La custodia del territorio está posibilitando el aumento de las acciones de conservación y recuperación de espacios naturales. Este acuerdo voluntario entre el propietario de una finca con valor natural y cultural y una organización, como una asociación o un ayuntamiento, tiene como fin conservar y restaurar dicho patrimonio. Este artículo señala para qué sirve la custodia del territorio, ejemplos más destacados en el mundo y España y cómo pueden ayudar los ciudadanos a generalizar esta figura de protección ambiental.
Para qué sirve la custodia del territorio
La custodia del territorio es «una fórmula en la que todos ganan: los propietarios, la naturaleza, las administraciones y la ciudadanía, que, al fin, es el receptor principal de tener un entorno natural saludable y conservado. La única limitación es la imaginación y la voluntad de las dos partes», asegura Miquel Rafa, director de Territorio y Medio Ambiente de la Fundació Catalunya-La Pedrera.
España tiene en la actualidad más de medio millón de hectáreas bajo algún acuerdo de custodiaGracias a esta herramienta, recogida en la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, se puede llegar a espacios naturales a los que no puede la Administración, reconoce Alberto Navarro, responsable de políticas de conservación y agraria del Foro de Redes y Entidades de Custodia del Territorio (FRECT).
Las acciones pueden ser de voluntariado, planificación y estudio, gestión, vigilancia, etc., como restaurar caminos, fuentes, balsas, muros y cabañas de piedra seca, realizar inventarios y estudios de flora y fauna, ayudar en la gestión forestal, la prevención de incendios, la restauración de hábitats de flora y fauna, el seguimiento y reintroducción de especies, etc. En general, estas actuaciones no suponen una aportación económica directa al propietario, que retiene la propiedad y se beneficia de la mejora, aunque también puede haber fórmulas de arrendamiento y compensación económica.
Ejemplos de custodia del territorio más destacados en el mundo y España
La custodia del territorio está bastante extendida por el mundo, explica Navarro, en especial en los países anglosajones, donde se utiliza desde finales del siglo XIX. Miquel Rafa destaca el ejemplo de Canadá y Estados Unidos (EE.UU.), donde se ha desarrollado «de forma exponencial a partir de una legislación fiscalmente favorable». A principios de diciembre de 2016, solo en EE.UU. había más de 22,6 millones de hectáreas protegidas con acuerdos voluntarios, «más que el doble de la extensión de sus parques nacionales, y sin depender de ayudas públicas».
Fuera del ejemplo anglosajón, el experto del Foro de Redes y Entidades de Custodia del Territorio nombra el caso de Kenia, donde estuvo el año pasado. «Se están desarrollando actuaciones de gran interés, en particular con especies de difícil conservación como los grandes y medianos carnívoros o el elefante africano». En Latinoamérica, apunta el experto de la Fundación Catalunya-La Pedrera, también hay numerosos ejemplos positivos, «tanto de organizaciones comunitarias como de grandes terratenientes que quieren conservar la naturaleza».
España tiene en la actualidad más de medio millón de hectáreas bajo algún acuerdo de custodia, según datos del último Inventario de la Plataforma Custodia del Territorio de la Fundación Biodiversidad. «Creemos que pueden ser más -afirma Navarro-, ya que hay entidades que no están aportando datos, hay acuerdos nuevos en marcha desde la realización del inventario y otros que se están gestando. En total, existen más de 200 entidades de custodia actuando en nuestro país».
Miquel Rafa señala que hay 14 redes autonómicas o territoriales, «en continuo crecimiento», y destaca la de Cataluña como «la pionera y más desarrollada, con unos 844 acuerdos y 77 organizaciones de custodia, que protegen cerca de 43.000 hectáreas». Según este experto, «el caso español es ya un ejemplo a nivel europeo de cómo conservar la naturaleza con unos recursos escasos, pero con muchas personas comprometidas».
Alberto Navarro recalca la labor de la Fundación Lurgaia con la recuperación y restauración del bosque atlántico, la de la organización ecologista GOB Menorca en el ámbito agrícola y la de la Asociación Galega de Custodia del Territorio (ACGT) desde la «Terra Cha» hasta los Ancares.
Cómo pueden ayudar los ciudadanos
La custodia del territorio se enfrenta a varios desafíos para lograr una mayor generalización en España. Según los expertos consultados, se deberían desarrollar los incentivos fiscales y mecanismos financieros para hacerla más atractiva. Según Rafa, en Norteamérica han supuesto un antes y un después en el mantenimiento y conservación de la naturaleza. Navarro considera que se tienen que revertir las principales críticas sobre la «mercantilización» de la naturaleza o el empleo de fondos públicos para la conservación privada.
Los ciudadanos podemos contribuir de varias maneras a que haya más custodia del territorio, como apuntan Miquel Rafa y Alberto Navarro:
- Participar en las cada vez más numerosas actividades de las entidades de custodia más próximas, como plantaciones, retirada de residuos, obtención de datos, etc.
- Apoyar como socios a las organizaciones de conservación.
- Poner en contacto a los propietarios con estas organizaciones y convencerlos de que es una fórmula ganadora para todos. Para ello se pueden poner metas sencillas para ir consiguiendo pequeños logros.