Los centros de educación infantil, conocidos como guarderías, son el primer contacto educativo y social para muchos bebés y niños. Si aspectos como el reciclaje, la alimentación local y ecológica o el ahorro de agua y energía cobran protagonismo en ellas, las familias salen beneficiadas y asumen valores ecológicos que les harán más respetuosos con su entorno. Este artículo señala cómo debería ser un centro de educación infantil ecológico y cuáles son sus ventajas y desafíos.
Cómo debería ser un centro de educación infantil ecológico
Las guarderías ecológicas generan valores educativos ambientales beneficiosos para las familiasLos conceptos «ecológico» o «sostenible» se refieren al respeto del medio ambiente, pero su aplicación práctica puede entenderse de diversas formas. En el caso de los centros de educación infantil (término oficial correcto, en vez del más generalizado de guarderías) no hay una norma o certificado con los requisitos para recibir dicha denominación. Con la ayuda de Vanessa Villar Martínez, directora pedagógica de Dreams, una escuela infantil ecológica de Logroño, a continuación se apuntan qué elementos debería tener una guardería con criterios ambientales:
- Instalaciones. Deberían utilizar materiales respetuosos con el medio ambiente y la salud de los bebés y niños, como pinturas basadas en agua, alfombras con fibras naturales, cunas de madera con certificado FSC o suelos de linóleo, corcho o madera. El edificio tendría que reducir al máximo el consumo en climatización, gracias a un buen aislamiento térmico o una buena orientación que aproveche la máxima luz solar y ofrezca una buena ventilación. La energía debería provenir de fuentes renovables, ya sea del mismo centro con sistemas de energía solar fotovoltaica y/o térmica o de empresas que la suministran, así como emplear sistemas sostenibles como calderas de biomasa. El agua tampoco debería descuidarse con la instalación de sistemas de ahorro y reaprovechamiento. Diversos sistemas de certificación ambientales internacionales y españoles pueden ayudar a conseguir el mayor número de dichos elementos.
- Alimentación. El centro debería tener cocina propia para preparar los menús y adaptarse a las necesidades de cada pequeño, donde se cocinarían alimentos de temporada, locales o de kilómetro cero y con certificación ecológica. Sería deseable contar con un huerto urbano donde se cultivaran diversos vegetales para aprovecharlos directamente. La guardería ecológica también debería facilitar que las madres puedan dar leche materna a sus hijos. Para ello, tendría que disponer un espacio donde pudieran darles el pecho con tranquilidad y con horarios flexibles, además de permitir la extracción y conservación de la leche para las tomas en horario de guardería.
- Higiene y cosmética. Los pañales, toallitas y esponjas lavables reducen la generación excesiva de residuos. En el caso del centro de educación infantil Dreams, emplean los pañales ecológicos de la marca Pingo, que tienen las certificaciones FSC, Naturemadestar y Myclimate con calidad de absorción y de respiración óptima de la piel con materiales muy suaves, y los productos de cosmética de la marca Weleda. Los baberos, batas y demás prendas deberían ser de materiales naturales y ecológicos, al igual que los productos de limpieza y aseo personal.
- Tres erres. Una guardería ecológica tendría que minimizar el uso de materiales y generar una mínima cantidad de residuos (reducir); evitar la práctica de usar y tirar y utilizar productos de calidad para reaprovecharlos al máximo (reutilizar); y gestionar de forma adecuada sus residuos para su aprovechamiento posterior (reciclar).
- Programas educativos ambientales. Los responsables del centro deberían priorizar actividades como talleres de reciclaje, cultivo de un huerto y manualidades con arcilla u otros elementos naturales; salidas a la naturaleza; uso de juguetes con materiales naturales, reutilizables o con valores ecológicos; charlas educativas para practicar en casa iniciativas ecológicas; sistemas de intercambio de juguetes, ropa, libros, muebles infantiles, etc.
Guarderías ecológicas, ventajas y desafíos
Diversos centros de educación infantil en Barcelona, País Vasco y Galicia han asumido alguno de estos criterios ecológicos, según la responsable de Dreams, que apunta a los países escandinavos como Dinamarca o Finlandia como los más avanzados en esta materia.
Las guarderías ecológicas ofrecen diversas ventajas para los padres y sus hijos. Vanessa Villar explica que el principal es el clima de colaboración y confianza que se crea, «el centro es como su casa». Además, se generan valores educativos ambientales para las familias: «La filosofía educativa ecológica hace que los bebés se beneficien en la salud higiénica, alimentaria, evolutiva y social, y los padres, de un modelo ecológico que pueden desarrollar con sus hijos».
En cuanto a los desafíos, el principal es buscar el equilibro para garantizar la viabilidad económica del centro. Según Villar, «los gastos derivados de lo ecológico como pañales, toallitas, higiene o alimentación son más caros y, por tanto, el margen de beneficio es menor. El resto de costes son iguales, menos la electricidad y el material de aula para trabajar, que si se reutiliza o recicla puede hacer ahorrar algunos costes».