El Gobierno canario declaró ayer oficialmente la existencia de una plaga de langostas en los municipios lanzaroteños de Yaiza y Haría, al detectarse una presencia de insectos, procedentes del continente africano, superior a los dos millones de ejemplares.
El consejero de Agricultura canario, Pedro Rodríguez Zaragoza, aseguró que la situación en Fuerteventura «está bastante controlada», por lo que no ha hecho falta realizar fumigaciones generales, mientras que en Lanzarote la entrada de langostas procedentes de África es constante, debido a la dirección del viento.
El Gobierno canario ha desplazado a las islas más orientales 25.000 litros del insecticida clorpirifo. Ayer mismo se iniciaron las tareas de fumigación manual y terrestre en la zona de Arrieta. Rodríguez Zaragoza precisó que las langostas no han destruido muchos cultivos y no han mostrado una voracidad especial, dado que los insectos están «exhaustos» por el viaje desde África. «Eso nos permite recogerlos del suelo sin resistencia, antes de que se recuperen», dijo.
En todo caso, el consejero canario se mostró confiado en que a partir de esta tarde los vientos cambien y desvíen el rumbo de los insectos, lo que ofrecerá un «alivio» a la situación en Lanzarote.
Estos niveles de penetración, en cualquier caso, no tienen comparación con lo que se ha sufrido en los últimos meses en Mauritania, donde llegaron a acumularse más de 12.000 ortópteros por metro cuadrado.
En las tareas de fumigación participan más de un centenar de efectivos que atacan a las langostas con el insecticida habitual, mientras que en las zonas donde podría haber más animales (especialmente aves), se fumiga con un producto menos nocivo. En Lanzarote y Fuerteventura se han concentrado los 25.000 litros de clorpirifo, un fitosanitario que se utiliza en la extinción de este tipo de plagas.
Estas labores se realizan a pie y desde tractores y están perfectamente diseñadas para que no se trate de fumigaciones indiscriminadas que podrían dañar el medio natural. Participan operarios del Gobierno autónomo, del Cabildo de Lanzarote y de diferentes municipios de la isla.
Los trabajos de estas cuadrillas se llevan a cabo a la puesta y a la salida del sol, que son los momentos en los que estos insectos se agrupan para descansar, por lo que las eliminaciones son más masivas, al tiempo que se facilita la recogida de los ejemplares muertos o desfallecidos.