La crisis climática es la mayor amenaza para la salud a la que se enfrenta la humanidad. La contaminación, la polución ambiental y el aumento de la incidencia de enfermedades como el cáncer, el asma o las cardiopatías son alarmas que no podemos obviar, ya que afectan al bienestar y la calidad de vida de la humanidad.
Además de las campañas de sensibilización de la OMS, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) insta a realizar esfuerzos adicionales para proteger la salud pública de las poblaciones más vulnerables, por ejemplo, en algunas zonas de Latinoamérica, donde se suman otros factores y amenazas ambientales. En muchas comunidades, a la contaminación del aire se añaden más elementos de riesgo, como el agua contaminada, el saneamiento inadecuado (incluida la gestión de los desechos sólidos) y los riesgos relacionados con ciertos productos químicos peligrosos.
El impacto de la contaminación del aire en la salud respiratoria
Según datos recientes de más de 6.000 ciudades en 117 países, que monitorean la calidad del aire, miles de millones de personas siguen respirando aire insalubre.
En palabras de María Neira, directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, «tras sobrevivir a una pandemia, es inaceptable que sigan existiendo siete millones de muertes evitables e innumerables años de buena salud perdidos evitables debido a la contaminación del aire. Eso es lo que decimos cuando examinamos la montaña de datos, pruebas y soluciones disponibles sobre la contaminación del aire. Sin embargo, se siguen haciendo demasiadas inversiones en un medio ambiente contaminado en lugar de en aire limpio y saludable».
En esta línea, la OMS también impulsa la campaña global Breathe Life 2030, que busca formar una red a nivel mundial con el compromiso de que la calidad del aire alcance un nivel seguro para 2030 y colaborar en las soluciones que nos ayuden a lograr ese objetivo lo antes posible.
La principal embajadora de esta iniciativa es Rosamund Adoo-Kissi-Debrah, una madre que perdió a su hija de 9 años en 2013, a causa de un fallo respiratorio agudo, y logró que la justicia reconociera la polución como causa de su enfermedad y muerte. A partir de esta experiencia, Rosamund fundó la organización “Familia Ella Roberta” para mejorar la vida de los niños afectados por el asma en el sureste de Londres y colabora en diversas iniciativas. También participó en la 3º Cumbre Iberoamericana de Pacientes Respiratorios organizada por Fundación Lovexair.
¿Qué podemos hacer para proteger nuestro planeta y nuestra salud?
Si bien los gobiernos y las empresas tienen un rol fundamental en implementar las medidas necesarias para salvaguardar el planeta, los ciudadanos también podemos generar acciones individuales para lograr el cambio global:
✅ Alcemos nuestra voz, exijamos acciones climáticas para proteger nuestra salud.
✅ Pasemos a la acción e inspiremos a otros. ¿Cómo?
- Vayamos al trabajo a pie o en bicicleta al menos un día a la semana. Elijamos el transporte público.
- Cambiemos a un proveedor de energía renovable, y hagamos uso racional de la energía.
- Compremos alimentos frescos, de temporada y de proximidad, y evitemos los alimentos y bebidas altamente procesados.
- El tabaco es un producto letal y contaminante. Dejemos de consumir tabaco.
- Compremos menos plástico; utilicemos bolsas de la compra reciclables.
#HealthierTomorrow. Mediante la campaña ‘Nuestro planeta, nuestra salud’, la OMS instará a los gobiernos y a la ciudadanía a que cuenten las medidas que están adoptando para proteger el planeta y su salud y para dar prioridad a las sociedades del bienestar.
Ese lema «es un llamamiento a la recuperación verde y saludable de la pandemia del covid-19, que sitúa la salud de las personas y del planeta en el centro de las acciones y fomenta un movimiento para crear sociedades centradas en el bienestar», sostiene la doctora Carissa Etienne, directora de la OPS. «El futuro depende de nosotros, ya que no solo somos los custodios de hoy, sino los arquitectos del mañana», añade.