Cómo convertir una bici normal en una bicicleta eléctrica

Un kit de electrificación es un conjunto de componentes que permiten transformar una bicicleta convencional en una eléctrica. Estos kits suelen incluir un motor, un controlador, un sistema de asistencia al pedaleo, una pantalla, todo el cableado y, opcionalmente, una batería.

• Motor. Puede estar instalado en la rueda delantera o trasera, que deberá sustituirse, o colocarse independientemente en la parte central de la bici, cerca del pedalier. 
• Controlador. Es una caja electrónica que recoge todas las señales del sistema y controla la cantidad de energía que se envía al motor desde la batería, adaptando la asistencia al pedaleo según sea necesario.
• Sensor de pedaleo. Detecta el movimiento al pedalear y activa la asistencia del motor. Puede ser un sensor de velocidad, que mide la velocidad de pedaleo, o un sensor de par, que registra la fuerza aplicada en los pedales. Algunos kits pueden combinar ambos tipos para lograr una mayor precisión.
• Cableado. Viene preparado con clavijas, para conectar de forma sencilla todos los componentes.
• Display. Es una pantalla LCD que permite seleccionar los modos de asistencia al pedaleo y acceder a información útil, como la velocidad, la autonomía restante y el nivel de asistencia al pedaleo. Algunos displays permiten incluso controlar funciones adicionales, como el encendido de las luces.
• Batería. Almacena la energía requerida para alimentar el motor. Su capacidad, voltaje y la tecnología (litio, plomo-ácido, etc.) influyen en la autonomía y potencia de la bicicleta.

La instalación de kits de conversión eléctricos es sencilla y no requiere el uso de herramientas especiales, pero es importante consultar las instrucciones del fabricante y, si es necesario, buscar ayuda profesional.

Al elegir el kit de electrificación para la bicicleta debes tener en cuenta la potencia del motor, la capacidad de la batería, la facilidad de montaje y la calidad de los componentes.

La potencia del motor es uno de los factores más importantes, ya que influye en la asistencia al pedaleo que recibiremos y, por tanto, en la capacidad para abordar terrenos difíciles y subir pendientes prolongadas con facilidad. La potencia del motor de una bicicleta eléctrica varía entre los 250 y 1.000 W (vatios). 

Un motor más potente permite enfrentarse a desafíos más exigentes, pero también puede consumir más energía y reducir la autonomía de la batería. Las bicis urbanas tienen motores de menor potencia —están limitadas a 250 W por normativa— mientras que las bicicletas de montaña pueden equipar motores más robustos para superar terrenos complicados.

Las baterías de las bicicletas eléctricas suelen estar compuestas por celdas de iones de litio: son ligeras, recargables y tienen una mayor densidad energética.

• A la hora de elegirla —puede ser 24, 36 y 48 V (voltios)— hay considerar el voltaje del motor.
• También es esencial prestar atención a los amperios-hora (Ah), que generalmente oscilan entre 8 y 20 Ah. Indican la cantidad de energía que puede proporcionar la batería, es decir, su capacidad. A mayor capacidad, mayor es la autonomía y la posibilidad de recorrer distancias más largas sin necesidad de recarga.

Sin embargo, hay que tener presente que otros factores, como el peso del ciclista, el terreno por el que se pedaleará y el nivel de asistencia seleccionado influirán en la autonomía real de la batería.

Algunos kits de conversión son más fáciles de instalar que otros.

• Los que tienen motores en el buje de la rueda delantera o trasera son más sencillos, solo se necesita cambiar la rueda.
• Por su parte, los kits con motor central pueden requerir un conocimiento técnico más avanzado. Si no tienes experiencia en mecánica, conviene pedir ayuda a un profesional.

El abanico de precios de los kits de conversión para bicicletas eléctricas es muy amplio. A la hora de decidir, es esencial encontrar un equilibrio entre el coste y la calidad, además de evaluar cuidadosamente las características que en realidad necesitas. Ten en cuenta que invertir en un kit de conversión de mayor calidad puede significar un mejor rendimiento y una mayor durabilidad a largo plazo, lo que podría compensar el gasto inicial.

Los kits eléctricos son una excelente opción para quienes buscan una forma económica y personalizada de convertir su bicicleta en eléctrica. Sin embargo, también es importante sopesar las desventajas antes de tomar una decisión.

• Los kits eléctricos ofrecen una ventaja indiscutible: su precio, considerablemente más bajo que el de una bicicleta eléctrica ya ensamblada. 
• Son muy versátiles y se ajustan bien a diferentes tipos de bicis, ya sean de montaña o urbanas. 
• Si decides cambiar de bicicleta más adelante, puedes colocar el kit en la nueva adquisición.

• Añaden peso a la bicicleta, lo que puede afectar la agilidad y la facilidad de transporte. 
• Es posible que no alcancen el mismo nivel de rendimiento, autonomía o fiabilidad que las bicicletas eléctricas diseñadas y fabricadas desde cero para ese propósito.
• Estéticamente, la bici puede no ser tan atractiva como una eléctrica de fábrica.

Las bicicletas eléctricas se han convertido en un medio de transporte muy popular, pero, para circular por las vías públicas, es importante conocer la normativa vigente. De acuerdo con la Dirección General de Tráfico (DGT), el motor eléctrico no puede tener una potencia superior a los 250 W y la asistencia eléctrica debe dejar de funcionar cuando la bicicleta alcanza una velocidad de 25 km/h. Las e-bikes deben tener luces delanteras y traseras visibles a 150 metros, así como reflectantes en pedales y laterales.

La edad mínima para conducir una bicicleta eléctrica es 14 años. En áreas urbanas, el uso del casco es obligatorio para menores de 16 años, si bien se recomienda para todos los ciclistas. En vías interurbanas, el casco es imperativo para todos. Respecto al seguro, a pesar de no ser obligatorio, se recomienda contratar una póliza de responsabilidad civil. 

El incumplimiento de la normativa puede conllevar multas de hasta 200 euros. Además, circular con una bicicleta eléctrica no homologada o que no cumpla con los estándares técnicos y de seguridad se sanciona con hasta 500 euros. Recuerda que la normativa general sobre bicicletas eléctricas puede verse ampliada por las ordenanzas municipales de cada ayuntamiento.