El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) y la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) han publicado sendos informes sobre la calidad del aire en España y Europa. A pesar de la mejora respecto a hace unas décadas, diversos contaminantes afectan en la actualidad el medio ambiente y la salud de millones de ciudadanos. Este artículo señala cómo es la calidad del aire en España y en Europa, y las recomendaciones para hacer más estrictos los límites de emisiones.
Así es la calidad del aire en España
La Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental y Medio Natural del MAGRAMA, encabezada por Guillermina Yanguas, presentaba en fechas recientes el Plan Nacional de Calidad del Aire y Protección de la Atmósfera 2013-2016 (Plan Aire). Entre sus objetivos se encuentra analizar la situación de la contaminación atmosférica en España y poner en marcha diversas iniciativas de mejora.
El 94% de los españoles respira un aire de calidad inferior al recomendado por la OMS, según Ecologistas en AcciónEl Plan Aire ofrece un diagnóstico de la calidad del aire en nuestro país, tras analizar los datos de las mediciones facilitados por las comunidades autónomas y determinadas entidades locales, y utilizar los métodos de evaluación de la legislación europea. Según sus autores, la calidad del aire en España ha mejorado en los últimos años, aunque todavía algunos contaminantes atmosféricos superan los límites permitidos. En concreto, los siguientes emisiones ya no se registran por encima de los valores límite al menos desde 2005: partículas PM2,5, plomo, benceno, monóxido de carbono (CO), arsénico, cadmio, niquel y venzo(a)pireno.
Sin embargo, el informe del MAGRAMA señala cuatro contaminantes en los que el Plan Aire «debe focalizar su atención para mejorar la calidad del aire», ya que superan lo establecido por ley. Los datos más recientes disponibles corresponden a 2011:
- Dióxido de azufre (SO2): la Zona Industrial de Bahía de Algeciras y Santa Cruz de Tenerife – San Cristóbal de la Laguna son las regiones con peores datos de este contaminante. Según el informe, 580.289 personas se encuentran censadas en las áreas que incumplen los límites. Los autores del Plan recuerdan que este dato no tiene por qué significar que toda esa población esté afectada. Si una estación de control supera el valor legal, se considera que toda la zona incumple, aunque otras estaciones de ese sector no lo hagan. La producción de energía y las fuentes de combustión de la industria son los mayores focos emisores de este contaminante.
- Dióxido de nitrógeno (NO2): Granada y su área metropolitana, Nueva Zona Sevilla y Área Metropolitana, Palma, Área de Barcelona, Vallès – Baix Llobregat, Madrid, Corredor del Henares y Urbana Sur fueron las regiones más afectadas. 12.007.477 personas censadas habitan dichas zonas. Entre las principales fuentes de emisión de este contaminante destaca de manera clara el tráfico intenso.
- Partículas PM10: el informe reconoce que España «siempre ha presentado niveles altos» de dichas partículas, aunque su concentración se incrementa de forma natural por las intrusiones de polvo africano. Como la ley no contabiliza las emisiones de origen natural, once áreas quedarían descartadas de los valores límite. Por el contrario, diez zonas sí los superarían a causa de actividades humanas. En concreto, la Zona Industrial de Bailén, Granada y su área metropolitana, Asturias Central, Gijón, área de Barcelona, Vallès – Baix Llobregat, Plana de Vic, Terres de Ponent, Bajo Nervión y La Rioja. Un total de 7.218.639 personas censadas viven en estos territorios. El tráfico rodado, los procesos industriales y la combustión no industrial (sectores residenciales y comerciales) son los motivos principales de superación de este contaminante.
- Ozono (O3): de las 135 zonas evaluadas para este contaminante, 51 registraron valores por encima del límite. Se ubican en la mitad sur peninsular y en amplias regiones de la costa oeste. Un total de 22.601.892 de personas se encuentran censadas en dichas áreas. A diferencia de otros contaminantes, los niveles de O3 son en general más altos en zonas rurales.
Europa: la calidad del aire debe mejorar
La Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) publica de forma periódica informes sobre la calidad del aire en la Unión Europea (UE). En el más reciente, ‘Signals 2013‘, sus autores afirman que «en las últimas décadas, Europa ha mejorado la calidad de su atmósfera. Se han reducido con éxito las emisiones de muchos contaminantes, pero la contaminación -sobre todo por partículas en suspensión (PM) y ozono- sigue siendo un riesgo grave para la salud de los europeos».
El informe destaca que cuando se toman las medidas oportunas, la contaminación desciende. Es el caso del plomo, utilizado de forma común en la gasolina hasta la década de 1970. A partir de esa fecha, la normativa europea e internacional para eliminarlo de forma gradual ha supuesto registrar en la actualidad niveles «muy inferiores» a los límites fijados por la UE.
Las emisiones de otros agentes contaminantes, como las PM, también han descendido. Sin embargo, el informe advierte que la cuota de población urbana europea expuesta a niveles de PM10 por encima de los fijados por la UE sigue siendo alta (23-41% en los 32 países comunitarios y no comunitarios miembros de la AEMA). Entre las razones se aduce que algunos contaminantes pueden permanecer en la atmósfera el tiempo suficiente para viajar de un país a otro o incluso alrededor del planeta.
Límites de emisiones más estrictos
La AEMA recuerda que los límites de la legislación europea no son tan estrictos como las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por ejemplo, al seguir estas últimas, más del 80% de la población urbana de la UE está expuesta a concentraciones excesivas de PM10, reconocen los autores del informe.
Juan Bárcena, biólogo y experto en calidad del aire de Ecologistas en Acción, destaca que el 22% de los españoles respira un aire de calidad inferior al señalado por los límites legales, un 94% con los valores de la OMS: «Por ejemplo, para las PM2,5, unas de las más nocivas, la legislación marca un límite medio anual de 25, menos estricto que Estados Unidos (15), y que la OMS (10). En 2013 toca revisar los límites. La AEMA presiona para bajarlo. El problema es cada vez más grave a medida que se conocen más datos y se revisan».