El glaciar de Gemsstock, en Andermatt (Suiza), se está derritiendo poco a poco. Este gigante de hielo da vida a la estación de esquí del mismo nombre, que es el principal reclamo turístico de la localidad suiza. Por ello, las autoridades de Andermatt se han puesto manos a la obra para protegerlo de las radiaciones solares y han colocado sobre él una gigantesca manta.
Fabricada con tejidos artificiales, como el polyester, la manta se ha colocado sobre un área de entre 3.000 y 4.000 metros cuadrados. El material es de color blanco, por lo que es difícil diferenciarlo de la nieve y, además, ayuda a reducir el impacto medioambiental, reflejar la luz solar y evitar el deshielo.
El invento ha costado unos 75.000 euros y se ha colocado para proteger una de las lenguas del glaciar y el acceso a éste, que debe ser reconstruido cada otoño, antes del comienzo de la temporada de esquí, para paliar los 20 metros de nieve y hielo que desaparecen cada año.
Si la iniciativa tiene éxito, podría extenderse a otros glaciares de los Alpes suizos que están seriamente deteriorados por la acción del hombre y el aumento de las temperaturas en los últimos años.
No obstante, ya han surgido voces discordantes con este experimento. Algunos científicos aseguran que este tipo de soluciones puede evitar el deshielo en zonas concretas, como en este caso el acceso al glaciar, pero no la degradación que sufre la zona helada de los Alpes o de otros lugares del mundo.