Algunas de las carreteras que bordean el Parque Nacional de Doñana, aunque se encuentran en una zona de máxima protección, carecen de señalización de advertencia del paso de linces. Es el caso de la A-483 entre Almonte y Matalascañas, que ostenta el triste récord de linces atropellados, con un total de 14 desde 1982.
Estos atropellos se explican por las altas velocidades alcanzadas y el aumento del tráfico en los meses estivales. A pesar de ello, «se insiste en la pretensión de desdoblar esta última carretera, pasando de los dos carriles actuales a cuatro, lo que significaría dictar la sentencia de muerte para la población de linces en Doñana», explicó Juanjo Carmona, responsable de la Oficina de Doñana de WWF/Adena.
En 2006, al menos que se sepa, murieron seis linces en la comarca, cinco de ellos por atropello. Si se tiene en cuenta que la población de Doñana se calcula en 44 ejemplares, esas muertes suponen la pérdida de más del 13% de la población en sólo un año. Entre el año 2000 y 2006 se registraron 19 casos de atropellos, cuatro más que en el periodo 90-99 y catorce más que en la década de los 80, según los datos de la organización ecologista. Si continúa la tendencia, la población de Doñana podría desaparecer en la próxima década. A pesar de esta situación, las únicas señales advirtiendo de la presencia de linces en la zona se encuentran en el camino de acceso al centro de visitantes de El Acebuche, dentro del parque nacional.