La pantera de Berbería, una especie de leopardo de gran rareza que se daba por extinguido, ha sido localizada por un zoólogo de la Universidad de Alicante, junto con otros colegas españoles y marroquíes, en las montañas del Atlas Medio, en Marruecos.
Los biólogos consideran que se trata del hallazgo más relevante y sorprendente de la conservación de la naturaleza en África. Un auténtico descubrimiento para la sociedad científica mundial y un fiasco para quienes en 1995 anunciaron que era una especie totalmente extinguida, concretamente la Universidad de Cambridge y la Real Sociedad Geográfica de Londres.
«Hemos conseguido sus huellas, por lo que ya sabemos que es seguro que existen», señala el profesor Vicente Urios Moliner, director del proyecto y miembro del Centro Iberoamericano de la Biodiversidad (CIBIO) de la Universidad de Alicante. Recién llegado del Magreb, Urios Moliner ha realizado ya varias expediciones al Atlas con el objetivo de comprobar si era cierta la total desaparición del llamado leopardo del Atlas, consumido por el crecimiento de la población rural y ahogado por el deterioro ambiental de su hábitat.
Sin embargo, la realidad ha sorprendido gratamente al alicantino y sus colegas: no sólo no se ha extinguido sino que, tal y como sospechaban, hay varios ejemplares vivos. «No sabemos cuántos ni dónde se encuentran exactamente, pero tenemos pruebas de que están». Las pruebas son varias huellas en tierra, que han conseguido fotografiar y comparar con las de otros felinos, concluyendo que no se corresponden con ninguno. De momento, es el único testimonio gráfico a falta del revelado de las numerosas fotografías-trampa impregnadas en orina del felino e instaladas en sus zonas de paso.
Estudio del ADN
Lo siguiente (habrá nueva expedición en octubre) es intentar verlos y cuantificarlos, además de conseguir excrementos para realizar estudios analíticos a partir de su ADN. El profesor Urios explica que el leopardo en cuestión forma parte de la subespecie panthera, popularmente conocido como pantera de Berbería, aunque científicamente se le denomina Pantera Pardus Pantera. «Son mamíferos de gran tamaño con una serie de características de pelaje y color que recuerdan al jaguar americano. En su día se encontraban bastante extendidos por los bosques de las montañas de Túnez, Argelia y Marruecos», señala el zoólogo.
A falta de documentos gráficos de la anatomía del felino («no hay fotografías, ni siquiera en los libros»), la expedición ha logrado fotografiar huellas recientes, lo que se considera prueba irrefutable de su existencia. «Tenemos varios carretes de las trampas fotográficas que instalamos en zonas estratégicas, aunque aún no están revelados. Pero ya sabemos que hay ejemplares vivos, aunque no cuántos son ni qué características tienen».
Desde 1985 no se habían visto ejemplares libres del leopardo del Atlas. «Tampoco existen en cautividad», asegura Serafín Domenech, biólogo y especialista en Etología (comportamiento de los animales salvajes). El último ejemplar capturado fue una hembra que aquel año calló en una trampa-cepo, lo que le supuso a su cazador una condena de tres años de prisión.
Fue el pasado otoño cuando una primera expedición logró encontrar vestigios recientes de un núcleo «reliquia» del leopardo en los montes de sabinas, encinas y pinos carrascos del Atlas Alto. «Hallamos rastros de al menos cuatro leopardos diferentes. Ahora, el objetivo inmediato es saber cuántos son y dónde están exactamente», asevera Domenech.