Imagen: Christopher PotterUn automóvil puede estar compuesto por entre 20.000 y 30.000 piezas. Estos componentes no pueden estar realizados de cualquier manera: La normativa europea exige en la actualidad que los automóviles sean reciclables al menos en un 80%, porcentaje que deberá elevarse hasta el 95% en 2015. Asimismo, se prohíbe la utilización de materiales especialmente tóxicos, como el mercurio, cadmio, plomo y cromo hexavalente, excepto en algunas piezas que no puedan ser sustituidas por el momento por otros materiales.
Según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), la proporción de los materiales plásticos aumentará en los vehículos, tras haber demostrado su resistencia y porque permiten la creación de piezas fácilmente reciclables. Por ejemplo, la resina termoplástica se utiliza en la mayor parte de los accesorios interiores y exteriores del vehículo, como en el tablero de instrumentos.
La normativa europea exigirá en en 2015 que los automóviles sean reciclables en un 95%Además de los materiales en sí, los expertos subrayan que para mejorar el reciclado de los vehículos es esencial el marcado de los componentes y las técnicas de montaje, de manera que los procesos de separación y tratamiento puedan realizarse mucho más adecuadamente.
En cualquier caso, el sector del automóvil tiene ante sí el reto de fabricar modelos cada vez más ecológicos. Algunas compañías ya están asumiendo este compromiso hoy día, y se encuentran a la vanguardia del «ecologismo automovilístico». La multinacional japonesa Toyota se ha impuesto una serie de metas para los próximos años, que incluyen la utilización casi al 100% de materiales reciclables, como el «Eco-Plástico Toyota», y la eliminación de materiales perjudiciales para el medio ambiente.
Por su parte, la compañía Mitsubishi cuenta con un plan de cara a 2010 para instaurar lo que denominan «Diseño para el Medio Ambiente»: toda una serie de medidas en la etapa de producción que incluyen sistemas de eficiencia energética, menores emisiones contaminantes y autos más reciclables. Asimismo, los vehículos de esta marca nipona llevan grabados todos sus accesorios plásticos con un número de serie especial que permite agruparlos, para que puedan identificarse sin problemas cuando lleguen al final de su ciclo de vida.
Los ejemplos de mejoras en el desarrollo de componentes reciclables no sólo se extienden a las empresas japonesas. Mercedes-Benz ha presentado recientemente su modelo «Mercedes Recy«, un coche que trata de llevar el estilo de su legendaria clase SL al futuro, según sus responsables, al estar compuesto al 100% de materiales como madera, vidrio o caucho, totalmente reciclables.
La multinacional norteamericana Ford está trabajando en un proyecto denominado «Piquette«, que pretende lograr un vehículo totalmente reciclable. El prototipo podría ser una mejora del Modelo U de 2003, y sus piezas, basadas en materiales biodegradables, serían además de reciclables, muy sencillos de desarmar, para facilitar la labor de los desguaces. Según los responsables de Ford, se espera que los primeros avances de este proyecto puedan ser presentados públicamente en 2008, aprovechando el centenario de su mítico Modelo T.
La modernización de los desguaces actuales permite que la recuperación y aprovechamiento del acero, que supone las tres cuartas partes de un automóvil, se haya generalizado, como explica la Dirección General de Tráfico (DGT).
La acumulación de residuos procedentes del desguace de vehículos viejos empezó a convertirse en un problema a principios de los 90, y su solución es cada vez más necesaria en la medida en que el parque automovilístico no cesa de crecer. Cada año, según datos de la Unión Europea (UE), entre 9 y 10 millones de vehículos llegan al final de su vida útil en territorio comunitario, lo que supone un total de entre 8 y 9 millones de toneladas de residuos.
La Comisión Europea prevé que los costes de homologación de un tipo de vehículo aumenten significativamente. Al mismo tiempo, los responsables comunitarios esperan que se produzca un ahorro por el menor coste en el tratamiento de vehículos destinados al desguace. La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles ha estimado el coste neto en unos 30 euros por vehículo.