El comportamiento colectivo de los grandes grupos de langostas del desierto («Scchitocerca gregaria») y el origen de sus pautas de movimiento han sido determinados por un equipo internacional en el que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Se espera que los nuevos conocimientos permitan mejorar los mecanismos de control de esta plaga que afecta sobre todo al África occidental, causando grandes hambrunas y pérdidas millonarias.
El avance de estos insectos registra cambios repentinos y abruptos que varían la dirección de todo el grupo en un corto periodo de tiempo, indica el trabajo, publicado en el último número de la revista «PNAS» y en el que además del CSIC han participado científicos de las universidades de Oxford (Reino Unido), Sydney (Australia), Princeton (Estados Unidos) y Uppsala (Suecia). Aunque en principio podrían deberse a factores ambientales, los investigadores han llegado a la conclusión de que estos cambios ocurren sin ningún tipo de estímulo externo, y son por tanto de origen interno.
«Las langostas incrementan la aleatoriedad de sus movimientos en respuesta a una falta de alineación en el grupo», explicó Carlos Escudero Liébana, investigador del Instituto de Ciencias Matemáticas, perteneciente al CSIC. «Teniendo en cuenta que la formación de grupos y el movimiento colectivo representan una ventaja considerable frente a la predación, resulta plausible que esta característica haya sido seleccionada en la evolución de la especie», añadió.
Al cambiar de forma brusca para corregir la alineación, aumenta la coherencia del movimiento y es cada vez menos probable que se vuelva a producir otro cambio de este tipo. Además, los investigadores comprobaron que estos cambios de dirección se producen cada vez menos conforme aumenta la densidad del grupo, lo que sugiere que las estrategias de prevención de la plaga deberían actuar en fases tempranas.
Utilización de ecuaciones
Los autores usaron para analizar el comportamiento de las langostas ecuaciones diferenciales estocásticas, que se utilizan para modelar y estudiar dinámicas gobernadas por fenómenos aleatorios. «Esperamos que estudios como éste permitan ahondar en la comprensión del movimiento y la organización de las langostas, lo que podría redundar en una mejora de los mecanismos de control de plagas», manifestó Escudero Liébana.
La langosta es, en general, un insecto solitario. Sin embargo, cuando las condiciones climáticas favorecen su reproducción y su población aumenta y se concentra, cambia drásticamente su comportamiento e incluso su color y se traslada en grandes grupos de gran voracidad. Al agruparse, las langostas comienzan a comportarse de manera gregaria.
En un día, cada individuo consume aproximadamente el equivalente a su peso. Una pequeña parte de una colonia promedio consume al día la misma cantidad de alimentos que 2.500 personas. Las nubes se desplazan a una velocidad de 16-19 kilómetros por hora y pueden llegar a recorrer más de 200 kilómetros al día, ocasionando efectos devastadores en la agricultura.