Granada y el Roncal (Navarra) tienen algo en común: allí se han construido las dos primeras viviendas de España con el certificado Passivhaus, en 2010 y 2011, respectivamente. En estas casas pasivas, sus inquilinos gozan de un alto confort, con un consumo energético mínimo. Por ello, más consumidores se han decidido a seguir en España este estándar, que en el resto del mundo ha certificado a unas 20.000 viviendas o edificios públicos, sobre todo, en Centroeuropa.
Casas pasivas en España: alto confort sin gastar energía
Las casas pasivas logran un alto confort, con un consumo de energía mínimo. Esta combinación se logra, según Amarante Barambio, gerente de la plataforma de Edificación Passivhaus (PEP), con un alto aislamiento térmico de las fachadas, cubierta, suelo, ventanas y puertas, y un sistema de ventilación que renueva el aire a todas horas y puede incluir filtros para alérgicos y asmáticos.
Construir una casa pasiva es hacer una inversión de futuroEl principal inconveniente de las casas pasivas es su precio. Barambio reconoce que son entre un 7% y un 10% más caras que las convencionales. Su coste se amortiza en un periodo de entre diez y veinte años, según cada caso.
Por ello, construir una casa pasiva es hacer una inversión de futuro. En un panorama marcado por los crecientes precios de la energía, y a medida que se generalicen, las casas pasivas serán más competitivas. La normativa de edificación de la Unión Europea es cada vez más exigente en el aspecto medioambiental y en el de la eficiencia energética. Los responsables comunitarios asumen que una vivienda con criterios ecológicos, además de cuidar el medio ambiente, sirve para gastar menos recursos naturales y ahorrar dinero.
Las viviendas de Granada y el Roncal han abierto el camino a otros pioneros de este tipo de construcción eficiente. Según Barambio, en este momento hay un grupo de cinco a diez viviendas en construcción o acabadas, a las cuales les falta muy poco para llegar a los límites puros que exige el certificado. En la página web de su asociación se recoge un banco de proyectos construidos con la certificación Passivhaus en España.
Por su parte, algunas nuevas viviendas introducen elementos de eficiencia que siguen los principios de Passivhaus. En Mutxamel (Alicante), el estudio Eneseis Arquitectura ha diseñado la Casa Llorenç con diversas técnicas «pasivas solares», como la orientación sur, la ubicación en una colina o la ventilación natural. En Santiago de Compostela, un grupo de arquitectos e ingenieros ha diseñado una vivienda unifamiliar, denominada Villa Ana, que aspira a lograr el certificado Passivhaus.
Cómo conseguir una casa pasiva
El estándar Passivhaus se centra en la eficiencia energética y no en otros aspectos que cuidan otros certificados medioambientales. Según el gerente de PEP, es relativamente sencillo de evaluar y calcular: «Es comprobable al ejecutar, debido al uso de pruebas de hermeticidad y de termografía en la obra».
El certificado es también una garantía de calidad, que obliga al equipo desarrollador a cuidar los detalles para lograr resultados excelentes. Barambio señala que según el Instituto Passivhaus, un 95% de los usuarios de estas viviendas se muestran satisfechos.
Un consumidor que desee una casa pasiva debería ponerse en contacto con un experto en edificación eficiente, como la plataforma PEP. En cualquier caso, debería exigir que se cuiden los detalles y sospechar de promesas demasiado idílicas. Realizar un estudio previo de las condiciones climáticas del lugar y de los sistemas y materiales más óptimos y económicos o generar simulaciones informáticas son medidas de un buen profesional.
Enric Aulí, ambientalista y experto en bioconstrucción, propone preguntar a los dueños de la última casa donde ha intervenido la persona a quien se confíe la obra. Barambio sugiere insistir a la entidad financiera para conseguir una hipoteca en mejores condiciones, dada la estabilidad de pagos de una vivienda sin apenas gastos energéticos. El gerente de la PEP señala que no hay ayudas específicas para casas pasivas, pero recuerda que algunas comunidades autónomas ofrecían subvenciones para una eficiencia energética clase A o B.
El certificado Passivhaus en el mundo
En la actualidad, se calculan unas 20.000 unidades de viviendas o edificios con estándar Passivhaus reconocidos, estén certificados o no. Barambio explica que no todos lo registran o certifican, ya que si realizan las cosas consecuentemente y con el rigor necesario saben que el resultado está garantizado.
La página web ligada al Instituto alemán Passive House Institute, reguladora de éste estándar desde 1988, registra hasta 1.754 proyectos: viviendas, oficinas, polideportivos, escuelas, etc. La mayoría de ellas se encuentra en Austria, Suiza y Alemania, seguidos de cerca por Bélgica, Escandinavia, Francia e Inglaterra. En el sur de Europa, el más avanzado es Italia. En el resto del mundo, Estados Unidos, Canadá o Japón albergan buenos ejemplos.