Hoy, 22 de marzo, es el Día Mundial del Agua. Como cada año, Naciones Unidas quiere recordar la importancia de cuidar este recurso natural, cada vez más escaso. El tema de esta edición está dedicado a las aguas residuales, de cuyo correcto tratamiento y reutilización dependen los ecosistemas y la salud de millones de personas en todo el mundo. Este artículo ofrece más información sobre el Día Mundial del Agua 2017 y su relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y se listan las medidas que se pueden tomar para luchar contra los problemas del agua.
Día Mundial del Agua, dedicado a las aguas residuales
El lema del Día Mundial del Agua elegido por la Organización de Naciones Unidas (ONU) de este año es «Aguas residuales, ¿por qué desperdiciar agua?». En los países desarrollados se dispone de una gestión y tratamiento de las aguas residuales de calidad. Pero no somos conscientes de que en el planeta más de 663 millones de personas viven sin un suministro de agua segura cerca de su casa, de manera que pasan mucho tiempo en busca de fuentes, corriendo en muchas ocasiones riesgos para su vida, y con acceso a un agua en malas condiciones que afecta a su salud.
Unos 1.800 millones de personas consumen agua potable contaminadaEn las últimas décadas se han logrado avances para mejorar esta situación, recuerdan los responsables de Naciones Unidas: desde 1990 hasta la actualidad, 2.600 millones de personas han obtenido acceso a mejores fuentes de agua potable. Sin embargo, reconocen que todavía hay mucho trabajo que hacer y destacan datos que siguen siendo preocupantes. A nivel mundial, más del 80% de las aguas residuales no son tratadas y acaban en los entornos naturales provocando impactos para el medio ambiente y la salud. Y, además, unos 1.800 millones de personas consumen agua potable contaminada que les pone en riesgo de contraer diversas enfermedades que provocan alrededor de 842.000 muertes cada año.
Los costes de un tratamiento adecuado de las aguas residuales y su posterior reutilización son ampliamente amortizados, si se piensa en los beneficios que aporta en materia de salud para las personas y los ecosistemas en todo el planeta, además de la creación de riqueza y puestos de trabajo.
El agua y los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobados en 2015 por Naciones Unidas, se plantean varias metas para acabar en 2030 con la pobreza y el hambre en el mundo, pero, por primera vez para la ONU, en clave de sostenibilidad. El Día Mundial del Agua es también un buen momento para recordar los ODS, ya que algunos de ellos tienen relación con el agua y, en concreto, con las aguas residuales, protagonistas de este año:
Objetivo 3. Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades. Para ello, disponer de un acceso al agua potable y saneamiento es esencial.
Objetivo 6. Garantizar la disponibilidad de agua y su ordenación sostenible, así como el saneamiento para todos. En concreto, el objetivo 6.3 plantea «mejorar la calidad del agua, reducir la contaminación, eliminar los vertidos y minimizar la liberación de productos químicos y materiales peligrosos, reducir a la mitad el porcentaje de aguas residuales no tratadas y aumentar sustancialmente el reciclaje y la reutilización segura del agua».
Objetivo 7. Garantizar a todos el acceso a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna. Una de las formas de generar energía que más se utiliza en la actualidad es la hidroeléctrica.
Objetivo 11. Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles. Para ello es fundamental una buena gestión del agua potable y las aguas residuales, en unas ciudades donde habrá cada vez más población.
Objetivo 14. Conservar y emplear de manera sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible.
Objetivo 15. Proteger, restaurar y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, el manejo sostenible de los bosques, combatir la desertificación y detener y revertir la degradación de la tierra y detener la pérdida de biodiversidad. La forma en que se consume y gestiona el agua en el planeta tiene mucho que ver con ello.
Medidas para luchar contra los problemas del agua
Los ciudadanos podemos asumir varias medidas para reducir el consumo de agua y combatir los desequilibrios del agua en el mundo:
- Concienciarse del problema de la escasez de agua en el planeta.
- Consumir productos que tengan una menor huella hídrica, es decir, con un uso menos intensivo de agua.
- Seguir unos sencillos consejos para ahorrar agua.
- Reducir el desperdicio de alimentos: nunca se come el 30% de los alimentos producidos en todo el mundo y el agua utilizada para estos se pierde de forma definitiva.
- Exigir a los responsables institucionales la toma de medidas eficaces.
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