Un grupo de zoólogos del Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterrey (California) ha fotografiado un calamar «Gonatus Onyx» transportando miles de huevos bajo sus tentáculos, según informa el último número de la revista «Nature». Este hallazgo es sorprendente en un calamar, ya que, por lo general, estos cefalópodos simplemente depositan sus huevos en el suelo marino, donde luego se desarrollan.
Las imágenes reflejan al calamar cargando con una bolsa de entre 2.000 y 3.000 huevos. Unos pequeños ganchos le ayudan a sujetar la bolsa, que consiste en dos membranas muy delgadas que forman una lámina continua y lisa. La masa de huevos forma un tubo que se extiende desde la boca del calamar hasta más allá de los brazos, algo muy parecido a una trompa.
Estos brazos, con repetidos movimientos a intervalos de unos 30 ó 40 segundos, levantan agua entre la masa de huevos, un comportamiento que probablemente sirva para airearlos en las poco oxigenadas aguas medias de California donde habitan (entre 1.500 y 2.600 metros de profundidad) estos calamares. Los movimientos provocan una desintegración parcial de las masas de huevos más maduros y la eclosión de los liberados.
Estrategia de supervivencia
Según Brad Seibel, jefe del grupo de científicos, estos calamares «usan esa estrategia para maximizar las posibilidades de las puestas de sobrevivir hasta la edad adulta. La madre invierte energía para asegurarse que estos grandes huevos alcanzan su pleno desarrollo, mientras que muchos calamares de aguas poco profundas liberan decenas o cientos de miles de pequeños huevos con la esperanza de que unos pocos sobrevivan».
Durante el periodo de desarrollo, de entre seis y nueve meses, las madres obtienen la energía para moverse de sus reservas de lípidos, en detrimento de las contracciones de la aleta y del manto que utilizan para moverse cuando los huevos están en un desarrollo inicial. Es decir, su capacidad locomotora va degenerando gradualmente a medida que avanza el desarrollo de la puesta.
«Gonatus Onyx» es uno de los cefalópodos más abundantes en los océanos Atlántico y Pacífico, y una importante presa para una variedad de predadores vertebrados. Sin embargo, el conocimiento de esta especie se ha visto limitado porque su vida transcurre a grandes profundidades, donde la observación es difícil.