Sustituir el asfalto de las carreteras por paneles solares especiales. Es la propuesta de un ingeniero estadounidense, Scott Brusaw, contra el cambio climático y la crisis energética. El sistema, afirma, podría aportar energía suficiente para iluminar las carreteras de noche, calentarlas en invierno, e incluso cubrir la demanda de electricidad de todo el país.
Brusaw basa su idea en una estimación del ingeniero químico de la Universidad norteamericana de Caltech, Nate Lewis. Según este experto en energía solar, Estados Unidos podría conseguir la energía que necesita si cubriera el 1,7% de su superficie con conversores solares que lograran una eficiencia del 10%. Dado que la red nacional de autopistas interestatales alcanza una superficie similar, Brusaw considera que sus «carreteras solares» podrían lograr este objetivo.
Imagen: Tony CloughBrusaw, que ha fundado en Idaho una empresa (Solar Roadways) para tratar de hacer realidad su idea, explica que el sistema, basado en tres capas superpuestas, albergaría además de los paneles solares, una red distribuida eléctrica para suministrar energía a las viviendas y una red de cables de fibra óptica para televisión e Internet de alta velocidad. Asimismo, estas carreteras serían «inteligentes» además de ecológicas, puesto que incluirían un sistema que reconfiguraría los carriles para evitar atascos, avisaría a los conductores de posibles adversidades en su trazado, e incluso salvaría la vida de la fauna cercana al impedirles el paso.
Según sus cálculos, el coste de producción de los paneles solares implicaría una inversión de unos 3.550 millones de euros. Frente a los que consideren que se trata de una cifra desorbitada, Brusaw ofrece los siguientes razonamientos:
- Los expertos apuntan a que el desarrollo de las tecnologías solares en los próximos años podría abaratar su construcción.
- Para conseguir una producción similar de electricidad, serían necesarias centrales termoeléctricas de carbón por valor de 10 billones de euros, con el impacto medioambiental que suponen además.
- Según el Informe Stern, el coste económico que supondrá el cambio climático podría alcanzar entre el 5 y el 20% del Producto Interior Bruto anual mundial. Al utilizar una energía renovable como la solar, estas carreteras evitarían dicho problema.
Estados Unidos podría conseguir la energía que necesita si cubriera el 1,7% de su superficie con conversores solares, los cuales podrían ir en estas carreterasCon el objetivo de conocer las posibilidades reales de su proyecto, Brusaw afirma que ha visitado diversos centros de investigación de su país. En el Instituto de Investigación de Materiales de la Universidad de Pennsylvania consideran que la idea podría ser factible si se consiguen desarrollar nuevas generaciones de materiales cristalinos y de superconductores.
En cualquier caso, el responsable de Solar Roadways estima que dentro de cinco años podría empezar a probar su sistema de carreteras. Para ello, elegiría el norte de Idaho, concretamente el corredor entre Sandpoint y Coeur d’Alene, para demostrar que puede funcionar incluso en un clima frío, quitando la nieve y generando energía.
No es una idea nueva
La idea de Scott Brusaw de considerar las carreteras como una fuente de energía solar no es del todo original. En 1998, el Primer Ministro de Holanda, Wim Kok, anunció un programa gubernamental para financiar una tecnología solar que permitiera crear superficies baratas para carreteras que pudieran deshacerse de la nieve y el hielo en invierno y suministrara calor a los edificios adyacentes. El proyecto fue ampliándose con el concepto de «carretera inteligente», en el que se incluía todo tipo de información para los usuarios, y diversos sistemas de generación de energía termo-solar.
Asimismo, el Departamento de Industria y Comercio de Reino Unido ha puesto en marcha un proyecto similar, que probó en 2005 en el área de servicio de la autopista M1 en la localidad de Toddington. Por su parte, Francia lleva desde el año 2000 patrocinando proyectos que incluyan sistemas solares en sus autopistas.
Holanda y Reino Unido también han instalado en diversas carreteras los denominados «Sistemas de Calor Invisible», basados en la tecnología de suelo radiante, aunque a la inversa: cañerías subterráneas llenas de agua calentadas por el calor ambiental y el movimiento de los vehículos para producir energía.
El reciclaje de materiales para construir carreteras es otra manera de contribuir a conservar el medio ambiente. La construcción de autovías mediante una mezcla de polvo de neumáticos reciclados con asfalto lleva realizándose en España desde hace una década, aunque ha sido a partir de 2002 cuando se ha empezado a impulsar su uso.
En este sentido, las iniciativas para crear superficies más respetuosas con el entorno son cada vez más diversas. Por ejemplo, una empresa de producción de bolsas de plástico, KK Polyflex, ha ideado un sistema para crear carreteras con plástico reciclado y asfalto que ya se está utilizando en la localidad de Bangalore (India). Por su parte, una empresa estadounidense, Rubbersidewalks, propone un sistema de pavimentado modular para los espacios arbolados, evitando destruir las raíces.