El último informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) «Evaluación Global del Mercurio«, asegura que los usos de este metal en el mundo, a pesar de su toxicidad, no se han reducido y su comercio se ha estabilizado en unas 3.500 toneladas anuales. Aunque el informe reconoce su disminución en los países industrializados, destaca el incremento de la dependencia a esta sustancia contaminante de los países en vías de desarrollo.
A pesar de su toxicidad, los usos del mercurio no se han reducido y su comercio se ha estabilizado en unas 3.500 toneladas anualesPor ello, no es de extrañar que el PNUMA, ya hace seis años, declarara el mercurio una «seria amenaza global». Por su parte, la Comisión Europea aprobaba en 2005 la Estrategia comunitaria sobre el mercurio, y en la actualidad se discute el Reglamento comunitario relativo a la prohibición de la exportación del mercurio y su almacenamiento seguro. No obstante, los responsables de Bruselas son conscientes del escaso impacto de estas medidas, porque la industria comunitaria importa la mayor parte del mercurio de China, India y Japón.
En cuanto a España, los responsables del Ministerio de Medio Ambiente (MMA) presentaban durante el Consejo de Administración del PNUMA, celebrado en Nairobi (Kenia) en febrero, su política de reducción del mercurio. Entre las medidas, destacaba la paralización de las actividades de extracción y producción de mercurio en Almadén (Ciudad Real) y la creación de un Centro Tecnológico en dicha comarca donde se promoverán todo tipo de proyectos sobre descontaminación y gestión de este material.
Asimismo, tras el Reglamento REACH recientemente aprobado por la UE, la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del MMA ofrecerá en breve subvenciones de I+D+i, por valor de más de 17 millones de euros, que incluyen ayudas para la sustitución de sustancias químicas tóxicas.
Instalaciones contaminantes
Las organizaciones ecologistas recuerdan que las instalaciones europeas cloroalcalinas, fabricantes de cloro para la producción de plásticos, incumplirán la directiva europea 96/61/CE relativa a la prevención y control integrados de la contaminación. Esta norma señalaba octubre de 2007 como fecha límite para que estas plantas sustituyeran su tecnología de células de mercurio por otros sistemas más modernos y limpios, pero también más caros, como las membranas de celdas electrolíticas.
Imagen: Karl RandaySin embargo, la asociación europea de productores de cloroalcalinos (Eurochlor) ha declarado en varias ocasiones que el desmantelamiento total de estas células no se logrará hasta 2020. Según datos de la Comisión Europea de 2001, en la producción de cloro en el continente predominan este tipo de células de mercurio. Japón lleva años implantando tecnologías más limpias, tras el desastre de la bahía de Minamata, donde en los años 50 y 60 fallecieron más de mil personas tras ingerir pescado envenenado con mercurio.
En el caso de España, los responsables de estas plantas han firmado un compromiso con el MMA para reducir progresivamente sus emisiones y presentar planes de reconversión a nuevas tecnologías en el año 2011. En caso contrario, sus responsables deberán abandonar su actividad.
Según un estudio del en su día Ministerio de Ciencia y Tecnología, el 55% de la actividad económica del sector químico español está ligada a la producción de compuestos alcalinos de cloro. España, con ocho plantas cloroalcalinas ubicadas en Andalucía, Aragón, Cantabria, Cataluña y Galicia, es el tercer país europeo con mayor número de estas instalaciones, por detrás de Alemania (trece plantas) e Italia (nueve). Ecologistas en Acción afirmaba el año pasado en un estudio que algunas de estas instalaciones emiten hasta 63 veces más mercurio a la atmósfera del recomendado.
Tras la firma de un acuerdo con el MMA, las productoras españolas de cloroalcalinos envían el metal sobrante a Almadén, donde se recicla para volverlo a exportar. Asimismo, los responsables del Ministerio han ofrecido a la UE la posibilidad de que Almadén se convierta en un área de almacenamiento de todos los excedentes.
Los científicos insisten en la peligrosa volatilidad y toxicidad del mercurio, especialmente al contactar con el agua o el aire. Por ejemplo, el Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente afirma que el mercurio puede ser letal en dosis altas, pero incluso en pequeñas dosis puede tener impactos adversos serios en el desarrollo neuronal, y se le ha vinculado recientemente con posibles efectos dañinos en los sistemas cardiovascular, inmunológico y reproductivo.
La organización Oceana destaca el caso de los peces, animales especialmente sensibles a la bioacumulación de este metal, que acaba siendo ingerido por los seres humanos. Los mayores problemas, según Oceana, residen en las emisiones no controladas y en las especies cuyo contenido de mercurio es menor y pasa los controles: “El envenenamiento podría ser muy lento, pero igual de peligroso”, advierten.
Por ello, los grupos ecologistas recomiendan una serie de medidas a escala mundial, que se resumen en la campaña internacional “Mercurio Cero“, en la que participan varias organizaciones como Ecologistas en Acción:
- Creación de instrumentos legales realmente vinculantes y apoyo financiero a los países en desarrollo
- Elaboración por parte del PNUMA de objetivos mundiales de reducción de las principales fuentes de emisión, y utilización de los informes de dicha institución sobre comercio de mercurio
- Reducción de la demanda mundial en un 70% en 2017. Para ello, proponen su eliminación de aplicaciones electrónicas, pilas-botón, termómetros o equipos de medida no electrónicos; la prohibición de celdas de mercurio en la producción de cloro; y la reducción de la minería artesanal y a pequeña escala, eliminando su uso en el procesamiento del mineral
- Detención de su extracción, restringiendo las exportaciones y almacenando el mercurio desmantelado de las plantas de cloro-sosa