Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera por la actividad humana son uno de las principales causantes del cambio climático. Cada consumidor emite de media al año casi 10 toneladas, con actividades tan cotidianas como viajar, encender la luz o la calefacción. Iniciativas como CeroCO2 o Ekopass permiten a través de sus páginas web calcular y compensar estas emisiones, y aprender a reducirlas.
El Protocolo de Kyoto estableció unos objetivos para reducir las emisiones de CO2 entre los países firmantes, y para los que no fueran capaces de alcanzarlos, creó los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL). Gracias a este sistema, se pueden compensar las emisiones mediante la inversión en proyectos de tecnología limpia en países en desarrollo. Para cumplir su compromiso, se estima que España tendrá que invertir 3.000 millones de euros en cupos de emisión y en MDL.
Desde la implantación de este sistema, diversas iniciativas se han creado para ayudar a las empresas, instituciones y particulares a compensar sus emisiones. Dos de estos proyectos, CeroCO2 y Ekopass, constituyen una manera sencilla para que los consumidores puedan conocer con exactitud su volumen de emisiones, y de esta manera, poder compensarlas y reducirlas.CeroCO2 es una iniciativa conjunta de las Fundaciones Ecología y Desarrollo y Accionatura, y cuenta con el apoyo de los Ayuntamientos de Barcelona y Zaragoza, la Junta de Andalucía, la Diputación de Barcelona, el Centro de Recursos Ambientales de Navarra, el Gobierno de Cantabria y el INCAE Business School de Costa Rica.
Por su parte, Ekopass es una asociación sin ánimo de lucro promovida por la empresa Naider, especializada en proyectos de desarrollo sostenible, y en la que colaboran las tres cajas de ahorro vascas (BBK, Kutxa y Caja Vital) y el Ayuntamiento de Vitoria.
Imagen: ekopassEn sus respectivas páginas webs, CeroCO2 y Ekopass ofrecen calculadoras especializadas según el tipo de actividad (gasto eléctrico en el hogar y desplazamientos en coche o en avión) que permiten conocer la cantidad exacta de carbono emitida. Tras realizar esta operación, el consumidor tiene a su disposición varios bonos o paquetes para neutralizar de manera parcial o total sus emisiones, en función de lo que se quiera gastar. Así, CeroCO2 ofrece packs que oscilan entre los 10 y los 60 euros, y Ekopass bonos entre 10 y 100 euros. De esta manera, dado que ambas iniciativas ofrecen una tarifa estándar de 10 euros por tonelada, un consumidor medio tendría que pagar unos 100 euros para compensar totalmente sus emisiones anuales.
Con el dinero recaudado, CeroCO2 se compromete a invertir en diversos proyectos de transferencia de tecnologías limpias y de captación de carbono en América Latina, como planes de reforestación o construcción de centrales minihidráulicas. Por su parte, Ekopass se centra principalmente en la ONG africana Green Belt Movement, liderada por la Premio Nobel de la Paz 2004 Wangari Maathai, para diversos proyectos de reforestación y promoción de la mujer en Kenya.
Desde su creación en 2005, CeroCO2 ha compensado unas 10.000 toneladas de carbono, según Stefan Esser, responsable del Área Cambio Climático de Acciónatura, y esperan para 2008 una compensación de más de 35.000 toneladas, al tener pendientes algunas grandes compensaciones de empresas. Por su parte, Ekopass, surgida en 2006, ha compensado más de 5.000 toneladas, según uno de sus responsables, Iván de Torres. Aunque la participación de particulares ha sido reseñable, desde ambas entidades reconocen que sus «compensadores» principales han sido las empresas e instituciones públicas.
Críticas a estos sistemas
Diversas voces críticas han cuestionado la transparencia y repercusión real en el medio ambiente de los mecanismos de compensación de emisiones. Por otra parte, también hay quien duda de las intenciones de algunas empresas que han hecho gala de esta conducta ecológica en sus campañas de publicidad. Por ello, los responsables gubernamentales han anunciado que pondrán en marcha un registro en el Observatorio de la Sostenibilidad para garantizar un control objetivo.
Un consumidor medio tendría que pagar unos 100 euros para compensar totalmente sus emisiones anualesEn este sentido, algunos expertos recomiendan dudar de las iniciativas que ofrezcan compensar por menos de cuatro euros por tonelada. Asimismo, otros expertos recuerdan que la mayor parte de estos sistemas se dedican a la reforestación, una práctica de la que no se dicen sus inconvenientes. Los árboles absorben CO2, pero si arden, vuelven a emitirlo. Además, lo que se paga ahora es por lo que se absorberá en los próximos años, no por lo que se ha contaminado.
Desde CeroCO2 y Ekopass se afirma que las cuentas de sus proyectos son públicas y que además están controladas mediante auditorías externas, además de ser proyectos que merecen toda la confianza. En cualquier caso, tanto Stefan Esser como Iván de Torres destacan que la compensación de emisiones es la segunda mejor opción, por lo que el esfuerzo principal del consumidor debe pasar por adecuar sus hábitos de comportamiento para generar las mínimas emisiones posibles de gases de efecto invernadero (GEI). En CONSUMER EROSKI se recogen algunos consejos para tratar de combatir este problema.
Si los actuales teléfonos móviles ofrecen cada vez más utilidades a los consumidores, una calculadora de emisiones no parece mala idea. Así debieron pensar en la Comisión Europea, que ha desarrollado una aplicación con este objetivo, denominada “MobGas“. El sistema informa de las emisiones diarias producto de las rutinas cotidianas, de manera que sus usuarios se conciencien para su reducción.
La descarga del programa es gratuita, está traducido a 21 idiomas, y ha sido desarrollado, según sus responsables, para servir en todos los países de la Unión Europea. Asimismo, la aplicación ha sido probada en 23 diferentes modelos de móviles, aunque aseguran que debería funcionar en más de 140 modelos.