Los océanos cubren dos tercios de la superficie de la Tierra y proyectan su influencia sobre las personas. Los fenómenos oceánicos repercuten en el medio ambiente y en las actividades ligadas a la costa y al mar. Y la idea de que el bienestar humano, actual y futuro, depende en buena medida de la conservación de los ecosistemas costeros y marinos se abre paso en la sociedad, aunque con lentitud. El reto es cuidar la salud de los océanos, apoyándose en el conocimiento y en el desarrollo de tecnologías y aprovechamientos que aseguren la sostenibilidad de los recursos marinos. La oceanografía operacional es la herramienta que permite describir de forma sistemática y predecir el comportamiento del mar. En este artículo se explica en profundidad qué es, su importancia y una estación océano-meteorológica que la lleva a cabo en el País Vasco.
¿Qué es la oceanografía operacional?
La oceanografía operacional es toda actividad que comprende: medidas y muestreos realizados en los océanos y mares, su difusión e interpretación, la predicción del comportamiento del océano para preservar la seguridad de las personas y la gestión de las actividades socioeconómicas a corto y a medio plazo.
Con todos estos datos se puede dar una descripción más completa del estado y el comportamiento del mar y se recaba la información necesaria para observar tendencias y cambios a largo plazo.
Importancia de la oceanografía operacional
Una de las debilidades de la oceanografía es la dificultad de la observación. Aunque convivimos con el océano y nos influimos mutuamente, ocupamos una parte muy modesta de su volumen. Aprovechamos los recursos marinos superficiales y profundos, pero nuestra presencia allí es breve, a menudo arriesgada, o en tránsito entre puertos.
Tomar datos del mar, en especial en las profundidades, es dificultoso, caro, y la supervivencia de los equipos que se dejan midiendo es aventurada. A pesar del avance en las técnicas de observación de la Tierra, sigue habiendo un gran déficit en observación del océano en comparación con el medio terrestre o la atmósfera.
De un tiempo a esta parte en el ámbito oceanográfico se exige una mayor cantidad de datos, más precisos y en tiempo real. También las instituciones, las empresas y el público en general han comenzado a demandar más información sobre el mundo marino. Esta necesidad de mayor y mejor información sobre los océanos se debe a un conjunto de causas que no influyen por igual en todas las sociedades.
Globalmente la presión humana sobre los océanos aumenta, el porcentaje de población asentada cerca del litoral se ha incrementado en las últimas décadas y las previsiones para este siglo van en la misma línea. Los intercambios comerciales y la interrelación económica entre países y continentes es cada vez mayor y el transporte marino desempeña un papel muy importante en el mundo, sobre todo en los países en vías de desarrollo.
En los países desarrollados, la sociedad demanda a los organismos públicos más información sobre el medio ambiente por una cierta conciencia ambiental en evolución, pero aún supeditada a las necesidades económicas que perciben en la costa un gran atractivo, en especial las actividades urbanísticas. Además, el cambio climático pronostica sobre el litoral un efecto muy notable y ostensible: el ascenso del nivel medio del mar. Por último, los medios de comunicación en nuestra sociedad buscan temáticas novedosas, datos llamativos y fomentan la interacción y participación de las personas aprovechando las capacidades de las nuevas tecnologías; y las noticias relacionadas con el tiempo son un buen campo. En el caso del mar, además de que en muchos casos el clima marino en las latitudes medias del globo es más riguroso que el terrestre, se conjugan dos factores que desempeñan un papel cada día más importante en las sociedades avanzadas: el dúo ocio/turismo y la seguridad de las personas.
Los nuevos sistemas, basados en nuevas tecnologías y en un mejor conocimiento del mar, nos permitirán previsiones de gran alcance que serán de gran beneficio en la gestión de los mares y océanos y en el pronóstico de los cambios y variabilidad del clima.
La red vasca de océano-meteorología
En el año 2001 el Gobierno Vasco puso en marcha, junto con el centro tecnológico de investigación marina y alimentaria AZTI, la primera estación océano-meteorológica del País Vasco. Esta primera estación piloto se situó, por motivos logísticos y de ubicación, en la bocana del puerto de Pasaia donde AZTI tiene una de sus sedes.
La estación de Pasaia sirvió para mejorar todos los protocolos de mantenimiento verificando la calidad de los datos que proporcionaban cada uno de los sensores instalados. Es pionera en el desarrollo de la que hoy es una de las redes océano-meteorológicas más completas de Europa y del mundo: la Red Océano-Meteorológica del País Vasco perteneciente a la Dirección de Atención de Emergencias y Meteorología del Gobierno Vasco.
Esta red vasca consta de:
- Seis plataformas océano-meteorológicas costeras, dotadas de instrumentación marina, que proporcionan información sobre corrientes, oleaje, marea y temperaturas a diferentes profundidades del mar. Además, gracias a la instrumentación meteorológica, se dispone de medidas de: viento, temperatura del aire, presión atmosférica, radiación solar y visibilidad.
- Dos boyas en aguas profundas que informan de los parámetros meteorológicos, de las corrientes, el oleaje, y la temperatura y salinidad de la columna de agua hasta 200 metros de profundidad.
- Radares de alta frecuencia que desde la costa hasta unos 150 kilómetros de distancia, miden las corrientes superficiales en celdas de 5 kilómetros de lado.
Además, durante los últimos 15 años se han implementado otros sistemas de medida en el litoral del País Vasco, en colaboración con diferentes organismos e instituciones (autoridades portuarias, diputaciones forales, etc.), como el sistema de monitorización del litoral mediante videocámaras que funciona en Donostia-San Sebastián, Muskiz, Urdaibai y Zarautz.
Buena parte de esta información se envía en tiempo real a las instalaciones la Dirección de Atención de Emergencias y Meteorología del Gobierno Vasco, donde se hace un exhaustivo seguimiento, contribuye a la mejora de modelos meteorológicos y oceanográficos con los que se elaboran los pronósticos, al desarrollo de sistemas de información en tiempo real de los procesos marinos y a la mejora de los sistemas de alerta y predicción adecuándolos a las necesidades de las personas.