Hoy se celebra el Día Mundial sin Coches, y junto a la Semana Europea de la Movilidad, que comenzaba el pasado 16 de septiembre y culminará sus actividades hoy 22, nos recuerda la importancia económica y ambiental de sustituir este vehículo por otras formas de transporte más sostenible, como la bicicleta. Este artículo señala que es el Día Mundial sin Coches, por qué hay que evitar utilizarlo y diez ideas para lograrlo.
Día Mundial sin Coches: por qué hay que evitarlo
Las razones para sustituir el coche por otras alternativas más sostenibles son diversas:
Ambientales. Es el principal emisor de contaminación atmosférica en las ciudades. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que provoca unos siete millones de muertes prematuras anuales, además de las enfermedades o los costes económicos para el sistema de salud. Además, los automóviles emiten dióxido de carbono (CO2), uno de los principales gases de efecto invernadero implicados en el cambio climático. Tampoco hay que olvidar los problemas que causan los atascos, el ruido o un estilo de vida sedentario basado en el desplazamiento a cuatro ruedas. Los ciudadanos han perdido el espacio de la calle, lo que ha afectado a las relaciones sociales. Los vehículos actuales perpetúan el modelo energético basado en los combustibles fósiles.
Las personas deberían ser los verdaderos protagonistas de las ciudades, y no los cochesEconómicas. Según un informe de la Comisión Europea, una ciudad sin coches puede ser entre tres y cinco veces menos costosa. Para los ciudadanos, incluye no solo el valor del automóvil en sí, sino también el mantenimiento, el aparcamiento, el seguro o los impuestos. «En muchas ocasiones no compensan su uso real», razona José Luis López, uno de los responsables de la iniciativa #DesAUTOxícate de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA), que pretende demostrar que vivir sin coche es posible.
Diez ideas para dejar el coche
1. Movilidad peatonal. Transitar a pie es «la manera natural de desplazarse y la mejor de hacer ejercicio», según Luisa Roquero, portavoz de A pie, la asociación en defensa de los derechos de los viandantes. En su opinión, los peatones deberían ser los verdaderos protagonistas de las ciudades, y no los coches, que hacen de sus calles lugares insalubres. Y no debería ser una práctica extraña. Según cálculos del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), los viajes en turismo para distancias menores de tres kilómetros representan casi la mitad de los desplazamientos totales diarios.
2. Bicicleta. Es un medio de transporte eficiente, económico, ecológico y saludable, que puede utilizarse como afición o para los desplazamientos diarios al trabajo. Para ello se puede emplear nuestra propia bicicleta o aprovechar el sistema de préstamo público municipal, siempre mediante unos cuantos consejos que permitan desplazarse en bici de manera cómoda y segura.
3. Transporte público. Las posibilidades de autobuses, trenes, metros o tranvías son muy diversas. Para que se conviertan en una alterativa real al coche, deberían garantizar que se pueda llegar a cualquier punto de cualquier ciudad en menos de una hora sin transbordos.
4. Combinar transportes. La intermodalidad entre todos los medios de transporte ecológicos es esencial para aumentar su empleo y arrinconar al automóvil. Para ello se tiene que facilitar su uso y sus interconexiones, como dotar a las estaciones de tren y metro de aparcabicis seguros o crear bonos de transporte combinado.
5. Fomentar la economía local. El transporte de mercancías y trabajadores supone un importante consumo de vehículos privados. Los negocios locales, además de generar empleo y riqueza en nuestro entorno, reducen la necesidad de transporte o propician medios más sostenibles.
6. Teletrabajar. Aunque sea unos cuantos días de la semana, contribuye a reducir costes, aumentar la productividad, conciliar la vida laboral y familiar y, por supuesto, a reducir los desplazamientos. Un estudio de la empresa informática Sun Microsystems estimaba que trabajar en casa una media de dos días y medio a la semana ahorra en gasolina y desgaste de vehículo más de 1.200 euros al año.
7. Acabar con las ciudades-autopista y extendidas. Los planes urbanísticos tendrían que priorizar la movilidad sostenible y acabar con los diseños de las últimas décadas: ciudades pensadas para recorrerse en automóvil y con grandes distancias.
8. Zonas urbanas sin coches contaminantes. Las ciudades deberían asumir varias medidas simultáneas para ello, como «establecer peajes urbanos para los vehículos más contaminantes, como ya han hecho urbes como Estocolmo o Milán; incrementar el precio del parking urbano, excepto a residentes; aparcamientos disuasorios en los extremos de las poblaciones; y, sobre todo, un transporte público rápido, económico, ecológico y confortable», según Xavier Querol, científico del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y uno de los mayores expertos en contaminación del aire en España.
9. Coches eléctricos urbanos. Si no queda más remedio que utilizar el vehículo privado, al menos que sea eléctrico, pues es menos contaminante que los convencionales.
10. Compartir vehículo. La gran mayoría de los coches lleva un pasajero, así que al compartirlo se reduce gastos y contaminación. Los sistemas de economía colaborativa facilitan esta labor, tanto para automóviles como para otros medios de transporte.