El Gobierno chileno ha firmado un convenio con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para proteger los bosques templados del sur del país, que cuenta con una financiación de unos 175.000 euros (225.000 dólares) y que se pondrá en marcha durante los próximos 18 meses.
El acuerdo supone el desarrollo de un plan de acción para amortiguar y prevenir el impacto económico, social y ambiental motivado por el deterioro de los bosques de roble, raulí, lenga y otras especies que configuran los bosques templados del país andino. De esta forma, el pacto sellado por el representante de la FAO en Chile, Marcio Porto, y el ministro de Agricultura del país, Álvaro Rojas, intentará proteger estos bosques seriamente amenazados por una serie de factores que están provocando la defoliación y la extinción de los árboles.
Estos bosques ocupan el 17% del territorio nacional, con 13 millones de hectáreas, lo que representa un enorme potencial para el desarrollo social, cultural y económico de Chile, puesto que el sector de la madera emplea a unas 200.000 personas y genera 14 millones de dólares anuales, casi 11 millones de euros, en concepto de exportación a Estados Unidos.
También para las comunidades rurales e indígenas, la masa boscosa supone una elemental fuente de recursos, debido a la recolección y al procesamiento de productos forestales no madereros.
Respecto al medio ambiente, los bosques templados australes son de gran importancia por su biodiversidad, puesto que contienen una enorme cantidad de especies endémicas, muchas de ellas en peligro de extinción.
Incluso en el turismo está incidiendo la deforestación, puesto que los Parques Nacionales constituyen uno de los principales atractivos del país.
Marcio Porto ha señalado al respecto que el 30% de los cinco millones de hectáreas cubiertas por nothofagus caducifolios sufren este fenómeno. Por su parte, Álvaro Rojas ha señalado la importancia del trabajo conjunto de su Gobierno con la FAO para proteger y garantizar estos recursos naturales y la biodiversidad.