Unas 40 ballenas -algunas de ellas de más de 5,5 metros de largo- volvieron a quedarse varadas ayer en una playa de Massachusetts (EE.UU.), un día después de que equipos de rescate especializados y voluntarios las devolvieran al mar.
Teri Frady, portavoz de la oficina local del Servicio Nacional de Pesquería Marina, dijo que este segundo encallamiento es preocupante, ya que reduce considerablemente las posibilidades de supervivencia de las ballenas. Los cetáceos fueron encontrados en una playa de la península de Cape Cod, a unos 32 kilómetros del sitio de su primer estancamiento.
El lunes, unas 56 ballenas quedaron atrapadas en las aguas poco profundas de la localidad de Chapin Beach, de las cuales nueve murieron y 46 fueron devueltas al mar tras ser marcadas. «Está claro, a partir de las marcas, que se trata de las mismas ballenas», señaló Frady. «Parece que no lograron volver a orientarse y temo que ahora las posibilidades de su eventual supervivencia sean mucho menores».
Miembros de una red especializada en rescates se dirigieron al sitio de la segunda encalladura e intentaban mantener las ballenas húmedas y protegidas del sol. Es la primera vez que tantas ballenas encallan de esta forma desde los años 80.