisiones hasta en 50 % en comparación con la dieta occidental media intensiva en emisiones”. Sin embargo, “para prevenir el cambio climático también hay que fijarse en el lugar de procedencia del alimento. Elegir productos de cercanía contribuye a reducir la enorme contaminación que se produce en el transporte intercontinental”, matiza González-Lezcano.
El sistema alimentario actual es responsable del 80 % de la deforestación actual en algunos de los bosques con mayor biodiversidad del planeta, pero no solo la ganadería es la culpable de esta deforestación. El año pasado nuestro planeta, según un informe que publican cada año científicos de la Universidad de Maryland (EE. UU.) y que se basa en observaciones del estado de los bosques desde los satélites Landsat, perdió unos 25.750 kilómetros cuadrados de bosques tropicales, un área que equivale más o menos al tamaño de los Países Bajos, y la mitad de esa pérdida se debió a la producción de bienes agrícolas. Hay productos agrícolas, como la soja o la palma, que han causado una gran pérdida de la biodiversidad del planeta. Por ello hay que asegurarse antes de comprar estos productos que vengan de fuentes sostenibles.
✅ 4. Menos electrodomésticos y más eficientes
A pesar de las mejoras en la eficiencia energética de los electrodomésticos en las últimas décadas, cada vez utilizamos más electrodomésticos por habitante y sus emisiones siguen creciendo. Los electrodomésticos representan más del 50 % de las emisiones derivadas del consumo energético en la vivienda, por ello hay que tener en cuenta el etiquetado energético, ya que informa al consumidor sobre el consumo de energía y otros datos complementarios relativos a cada tipo de aparato a lo largo de su vida: el ruido, la eficacia de secado y de lavado, el ciclo de vida normal, etc.
“Respecto a la iluminación, hace un tiempo la recomendación era utilizar bombillas de bajo consumo, pero hoy día día la tecnología ha evolucionado hacia la iluminación LED, que es mucho más eficiente. También hay que tener en cuenta el gasto de los aparatos en stand by. Ese piloto que queda encendido cuando apagamos algún electrodoméstico parece insignificante, pero hace que incremente el gasto eléctrico”, recomienda Roberto Alonso González-Lezcano.
✅ 5. ACS y calefacción eficiente
La calefacción y el agua caliente (ACS) representan más de la mitad del consumo energético de una vivienda, y más de 300 euros al año. Por eso es fundamental disponer de instalaciones de climatización de alta eficiencia y bien diseñadas y dimensionadas para la vivienda en cuestión. Cuando están bien diseñados, instalados y mantenidos, los sistemas colectivos de calefacción o de producción de agua caliente sanitaria son más eficientes y económicos que los sistemas basados en instalaciones individuales.
✅ 6. Ser consumidor sostenible
Los consumidores sostenibles ahorran dinero y son respetuosos con el medio ambiente y, por ello, también son importantes en la lucha contra el cambio climático. “Una regla sencilla para convertirse en uno de ellos es asumir las tres erres: usar la menor cantidad posible de productos (reducción) y aprovecharlos más de una vez (reutilización) antes de depositarlos en el contenedor adecuado (reciclaje)”, aconseja el profesor de la Universidad CEU San Pablo. Por otra parte, el experto añade que hay que reducir embalajes, envases y bolsas: “Hay que modificar algunas costumbres como usar bolsas de tela, comprar frutas y verduras a granel, rechazar productos con envoltorios plásticos y optar siempre por materiales biodegradables”.
✅ 7. Energías renovables
El consumo energético que hacemos en nuestro hogar interviene en el avance del cambio climático. Por eso, una de las primeras cosas que podemos hacer es comprobar qué clase de energía es la que estamos consumiendo en nuestra vivienda. “El impacto del proceso de obtención de electricidad no es el mismo si procede de una planta de carbón, de una central nuclear, de paneles solares o de un parque eólico. Así pues, podemos comenzar por cambiar de compañía de luz y optar por contratar luz en una distribuidora que ofrezca electricidad que provenga de fuentes renovables como la energía solar”, explica el profesor.
✅ 8. Plantar árboles
Desde la Fundación Aquae recomiendan participar en las iniciativas ciudadanas para plantar árboles, ya que estos actúan como sumideros de carbono, es decir, que retienen el CO2. Una hectárea de bosque maduro absorbe aproximadamente la misma cantidad de dióxido de carbono que produce un coche de media al año (unas 6,4 toneladas). En España, según la iniciativa “Planta Árboles”, actualmente hay más de 9 millones de hectáreas que podrían albergar al menos 4.500 millones de árboles, ya que la tierra que está clasificada como Área Forestal representa el 54 % del país, pero el 34 % de esta está desarbolada.
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(*) Informe ‘Cambio Climático 2021: Bases físicas’, del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).