Con todo el plástico producido desde que comenzó a fabricarse se podría cubrir cinco veces y media la superficie de España hasta los tobillos. Un estudio reciente ha calculado la cantidad de plástico generado por los seres humanos, del que un 79% acaba en vertederos o abandonado en la naturaleza, de forma particular en los océanos, con el consiguiente daño ambiental. Pero, ¿cuánto plástico han producido en la historia los seres humanos? ¿Cuándo comienza la “era del plástico”? ¿Cuál es el impacto del plástico para el planeta? Y ¿qué se puede hacer para reducirlo? En este attículo se abordan todas estas cuestiones.
¿Cuánto plástico hemos producido los seres humanos?
Los seres humanos hemos producido más de 8.300 mil millones de toneladas métricas (Tm) de plástico a lo largo de nuestra historia. Así lo estima un estudio publicado recientemente en la revista científica Science Advances. Si se extendiese todo ese material hasta la altura de nuestros tobillos, se podría cubrir una superficie similar a la de Argentina (cinco veces y media la de España), según uno de sus autores, Roland Geyer, profesor asociado de la Universidad de California en Santa Bárbara (EE.UU.).
La mayoría del plástico acaba en vertederos o abandonado en el entorno y solo un 9% se reciclaEl trabajo señala como inicio de la «era del plástico» el año 1950, cuando se fabricaron dos millones de toneladas en todo el mundo, mientras que en 2015 fueron más de 400 millones de toneladas. La producción se ha disparado en fechas recientes, ya que la mitad del total se ha hecho en los últimos 13 años. El potencial de crecimiento es mucho mayor. Según Geyer, las materias primas requeridas para fabricar plásticos son solo un pequeño porcentaje de los hidrocarburos producidos a nivel mundial, por lo que «si quisiéramos, fácilmente podríamos cubrir la Tierra varias veces en plásticos».
¿Cuánto plástico hay en los vertederos?
Como destaca el estudio, la mayoría de este plástico acaba en vertederos o abandonado en el entorno, y rápido, ya que se utiliza normalmente una vez o en un breve espacio de tiempo y luego se tira. Hasta la fecha, se han desechado 7.000 millones de toneladas de residuos plásticos a nivel global, de los que solo el 9% se ha reciclado, el 12% se ha incinerado y el 79% ha terminado en vertederos o en el medio ambiente, sobre todo en los océanos.
A medida que se investiga más, las dimensiones del problema son mayores de lo que se creía, subrayan los científicos. Por ejemplo, se estima que entre 4 y 13 millones de toneladas llegaron a los océanos en 2010, una cifra que es probable que haya aumentado. Otra investigación sugirió que había 270.000 toneladas flotando en la superficie del océano y mucho más en el fondo marino. Si continúa la tasa actual de crecimiento, los seres humanos producirán 13.000 millones de toneladas de desechos plásticos en 2050.
El trabajo ha analizado la fabricación de todos los plásticos, si bien se centró en los más comunes, incluyendo polietileno, polipropileno, poliestireno, cloruro de polivinilo, polietileno y tereftalato. La gran mayoría provienen de hidrocarburos como el petróleo y el gas natural.
Reducir el impacto del plástico en cuatro pasos
1. Concienciación. Concienciarse y concienciar a los demás sobre las consecuencias negativas del uso excesivo del plástico es el primer paso para tomar una actitud activa. Al utilizarlo de forma indiscriminada se contribuye al cambio climático, la saturación de vertederos, la contaminación (en especial en los ecosistemas marinos, donde mueren millones de seres vivos), diversas enfermedades causadas por plásticos de tipo tóxico, etc. «Los plásticos son demasiado valiosos para abandonarlos de forma irresponsable», sentencia Beatriz Meunier, directora de comunicación de PlasticsEurope en España, la asociación paneuropea de fabricantes de materias primas plásticas.
2. Reducción. El mejor residuo es el que no se genera. De ahí lo esencial de emplear solo en lo imprescindible los productos plásticos, evitando los de usar y tirar, en especial las bolsas.
3. Reutilización. Los productos plásticos más duraderos pueden reutilizarse para ampliar así su vida útil. Cuidarlos, repararlos si se estropean o cambiar alguna de sus partes para que estén operativos, regalarlos a amigos y familiares, o donarlos, venderlos o adquirirlos en alguna red de intercambio y compraventa de economía colaborativa son algunas posibilidades. Los más manitas incluso pueden hacer originales manualidades ecológicas.
4. Reciclaje. Cada vez que se recicla se evita llenar los vertederos y extraer nuevas materias primas. Además, se reduce el consumo de energía y la emisión de dióxido de carbono (CO2), uno de los principales gases causantes del cambio climático.
Según Álvaro Molina, especialista en innovación de Ecoembes, la sociedad que gestiona el reciclaje de los residuos del contenedor amarillo y azul, «desde que comenzamos nuestra actividad en 1998, se ha evitado la emisión de 18 millones de toneladas de CO2 gracias al reciclaje de envases, el equivalente a las emisiones de la ciudad de Sevilla durante ocho años. El reciclaje de seis botellas de PET contrarresta la contaminación de 10 minutos de CO2 del tubo de escape de un coche».
Siga el canal de Medio Ambiente en Twitter @E_CONSUMERma y a su autor @ecienciacom.